Cómo ayudar a las adolescentes a aceptarse y reconciliarse con el espejo

La insatisfacción con el cuerpo está asociada a depresión, ansiedad y trastornos alimentarios. Tres expertas, una dermatóloga, una endocrinóloga y una psicóloga, brindaron 5 consejos para padres

Estas jóvenes a menudo luchan por controlar a toda costa su imagen corporal, más allá de que sea físicamente atractiva, porque no coincide con la imagen que desean proyectar

En algún momento de sus vidas, muchas mujeres sienten que no están conformes con su cuerpo. “Según los datos de 2023 de la Organización Nacional de Mujeres (NOW), el 53 por ciento de las niñas estadounidenses están decepcionadas con sus cuerpos”, describió la doctora Bárbara Greenberg, médica de adolescentes en un artículo publicado en Psychology Today.

Y este tipo de insatisfacción no solo se da en el país del norte, también es frecuente en nuestras tierras. Quién no ha visto alguna vez chicas muy jóvenes preocupadas por su imagen o peso. O que se sienten mal con sus cuerpos, particularmente después de compararse en las redes sociales con sus pares y celebridades. Muchas, a pesar de su corta edad, acuden con sus padres al consultorio del cirujano estético para rellenar sus labios con ácido hialurónico o para ponerse implantes mamarios.

Todo indica que se está ante un fenómeno al que muchos se han acostumbrado: la insatisfacción corporal. La novedad es que ahora ese sentimiento frustrante y dañino aparece cada vez a menor edad.

Los cirujanos cuentan que hace algunos años, a sus consultorios iban mujeres de más de 40 o 50 años a hacerse “retoques” o aumentar el busto, pero ahora aparecen cada vez más jóvenes que rondan los 20 y buscan hacerse intervenciones estéticas a pesar de la belleza innata de su juventud.

La presión por cumplir con determinada imagen corporal lleva a muchas jóvenes a tener problemas de autoestima y estrés (Getty Images)

Esta infelicidad corporal acompaña a las mujeres a lo largo de su vida, y suele afectar su salud mental ya que está asociada a la depresión, la ansiedad y la aparición de trastornos alimentarios, advirtió Greenberg.

La doctora Leisa Molinari, (M.N° 116.628) médica dermatóloga especialista en cáncer de piel y cirugía micrográfica de Mohs, fundadora del Centro Médico de la Piel, comentó a Infobae: “Hace unos años, ni siquiera se me ocurría que una adolescente de 14 años se sentara frente a mí pidiendo mejorar su nariz (lo más común) o hacerse algún retoque en la boca. Muchas vienen acompañadas por sus madres, y la frase ‘ya no sé qué hacer para convencerla de que no se toque la cara’ parece indicar que las redes sociales, TikTok y otras plataformas están ejerciendo tanta presión que ninguna palabra de madre, padre o tutor parece tener valor”.

Y agregó: En mi rol como dermatóloga, no realizo procedimientos estéticos invasivos en niñas, y en general me opongo a ellas. Sin embargo, en casos excepcionales, cuando un psicólogo me proporciona una nota que respalda la necesidad de dicho procedimiento y está de acuerdo con el cambio físico, he tenido que considerar realizarlo. Mi enfoque principal es siempre el diálogo y la comprensión con la paciente”.

Por otra parte, la doctora Laura Maffei (M.Nº 62441), endocrinóloga y directora de Maffei Centro Médico, señaló a Infobae que este tema está relacionado con la autoestima de niñas y niños, quienes no han tenido la oportunidad de fortalecer sus propios valores para sentirse seguros y bien consigo mismos.

"El vacío emocional o la inseguridad no se corrige con operaciones”, afirmó la psicóloga Eva Rotenberg

“Considero que esto a menudo está vinculado a un entorno familiar en el cual se valora más la apariencia física que las emociones, la alegría, el carácter, los objetivos o la resiliencia. Estos valores se han centrado en la superficialidad, donde lo estético ha ocupado un lugar demasiado importante”, afirmó la endocrinóloga.

