Síndrome de burnout: cómo desactivarlo y evitar el desgaste emocional en el ámbito laboral

Muchas veces minimizado por considerarlo solo cansancio o una forma de estrés, se trata de una condición grave que puede tener un alto impacto en la salud física y mental de una persona. Síntomas, diagnóstico y tratamiento

En el ámbito laboral, el burnout se manifiesta mediante agotamiento emocional, despersonalización y falta de realización personal (Getty)

Es muy frecuente que alguien nos comente que se siente superado por eventos de su vida, que no cree poder seguir “haciendo frente” a determinada o varias situaciones, que considera que no tiene fuerzas o capacidad y cierre con una expresión: “No doy más”. Estamos en una época, quizás también en una región en la que el desgaste, el estrés cotidiano se ha normalizado. En muchos casos el cansancio físico, mental, el agotamiento, o la astenia cualquiera sea la forma en que se manifieste en el mundo del trabajo, ese cuadro de desmotivación se llama burnout.

En 1974 Herbert Freudenberger un psicólogo alemán, que trabajaba en una clínica para toxicómanos en Nueva York, describió un síndrome con sintomatología y características particulares no descriptas hasta ese momento, en el personal que atendía en la clínica y en particular en voluntarios que habían empezado con un grado alto de motivación.

A cierto tiempo de trabajar, un año, la mayoría de los voluntarios sufría una progresiva pérdida de energía, hasta llegar al agotamiento. El cuadro estaba enmarcado por síntomas de ansiedad y de depresión, así como desmotivación en su trabajo y agresividad para con los pacientes.

Aproximadamente para la misma época, la psicóloga social Cristina Maslach, (esposa de Paul Zimbardo y alumna suya en el famoso experimento de la prisión de Stanford), estudiando las respuestas emocionales de los profesionales de ayuda, calificó a los afectados de “sobrecarga emocional” o síndrome de burnout (quemado), y lo describió como “un agotamiento emocional, despersonalización y baja realización personal” que puede ocurrir entre individuos que trabajan con personas.

El burnout suele ser causado por el estrés crónico en el lugar de trabajo. Esto puede ser producido por factores como altas exigencias, falta de control y de apoyo social (Getty Images)

Qué es el burnout

El burnout es un estado de agotamiento físico, emocional y mental causado por un estrés excesivo y prolongado. Estas son sus manifestaciones:

- Agotamiento emocional, que se refiere a la disminución y pérdida de recursos emocionales

- Despersonalización o deshumanización, consistente en el desarrollo de actitudes negativas, de insensibilidad y de cinismo hacia los receptores del servicio prestado.

- Falta de realización personal, con tendencias a evaluar el propio trabajo de forma negativa, con vivencias de insuficiencia profesional y baja autoestima personal

- Sentimientos de fatiga, falta de motivación y dificultad para concentrarse

- Cambios en los patrones de sueño y en el apetito

- Cambios de humor, como tristeza, ansiedad o irritabilidad

- Síntomas físicos, como dolores de cabeza, de estómago o tensión muscular

- Síntomas físicos de estrés, como cansancio y malestar general.

Los síntomas y manifestaciones físicas y emocionales del burnout son la fatiga, la falta de motivación, los cambios en el sueño y en el apetito

El burnout suele ser causado por el estrés crónico en el lugar de trabajo. Esto puede ser producido por factores como altas exigencias, falta de control y de apoyo social. El burnout también puede tener su razón en el estrés de otras áreas de la vida, como en las relaciones o las finanzas.

Cuál es la base neurobiológica del burnout

Es similar a la del estrés, pero en la cual los factores cognitivos predominan, asimismo la relación con aspectos que abarca otras áreas como las hormonales (el eje hipotálamo-hipofisario y las consecuencias de su alteración) y el sistema inmunológico.

Uno de los principales cambios que se producen en el cerebro durante el burnout es una disminución de los niveles de los neurotransmisores dopamina y noradrenalina. Estos neurotransmisores están involucrados en la motivación, la recompensa y la atención. Sin embargo, imaginar que la química encefálica es un sistema de cañerías aisladas y con sistemas por compartimentos estancos es desconocer la neurobiología. La alteración de todas las otras variables, como por ejemplo los opiáceos y cannabinoides endógenos, así como el de la serotonina se postulan como causantes probables de la sintomatología diversa en estos cuadros. Así, surgen los elementos cognitivos como dificultad para concentrarse; comportamentales, sentimientos de fatiga y emocionales, como la falta de motivación.

