(HealthDay News) - Los cambios de la voz parecen ocurrir en los individuos con diabetes mellitus tipo 2 (DM2) frente a los que no tienen diabetes, según un estudio publicado en línea en la edición de diciembre de la revista Mayo Clinic Proceedings: Digital Health.
Jaycee M. Kaufman, de Klick Inc. en Toronto, y sus colegas investigaron el potencial del análisis de la voz como una herramienta de preselección o monitoreo para la DM2. Se compararon las voces de 267 participantes sin diabetes (79 mujeres y 113 hombres) y de aquellos con diabetes (18 mujeres y 57 hombres).
Los investigadores observaron diferencias significativas entre las grabaciones de voz de hombres y mujeres con y sin diabetes, tanto para todo el conjunto de datos como en una muestra agrupada por edad e índice de masa corporal (IMC).
En general, el tono y la desviación estándar del tono lograron la mayor precisión predictiva. En el caso de las mujeres, la fluctuación de fase de pertubación media relativa también fue significativa, al igual que la intensidad y el brillo del cociente de perturbación de amplitud de 11 puntos en el caso de los hombres. Al combinar estas características con la edad y el IMC, los modelos de predicción óptimos lograron precisiones de 0,75 para las mujeres y 0,70 para los hombres en la muestra agrupada por edad e IMC.
"El análisis de la voz muestra potencial como una herramienta de preselección o monitoreo para la DM2, particularmente cuando se combina con otros factores de riesgo asociados con la afección", escriben los autores.
Varios autores son empleados de Klick Inc., la fuente de financiación del estudio, y uno de los autores figura como inventor de dos patentes para la estimación de la glucosa en sangre mediante la voz.
¿Qué es la diabetes?
La diabetes es una enfermedad metabólica crónica caracterizada por niveles elevados de azúcar en sangre.
Según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la padecen más de 500 millones de personas en todo el mundo, lo que la convierte en una de las enfermedades crónicas no infecciosas más prevalentes en el mundo.
En la Argentina, entre el 12% y 13% de la población mayor a 18 años tiene diabetes, lo que se traduce en alrededor de 3.500.000 a 3.800.000 personas con la patología.
Como se dijo, el origen de la enfermedad es la acumulación de azúcar en la sangre, lo cual, si no se trata de manera correcta, genera enfermedades en otros órganos porque esa azúcar “contamina” las arterias periféricas y es generadora de muchos cuadros clínicos derivados.
Cuál es la causa de la diabetes
La enfermedad se genera por una falla en una hormona que se llama insulina. Cuando no hay insulina, el azúcar que debería entrar a las células —porque es su fuente de energía— se queda en la sangre y circula por ella.
La falta de insulina puede deberse a que el páncreas, que es el órgano que la produce, deje de secretarla —en ese caso se estaría en presencia de un cuadro de diabetes tipo 1—, o bien, la insulina no puede actuar porque el organismo se resiste a su acción, que es lo que se conoce como diabetes tipo 2 o insulino resistencia.
La diabetes tipo 1 suele diagnosticarse de manera más sencilla debido a que el paciente presenta síntomas muy claros: baja de peso, se siente débil, orina mucho, tiene mucha sed, etc. Esta condición es de carácter autoinmune y generalmente aparece sin antecedentes familiares, por lo que es difícil de prevenir y/o evitar.
Representa sólo el 10% de la población con diabetes (en la Argentina, alrededor de 350 mil personas), y, como las cifras lo indican, es menos frecuente que la tipo 2.
El otro 90% de las personas con diabetes presenta una enfermedad en la que el páncreas produce insulina, pero ésta no es suficiente o bien el organismo presenta una resistencia a que entre en las células de manera adecuada.
La diabetes tipo 2 no genera muchos síntomas, ya que los niveles de azúcar pueden estar un poco altos y la persona no siente nada. Es asintomática en general (del 90% de la población con diabetes tipo 2, hay un 30% que no lo sabe y se entera de la enfermedad por las complicaciones).
Y a diferencia de la tipo 1, hay muchas cosas que generan la resistencia a la insulina que se podrían evitar: está relacionada con la obesidad o sobrepeso, el sedentarismo, los malos hábitos alimenticios, además de tener un componente hereditario.