“Doctor, tengo SIBO”. Esta es una frase que he escuchado muchas veces en el último tiempo y, generalmente, surge de son personas que vienen con la panza hinchada, la digestión pesada, por ahí con constipación, por ahí con debilidad, con síntomas que son medios inespecíficos.
Pero, ¿qué es el SIBO? Esta palabra es algo que se ha popularizado. Sin embargo, se trata de una enfermedad que realmente existe y es un problema. En resumidas cuentas, es el crecimiento de bacterias que deberían estar en la última parte del intestino, en el colon, y se han mudado al intestino delgado.
Comúnmente se produce cuando una circunstancia, como una cirugía o una enfermedad, ralentiza el paso de alimentos y desechos en el tubo digestivo y se crea un caldo de cultivo para las bacterias, dicen desde Mayo Clinic. Al tiempo que señalan que también puede aparecer como resultado de problemas estructurales y algunas enfermedades.
¿Cuáles son los síntomas del SIBO? Bueno, tras saber cómo inicia, ahora le cuento que los signos de esta condición, según Mayo Clinic son: pérdida del apetito, dolor abdominal, náuseas, hinchazón, sensación incómoda de saciedad después de comer, diarrea, pérdida de peso involuntaria y malnutrición.
Sin embargo, estos síntomas también, pueden ser producidos por otras enfermedades o por otras conductas. Algunas de estas son, por ejemplo, comer muy rápido o comer mucha cantidad de comida después de haber estado varias horas sin comer.
De todos modos, hay algunos signos de alarma sobre esta enfermedad, como son diarrea persistente, pérdida de peso rápida e involuntaria y dolor abdominal que dura más de unos pocos días y, en el caso que el dolor sea grave, la atención médica debe ser inmediata.
Más allá de estos aspectos, lo cierto es que, hoy en día, hay un test para detectar la enfermedad. Es decir, no solo es lo que usted puede creer, sino que definitivamente hay un test para detectar el SIBO, que es el aire espirado.
¿Cómo es el test para determinar si tiene SIBO? La verdad es que es sencillo, porque uno sopla de una manera especial en un laboratorio y ahí le dicen, luego de medir la cantidad de hidrógeno y tras evaluar la cantidad de otras sustancias que son las que, realmente, le pueden dar la idea de lo que puede tener, si tiene o no tiene esta condición.
Otra pregunta que me hacen mucho es: ¿cuáles son los factores de riesgo? Algunos de ellos son: cirugía gástricas; algún defecto estructural o lesión en el intestino delgado; un paso anormal (fístula) entre dos segmentos del intestino; la enfermedad de Crohn, linfoma intestinal o esclerodermia que compromete el intestino delgado; antecedentes de radioterapia en el abdomen; diabetes; diverticulosis en el intestino delgado y adherencias causadas por una cirugía abdominal previa, según enumera Mayo Clinic,
Entonces, ahora, usted me dirá: “Me diagnosticaron SIBO, ¿qué hago?”. Lo primero es escuchar a su médico tratante, luego sepa que, tras estos resultados, deberá hacer una dieta en la cual se limitan algunos hidratos de carbono que, como son unos cuantos, se los voy a explicar en otra oportunidad.
Por último, no me quiero olvidar de la influencia de la salud mental. Entonces, ¿qué rol puede tener el estrés? El estrés puede incidir en que una enfermedad aparezca, se desencadene o que sea grave, pero el estrés en sí mismo no produce enfermedades.
*El doctor Alberto Cormillot (MN 24.518) es un reconocido médico argentino especialista en obesidad, educador para la salud, escritor y conferencista. Fundó y dirige la Clínica de Nutrición y Salud que lleva su nombre, Dieta Club, la Fundación ALCO (Anónimos Luchadores Contra la Obesidad) y el Instituto Argentino de Nutrición, desde donde asesora a industrias para la elaboración de productos dietéticos y saludables.