La especialista señaló que esta presión ha llevado a que los jóvenes vean afectada su autoestima y, en consecuencia, estén estresados. “Recordemos al acrónimo C.I.N.E (C: Pérdida de Control, I: Imprevisibilidad, N: Novedad y E: Afectación del Ego y la autoestima) que hace referencia a las características que deben estar presentes en una situación para desencadenar un aumento de las hormonas de estrés. Estos jóvenes a menudo luchan por controlar a toda costa su imagen corporal, más allá de que quizás sea físicamente atractiva, porque no coincide con la imagen que desean o creen proyectar. Experimentan una presión constante en cuanto a su apariencia, que está principalmente relacionada con la genética ya que cada uno tiene su estilo y su forma, y la inseguridad surge cuando no se acepta esta realidad”, declaró Maffei.

Por su parte, Eva Rotenberg, miembro didacta de la Asociación Psicoanalítica Argentina e Internacional, directora del Departamento de Psicosomática de la misma institución y directora de la Escuela para Padres, explicó a Infobae que de acuerdo a cómo va creciendo, la persona se va aceptando o no se va aceptando, y va idealizando a los otros.

“El cuerpo puede ser parte de la identidad o puede ser un cuerpo objeto, donde la persona nunca se siente satisfecha porque el problema es otro, el problema es que no se acepta a sí mismo, entonces está diez horas en el gimnasio, tiene trastornos de la alimentación, y se somete a cirugías estéticas que nunca la van a dejar satisfecha porque el vacío emocional o la inseguridad no se corrige con operaciones”, afirmó Rotenberg.

Es importante intervenir a tiempo ante esta insatisfacción para evitar que se desarrolle un trastorno alimentario u otros problemas de salud mental (Gettyimages)

Cuáles son los problemas

Según Molinari las jóvenes suelen mostrar insatisfacción con sus cuerpos debido a diversos factores, como las presiones sociales, la influencia de los estándares de belleza y la constante exposición a imágenes perfeccionadas en las redes sociales: “Como especialista concidero que, si bien la pandemia y el uso de teléfonos celulares pueden haber acentuado la mirada sobre esta perfección estandarizada por uso de filtros, es importante señalar que estos factores no son los únicos responsables de la insatisfacción corporal”.

Además, las adolescentes están muchas veces en pleno desarrollo, por lo que pueden sufrir fluctuaciones de peso u otros cambios corporales que no son tomados en cuenta.

Maffei sostuvo que los jóvenes experimentan cambios significativos en su desarrollo, y no hay una respuesta definitiva: “En muchas chicas, los cambios hormonales importantes pueden llevar a un aumento de peso y modificaciones en su cuerpo que impactan en su desarrollo. Por ejemplo, una chica que antes era delgada y pequeña puede experimentar un desarrollo corporal más pronunciado. Por eso, como médica, creo que es esencial esperar hasta que haya madurez emocional y comprender las razones detrás de la decisión de someterse a una cirugía, por ejemplo de mamas”.

Cuándo nace la infelicidad corporal

¿Por qué niñas tan jóvenes, y en la plenitud de su juventud y belleza pueden experimentar insatisfacción con sus cuerpos?

Las redes sociales a veces contribuyen a la comparación con celebridades y a la búsqueda de imágenes corporales imposibles de alcanzar (Getty)

Rotenberg señaló: “Nosotros diferenciamos el esquema corporal, que es común a la especie, por ejemplo, los perros tienen cuatro patas, hocico, cola… el ser humano es erecto, tiene dos pies, dos brazos, de la imagen corporal. Esta se constituye de modo imaginario de acuerdo a los vínculos primarios, que uno tuvo y tiene en su familia: si son de amor, de respeto, que lo alientan, que estimulan la parte positiva o son vínculos en los que los padres, sin darse cuenta, quieren corregir todo el tiempo lo que los hijos hacen mal. Los padres a veces piensan que educar es mostrar los errores, corregir y poner penitencias y castigos”, advirtió la psicóloga.

