Las enfermedades no transmisibles son responsables de más del 70% de muertes al año en las Américas

Algunos ejemplos son las patologías cardiovasculares, diabetes, el cáncer y los problemas de salud mental. Entre el 14 y el 21 de septiembre se conmemora la Semana Mundial de Acción sobre las Enfermedades No Transmisibles. Cuáles son los factores de riesgo que hay que tener en cuenta

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La hipertensión arterial afecta entre el 35 y 40% de la población, siendo una de las principales ENT (Getty)
La hipertensión arterial afecta entre el 35 y 40% de la población, siendo una de las principales ENT (Getty)

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), “las enfermedades no transmisibles (ENT) también conocidas como enfermedades crónicas, suelen ser de larga duración y son el resultado de una combinación de factores genéticos, fisiológicos, ambientales y de comportamiento. Los principales tipos de ENT son las enfermedades cardiovasculares (como los infartos de miocardio y los accidentes cerebrovasculares), los cánceres, las enfermedades respiratorias crónicas (como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica y el asma) y la diabetes”.

Para el organismo sanitario, “estas afecciones suelen asociarse a grupos de edad avanzada, pero los datos demuestran que cada año se producen 17 millones de muertes por ENT antes de los 70 años de edad”.

En ese sentido, entre el 14 y el 21 de septiembre, se conmemora por quinto año consecutivo la Semana Mundial de Acción sobre las Enfermedades No Transmisibles. En esta ocasión, se pondrá el foco en el cierre de la brecha en la atención, para procurar que todas las personas tengan acceso a servicios de salud esenciales y asequibles, además de incentivar la disminución de la carga de las ENT mediante acciones individuales y sanitarias en general que promuevan la prevención a través del control de los factores de riesgo.

Las enfermedades no transmisibles (ENT) resultan de factores genéticos, fisiológicos, ambientales y de comportamiento, según la OMS
Las enfermedades no transmisibles (ENT) resultan de factores genéticos, fisiológicos, ambientales y de comportamiento, según la OMS

En tanto, de acuerdo a la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el género impacta en los niveles de exposición y vulnerabilidad a los factores de riesgo. Por ejemplo, las mujeres tienen mayor riesgo de desarrollar obesidad, lo que a su vez aumenta la posibilidad de desarrollar otras ENT, como diabetes. Asimismo, en América, la depresión se presenta dos veces más en el sexo femenino que en los varones.

Cabe recordar que las ENT causan la muerte de 5,5 millones de personas por año en la región de las Américas, según datos de Upjohn, división de Pfizer. Muchos de estos desenlaces podrían evitarse si se redujeran los factores de riesgo comunes, como por ejemplo el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol, el sedentarismo y la alimentación poco saludable.

“El abordaje de las ENT tiene múltiples aristas. Desde lo médico, podemos fomentar la concientización de las personas con campañas y acciones. Sin embargo, hay una brecha entre esto y que el paciente pueda concurrir formalmente a la consulta, por múltiples cuestiones: su situación laboral, socioeconómica, si tiene o no cobertura social, la cercanía con el centro de atención, la disponibilidad de turnos y de especialidades. Todo comienza cuando se estimula al paciente a que vaya y, a partir de allí, pueden solucionarse las demás barreras”, sostuvo el doctor Nicolás Renna, presidente de la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial.

El tabaquismo es uno de los principales factores de riesgo de ENT /EFE/ Ballesteros
El tabaquismo es uno de los principales factores de riesgo de ENT /EFE/ Ballesteros

Según explicó Renna, en líneas generales, las enfermedades crónicas no transmisibles se ven influenciadas principalmente por patologías prevalentes: “La primera es la hipertensión arterial, cuya prevalencia a nivel poblacional ronda entre el 35 y 40%; la segunda es el sobrepeso y la obesidad, que en Argentina afecta, según la 4º Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, a alrededor de un 60% de la población. Otro factor de riesgo es la diabetes, con una prevalencia un poco menor, que ronda entre el 9 y el 12%; también está el tabaquismo, así como otros factores relacionados con el sedentarismo y el consumo excesivo de alcohol”.

Por su parte, el licenciado Martín Javier Martínez Lozano, gerente general de Upjohn división de Pfizer para el Cono Sur y Clúster Andino, detalló: “Las ENT son un problema que debemos abordar como sociedad. Desde Upjohn división de Pfizer, es un orgullo estar impulsando esta iniciativa para que más personas puedan controlar sus factores de riesgo y así vivir más y mejor. Debemos aunar esfuerzos entre todos los actores del sistema de salud, incluyendo médicos, autoridades sanitarias, organizaciones de la sociedad civil y la industria farmacéutica para reducir el impacto que esta carga tiene en la vida de todos”.

En segundo término, el doctor Renna postuló: “En el caso particular de las mujeres, si bien ellas concurren más a los controles que los hombres, muchos de los síntomas vinculados a lo cardiovascular en la mujer pueden pasar más desapercibidos o ser subestimados en comparación con los varones. Por otro lado, durante mucho tiempo se ha extendido erróneamente que estas son enfermedades de un solo género, el masculino. Desde hace un tiempo, existen en el mundo campañas para concientizar cómo influye la enfermedad cardiovascular en la mujer, no sólo en la postmenopausia, sino también durante su edad fértil o en el embarazo”.

Reducir factores de riesgo como el tabaquismo y el sedentarismo podría evitar muchos de estas cuadros (Getty)
Reducir factores de riesgo como el tabaquismo y el sedentarismo podría evitar muchos de estas cuadros (Getty)

A su turno, Santiago Guaycochea, médico especialista en medicina interna, experto en medicina del dolor y presidente de la Asociación Argentina para el Estudio del Dolor (AAED), planteó: “La mayoría de las muertes por ENT son de causa cardiovascular y circulatoria, ; todos los tipos de cáncer, diabetes, además de los trastornos mentales y de comportamiento. Todas estas afecciones, además, se ven perjudicadas por el dolor, porque muchos de estos pacientes tienen diabetes, hipertensión o han sufrido un ACV con secuelas motoras, y pueden estar acompañadas de dolor, y la comorbilidad aumenta, por lo tanto, también la mortalidad, disminuyendo la calidad de vida”.

Según detalló Guaycochea, “siendo las ENT tan prevalentes, el dolor también puede ser protagonista, afectando no solo la calidad de vida sino el pronóstico de las patologías de base. En el caso de la diabetes, los pacientes con mal control glucémico, pueden presentar dolor neuropático como por ejemplo la Neuropatía Diabética Periférica. La Fibromialgia es uno de los síndromes dolorosos más frecuentes, con mecanismo nociplástico, y tiene una prevalencia de cerca de un 4 % de la población y puede acompañarse con frecuencia de depresión, ansiedad, que son ENT”.

“Existen tres pilares para el abordaje del dolor crónico: el primero es el trabajo multidisciplinario, ya que se precisa de un equipo: psicólogo, psiquiatra y rehabilitación. Luego, el tratamiento farmacológico y, finalmente, el tercer pilar es el seguimiento del médico de cabecera, el cual debe supervisar el tratamiento, ya que el impacto del dolor en estos pacientes es muy grande y afecta todas las esferas de la vida: social, laboral, afectiva, sexual y educativa”, concluyó Guaycochea.

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