En el marco del Día Mundial del Sida, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) destacaron el rol clave que tienen las comunidades y la sociedad civil de América Latina y el Caribe en la provisión de información y de servicios de pruebas, prevención y tratamiento del VIH.
“Debemos reconocer el papel fundamental que desempeñan las comunidades en su compromiso y liderazgo para acelerar la respuesta al VIH”, afirmó el doctor Jarbas Barbosa, director de la OPS. “Hoy renovemos nuestro compromiso y apoyo a las comunidades para que lideren, mientras trabajamos juntos en eliminar el sida en la región de las Américas”, destacó.
El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para conseguir su visión compartida de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas. De esta manera, desarrollaron una serie de objetivos “95-95-95″ a cumplir para el 2030 estableciendo: que el 95% de las personas infectadas por VIH conozcan su estado serológico; que el 95% de las personas diagnosticadas con el VIH reciban terapia antirretroviral continuada; y que el 95% de las personas que reciben este tipo de terapia tengan supresión viral. En los últimos años se incluyó un cuarto “95″, que supone que el 95% de las personas que reciben este tratamiento puedan gozar de una buena calidad de vida.
“Que lideren las comunidades” es el lema del Día Mundial del Sida 2023 y subraya la función que tienen las organizaciones dirigidas por las poblaciones más afectadas por el virus de la inmunodeficiencia humana en la respuesta a esta epidemia de cuatro décadas.
“Estamos en la última milla para llegar a la meta de poner fin al sida como un desafío de salud pública, y este trecho por recorrer sólo es posible empoderando a las comunidades más afectadas y que se están quedando atrás”, aseveró Luisa Cabal, directora regional de ONUSIDA para América Latina y el Caribe. “El liderazgo de las comunidades es esencial en todos los planes y programas para el VIH y para ello deben contar con financiamiento y normas protectoras para su funcionamiento”.
Con el fin de apoyar la expansión de los servicios de VIH a las poblaciones clave y personas con VIH, la OPS y ONUSIDA llevan adelante la iniciativa “Soy Clave” en once países de América Latina. La iniciativa ha permitido fortalecer alianzas que apoyan respuestas aceleradas con participación de las comunidades y de la sociedad civil impulsando así modelos de servicios centrados en las personas.
Es esencial que las comunidades estén empoderadas para que puedan desarrollar sus propias estrategias y llegar a quienes más lo necesitan con información, autopruebas de VIH, antirretrovirales como método de prevención (lo que se conoce como PrEP), y tratamiento para lograr una carga viral indetectable y cortar la cadena de transmisión.
Además, al ser espacios libres de estigma y discriminación, los servicios liderados por grupos de la comunidad aumentan la aceptación y la retención en la atención de homosexuales y hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, personas que ejercen el trabajo sexual, personas trans, y usuarios de drogas, poblaciones consideradas clave en la respuesta al VIH y entre quienes se reporta la mayor cantidad de nuevas infecciones.
En América Latina y el Caribe alrededor de 2,5 millones de personas viven con VIH. En 2022, unas 130.000 personas adquirieron el virus y 33.000 perdieron la vida por causas relacionadas con el sida.
Cómo prevenir nuevos casos de VIH
Los avances en medicina y salud pública han permitido tener un diagnóstico rápido, métodos para una prevención combinada y un tratamiento eficaz contra el virus. Una persona infectada que adhiere al tratamiento ya no transmite el virus, mientras que una persona sana que toma PrEP tiene un 99% de protección frente al VIH.
La región ha hecho grandes esfuerzos por avanzar en la implementación de la PrEP, lo que se refleja en un aumento en el número de países con políticas de salud pública que la incluyen y su mayor disponibilidad. Sin embargo, es necesario aumentar rápidamente el número de personas que la reciben para prevenir nuevas infecciones.
La difusión de la información a las comunidades puede apoyar el aumento de la demanda de la PrEP, especialmente de quienes se encuentran en mayor riesgo de exposición. Además, a través del Fondo Estratégico de la OPS, los países de las Américas pueden adquirir la PrEP a precios asequibles, un apoyo fundamental frente a los limitados recursos de algunos ministerios de salud.