En los últimos años, la tradicional leche de vaca que acompaña el desayuno a diario ha sido reemplazada por muchas personas por opciones basadas en plantas. La intolerancia a la lactosa y la alergia a la leche han provocado el surgimiento de las bebidas vegetales.
Hoy en día la leche de almendras y la leche de avena son dos novedosas alternativas para el desayuno. Los beneficios nutricionales de cada una son diferentes, por eso es necesario conocer qué nutrientes te ofrecen para que elijas la más adecuada según tus características.
Leche de almendras
La leche de almendras es elaborada en base a almendras molidas y agua. Suele utilizarse como bebida o como ingrediente en las recetas de cocina en reemplazo de la leche de vaca.
Debido a que posee menos calorías, tan solo entre 30 a 35 por taza, la leche de almendras se ha posicionado como una de las más populares del mercado como parte de una alimentación saludable
Según un estudio de McGill University en Canadá, esta bebida vegetal tiene un alto contenido de ácidos grasos monoinsaturados, que son considerados parte de las grasas saludables. Por eso su consumo ayuda en el control de peso y la pérdida del mismo, además favorece la reducción del colesterol de lipoproteínas de baja densidad (LDL) en el organismo.
A pesar de esto, la leche de almendras también resulta muy baja en proteínas, ya que aporta apenas más de un gramo por taza. Normalmente este tipo de leche vegetal se fortifica con calcio y vitamina D. Sin embargo, no es la más adecuada para niños, porque ellos necesitan de un mayor aporte calórico y proteico.
Leche de avena
La leche de avena es hecha a partir de los granos de avena entera, cuyo contenido vegetal es extraído con agua. Se caracteriza por su textura cremosa y por su sabor, que es muy similar al de la avena pura.
Al no estar compuesta de derivados animales ni nueces, esta bebida de avena contiene azúcares naturales, especialmente maltosa. Su índice glucémico es notablemente alto, tiene un valor de 59, que es sólo superado por otras dos bebidas de leche vegetal: la de coco y la de arroz. Este índice glucémico elevado puede causar un aumento temporal en los niveles de azúcar en la sangre, que resulta en una disminución temporal de la energía. Sin embargo, este efecto puede ser fácilmente controlado al combinar el consumo de este tipo de leche con alimentos ricos en fibra, proteína y grasas saludables.
Por otro lado, la leche de avena ofrece alrededor de 130 calorías por taza, un número que puede incrementarse si la bebida se endulza. Proporciona más carbohidratos, alrededor de 20 gramos por taza, y alrededor de cuatro gramos de proteína. Uno de sus atractivos es que aporta más vitamina B que la leche de vaca.
En comparación con otros tipos de bebidas vegetales como la de almendras, arroz o soya, la leche de avena ha demostrado ser una de las preferidas por el público en general debido a sus propiedades nutricionales, tal como afirma una investigación publicado en Science Direct, revista especializada en ciencia y salud.
Hay que tener en cuenta que la leche de avena puede contener restos de gluten, por lo que no es la elección más recomendable para personas con enfermedad celiaca o intolerancia al gluten.
En conclusión, cuando se trata de escoger una alternativa a la leche de vaca para aquellos que siguen un dieta a base de palntas, hay una serie de opciones interesantes a tener en cuenta, no obstante, algunas destacan por encima de otras por sus propiedades nutricionales. Como vemos, estas opciones de bebidas de leche vegetal no son óptimas para todos y su elección debería basarse en las necesidades nutricionales de cada persona.