Como resultado de esto, ese niño o niña va creciendo con una baja autoestima. “Se va sintiendo humillado o resentido y en lugar de integrar su cuerpo se someten al deseo del otro. No sienten el cuerpo como propio y son los padres o los médicos los que le dicen ‘tenés que comer esto’, ‘hoy hace frío, ponete la campera’ aunque el niño tenga calor. Los padres son los que les van diciendo lo que deben hacer y no escuchan lo que siente su hijo o hija, entonces hay un modo de crecimiento que tiene que ver con interdependencias sanas y otro que tiene que ver con interdependencias patológicas”, describió Rotenberg.

5 consejos para los padres

1. Actuar con sensibilidad, empatía y apoyo. “Es fundamental fomentar una comunicación abierta y honesta con los hijos, donde puedan expresar sus inseguridades y preocupaciones”, recomendó la doctora Molinari.

Y agregó: “Es esencial educar sobre la diversidad de cuerpos y promover una autoestima saludable basada en valores más allá de la apariencia física. Si los padres detectan signos de un posible trastorno de la imagen corporal o una obsesión con las intervenciones estéticas, es recomendable buscar ayuda profesional, como un psicólogo especializado”.

Es fundamental que en las familias se cultive el cuidado del propio cuerpo, de la salud y la nutrición saludable

2. Reflexionar sobre los propios valores. “No se trata de buscar culpables entre las madres o padres, sino de identificar los valores estéticos que pueden haber transmitido y cómo han abordado cuestiones relacionadas con la alimentación saludable y otros aspectos durante la crianza. Es crucial que primero se enfoquen en prevenir problemas de seguridad y autoestima”, aconsejó Maffei.

3. Crear vínculos de afecto y respeto. “El tema de aceptarse a sí mismos no se logra diciéndoles a las chicas ‘Qué linda que sos’. La autoestima y la aceptación de sí mismo se internaliza a través de los vínculos de afecto y de respeto. Este es un proceso que transcurre silenciosamente, nosotros los psicoanalistas decimos inconscientemente. Sugiero que desde pequeños, si los padres notan que a los chicos no les gusta la ropa que se ponen, rechazan la comida o tienen algún signo de ‘no aceptación recurrente’, consulten a un profesional para que los ayude en su caso específico”, recomendó Rotenberg.

4. Tener en cuenta el entorno. “En la escuela siempre pueden surgir críticas. En el caso de un trastorno corporal o problemas de imagen corporal, considero que es necesario llevar a cabo entrevistas familiares que incluyan a padres e hijos y considerar la terapia para reflexionar sobre cómo abordar la situación. A veces, los padres pueden ser demasiado insistentes y sobreprotectores, lo que requiere orientación profesional para toda la familia”, indicó Maffei.

5. Tratar de ser un buen modelo a seguir. “Abstenerse de criticar el propio cuerpo y/o preguntar si se ve gorda. Nuestras hijas están observando y como madres estamos entre sus modelos a seguir más importantes. En cambio, hablar sobre lo bueno del cuerpo, por ejemplo, cómo las piernas fuertes ayudan a correr más rápido o jugar mejor al tenis. Además, Es importante intervenir a tiempo ante esta insatisfacción para evitar que se desarrolle un trastorno alimentario u otros problemas de salud mental”, recomendó Bárbara Greenberg. También consideró importante limitar el acceso a las redes sociales tanto como se pueda. “Las redes sociales facilitan las comparaciones con amigos y celebridades y, como sabemos, todos empiezan a sentirse mal consigo mismos”, advirtió la doctora.

“Trabajar la imagen corporal no es fácil pero el esfuerzo bien vale la pena. Aprender que el cuerpo debe ser valorado, quererlo y cuidarlo es una lección que debería comenzar desde que las niñas son jóvenes”, concluyó Greenberg.