Cada vez que la selección argentina o algún equipo debe ir a disputar un partido a la altura de La Paz, en Bolivia; Quito, en Ecuador o Cuzco, en Perú, vuelve a instalarse el debate acerca de si es viable para quienes no están acostumbrados a jugar en esas altitudes desempeñarse sin poner en riesgo su salud.
Muchos equipos, de hecho, deciden instalarse unos días antes del encuentro para adaptarse a las condiciones del lugar y evitar —o reducir— los efectos de jugar un partido a una altura sobre el nivel del mar que puede causar algunos malestares a los deportistas de alto rendimiento.
Para más, el pasado fin de semana, la cantante argentina María Becerra, debió ser asistida con oxígeno luego de dar un show en la ciudad boliviana de Cochabamba, a más de 2.500 metros de altura.
“Lo dimos todo ayer, pero terminé con taquicardia y oxigenando en 80″, publicó la propia Becerra en su cuenta de X, junto a una foto en la que se la ve recibiendo oxígeno mediante una cánula nasal de alto flujo, más conocida como bigotera.
Para minimizar los efectos en sus jugadores, la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) invirtió en esta oportunidad en unos pequeños tubos de oxígeno, de la marca Boost Oxygen que son fabricados en Estados Unidos con el objetivo de ayudar a los atletas de alto rendimiento con su recuperación, pero que además es perfecto para combatir la altitud.
Cuál es el efecto de la altura en el organismo
En este punto, es clave entender que, a mayor altura la presión atmosférica disminuye y, en consecuencia, también decae la presión parcial de oxígeno en el aire. Para quienes no están acostumbrados, esto puede provocar lo que se conoce como “mal de alturas” que incluye dolor de cabeza, cansancio, náuseas o pérdida de apetito. Todo esto, en deportistas de alto rendimiento, es un problema grave ya que influye directamente sobre su desempeño.
Un artículo de la Federación Mexicana de Nutrición Deportiva resaltó que, “en elevaciones mayores a 1.500 metros, las moléculas de oxígeno están más extendidas de lo que están a nivel del mar. Como resultado, se inhala y entrega menos oxígeno a los tejidos que están activos por cada inhalación. Esto provoca una cascada de eventos y toma tiempo para que el cuerpo se adapte a las nuevas condiciones”.
Puntualmente, la baja presión barométrica en las alturas puede causar una pérdida aeróbica importante en los deportistas de planicie, como suele decirse a quienes juegan en el llano. Es decir, su cuerpo no transporta ni utiliza el oxígeno tan eficientemente.
La falta de oxígeno genera una acumulación excesiva de ácido láctico, que es la sustancia corporal responsable por la fatiga. Así, los futbolistas cuyo cuerpo no está aclimatado tienen menos explosividad, velocidad, potencia e incluso coordinación.
Por supuesto, esto también puede afectar el aspecto psicológico de los futbolistas, ya que el mayor cansancio puede llevar a una peor toma de decisiones, lo cual deriva en más cantidad de errores no forzados.
Según una publicación de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), “el hombre de la altura, en reposo y en actividad física, tiene una mayor ventilación pulmonar que el hombre del llano y de la costa en condiciones similares, o sea que en un tiempo dado entra y sale de los pulmones un elevado volumen de aire, y este proceso compensa en parte la caída de la presión parcial del oxígeno en el aire inspirado”.
“Nuestros estudios han demostrado que los habitantes andinos, a pesar del adverso factor ambiental, son capaces de tolerar más tiempo, comparados con los habitantes del llano, una determinada actividad física experimental —ahondaron—. Y esta mayor tolerancia está asociada a una menor producción de lactato y piruvato, que compensa la reducción de la capacidad amortiguadora de la sangre circulante, lo que indica, paradójicamente, que la vía metabólica utilizada es más aeróbica que anaeróbica”.
Esto es lo que pasa en el cuerpo de un deportista en la altura
En el mismo artículo, la Federación Mexicana de Nutrición Deportiva enumeró la serie de cambios a nivel del organismo que sufre un deportista durante la actividad física a más de 1.500 metros sobre el nivel del mar.
Efectos iniciales (dentro de las primeras 72 horas)
- Aumentan las necesidades de hierro
- Disminuye el sueño profundo (el patrón de respiración cambia)
- Aparecen dolores de cabeza
- Se eleva el metabolismo en reposo y disminuye el apetito (pudiendo llevar a pérdida de peso)
- Aumentan las respuestas de adaptación pro y anti-inflamatorias
- Aumenta la dependencia de la utilización de glucógeno
- Se eleva el riesgo de deshidratación
Efectos de la aclimatación, es decir luego de dos o tres semanas de entrenamiento de altitud
- Aumenta la eficiencia en la utilización de oxígeno en los músculos y la regulación del pH lo que se traduce en más tolerancia al ejercicio
- Se eleva el volumen de glóbulos rojos después de 10-14 días.
- Disminuye la frecuencia cardiaca
- Se incrementa la formación de nuevos vasos sanguíneos
- Aumenta la capacidad de transporte de oxígeno a la sangre