Uno de los principales cambios que se producen en el cerebro durante el burnout es una disminución de los niveles de los neurotransmisores dopamina y noradrenalina (Getty)

El burnout también se asocia con niveles elevados de la hormona del estrés, el cortisol. Este se libera en respuesta al estrés y puede tener una serie de efectos negativos en el cuerpo, como suprimir el sistema inmunológico y aumentar la inflamación. Las patologías consecuentes a los procesos inflamatorios han cobrado cada vez mayor interés a la luz de los descubrimientos de los últimos años (procesos metabólicos, oncológicos etc.).

Finalmente, el burnout también se asocia con cambios en el sistema inmunológico. Cuando las personas están agotadas, son más propensas a enfermarse. Esto se debe a que el burnout puede debilitar el sistema inmunológico, lo que hace que sea más difícil combatir las infecciones.

Diagnóstico y tratamiento

No hay una prueba única para el burnout, pero se puede diagnosticar en base a los síntomas de una persona y su historial médico. Existen escalas siendo una muy usada la ya citada de Maslach. Es importante la participación de una especialista no solo en salud mental, sino que conozca el cuadro ya que puede confundirse y ser comórbido con una variedad importante de otras patologías (ansiedad, estrés depresión, etc.).

Es importante establecer la relación concausal con el ámbito laboral ya que la misma puede ser un factor detonante, pero no necesariamente causal, en algunos casos sí lo es y es por eso que en el ámbito forense vemos relación de casos de burnout con el mobbing, el acoso laboral, que implica una valoración no solo clínica sino también médico legal.

Algunos cambios en el ámbito laboral pueden ayudar a superar el burnout, como por ejemplo, delegar tareas, tomar descansos y fomentar una buena atmósfera de equipo

¿Cómo se trata? No hay un tratamiento único para el burnout, el mismo tiene factores ligados al ámbito laboral, al existencial general (por ejemplo, distancia con el trabajo, relación con el contacto familiar, como el tiempo de contacto afectivo extralaboral etc.).

Es importante la búsqueda de ayuda profesional, pero hay una serie de cosas que pueden ayudar y hacer uno mismo, que son comunes al manejo del estrés, como las siguientes:

- Dormir lo suficiente

- Seguir una dieta saludable

- Hacer ejercicio con regularidad

- Practicar técnicas de relajación, como yoga o meditación

- Pasar tiempo con los seres queridos

Finalmente, es muy importante la ayuda profesional porque el cuadro puede ser comórbido con una diversidad de cuadros muy frecuentes e inclusive ser la antesala a urgencias psiquiátricas, así como la posibilidad de incidir o incrementar el consumo de sustancias tóxicas

En relación a la prevención, los siguientes puntos pueden servir para la detección del burnout:

Hacer ejercicio con regularidad y practicar técnicas de relajación, como yoga o meditación son claves para prevenir el burnout (Imagen ilustrativa Infobae)

1) Personales

- Proceso personal de adaptación de expectativas a la realidad cotidiana.

- Fijar expectativas realistas para si mismo.

- Aprender a decir no, qué estoy en condiciones reales de hacer y que no.

- Equilibrio de áreas vitales: familia, amigos, aficiones, descanso, trabajo.

- Delegar tareas

2) Del ámbito laboral

- Fomento de buena atmósfera de equipo: espacios comunes, objetivos comunes.

- Formación continuada reglada, dentro de la jornada laboral

- Diálogo efectivo con las gerencias.

- Minimizar la burocracia con apoyo de personal auxiliar.

- Proveer formación en emociones.

- Tomar descansos

3) En caso de atención a pacientes/clientes etc. Por ejemplo

- Limitar a un máximo la agenda asistencial.

- Tiempo adecuado por paciente: 10 minutos de media como mínimo.

- Buscar ayuda profesional

Hay una serie de cosas que pueden ayudar, que son comunes al manejo del estrés, como dormir lo suficiente, seguir una dieta saludable y estar con los seres queridos

El burnout, que hace unos años considerábamos una entidad extraña, está hoy ya formalmente instalado en el mundo laboral en particular. Se trata de una condición grave que puede tener un impacto significativo en la salud física y mental de una persona, muchas veces banalizado por considerarlo una forma de estrés.

Frente a estos elementos es importante pedir un diagnóstico certero y no recurrir a medicación que puede encubrir el cuadro y llevarlo a una cronificación que en muchos casos termina en una pérdida definitiva de la capacidad de adaptarse al mundo del trabajo con el componente social que esto implica. Con una detección temprana y la acción en los ámbitos desde el personal, pero en particular el laboral / institucional se puede establecer protocolos que han demostrado ser muy eficaces.

* El doctor Enrique De Rosa Alabaster se especializa en temas de salud mental. Es médico psiquiatra, neurólogo, sexólogo y médico legista

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