Hace pocos días estuve en la Feria del Libro infantil en una charla sobre mi libro “La niña deshilachada”, a propósito de la prevención de la violencia sexual padecida en la infancia.
La feria es una de las propuestas más esperadas y atractivas de las vacaciones de invierno y tiene, en general, una gran oferta para los chicos y chicas.
Apenas entramos se escucha la bulla frente a los stands, niños y niñas de ojos encendidos descubriendo la magia de las letras y las ilustraciones. Van de acá para allá de un espectáculo a otro, acompañados de sus mamás y abuelas que (en su mayoría), cargan abrigos, bolsos, jugos y estiran los brazos como elástico cuando los más pequeños, enardecidos por la estimulación, corren más de la cuenta y escapan de su vista.
También se los veía sentaditos en largas filas, esperando para ingresar a alguna de las salas, expectantes de conocer otros mundos, narrados, cantados, leídos y actuados. Estando allí revisé el programa y vi hermosas actividades, pero también vi con preocupación que se impartían algunas charlas sobre temas delicadísimos por personas que no son especialistas en los mismos.
El tema de la literatura infantil y la prevención de las violencias, tan en boga en los últimos tiempos, es un debate para considerar seriamente. La proliferación de cuentos infantiles de prevención sobre temas importantes, como el abuso sexual, es un fenómeno que ha ganado popularidad en los últimos tiempos. Muchas personas, sin ser especialistas en el tema, sienten la necesidad de abordar estas cuestiones y brindar información a los niños y niñas de manera accesible y comprensible a través de la literatura infantil.
Si bien la intención de crear cuentos de prevención es loable, es importante tener en cuenta algunas consideraciones.
- Los cuentos de prevención deben basarse en información precisa y actualizada sobre el tema que abordan. Es esencial que los mensajes que se transmitan sean correctos y que se presenten de manera apropiada según la edad de los niños.
- Deben abordar el tema de manera sensible. Es importante evitar cualquier representación gráfica o lenguaje que pueda ser perturbador o traumático y la información debe ser presentada de manera que los niños puedan entender y asimilar adecuadamente.
Aunque las personas que no son especialistas pueden tener buenas intenciones al crear cuentos de prevención, es importante que estos sean revisados y validados por expertos en el tema. El contenido debe estar avalado y sostenido en fuentes de investigación calificadas, y garantizar que la información y los mensajes que se transmiten sean adecuados y efectivos.
La prevención de las diversas formas de maltrato en la infancia es un tema delicado que debe ser abordado con responsabilidad y cuidado. También las charlas sobre estas temáticas. Si son impartidas por personas no especialistas, podrían surgir algunas consecuencias negativas, como:
- Información inexacta. Pueden no estar informadas sobre los detalles, sesgos y matices de las problemáticas. Esto podría llevar a brindar a una comunicación inexacta o incompleta a los niños y sus familias, lo que podría ponerlos en mayor riesgo.
- Requieren un enfoque cuidadoso y sensible. Las personas no especialistas no tienen la capacitación necesaria para manejar las reacciones emocionales y las preguntas de los niños y niñas de manera adecuada o para valorar un cambio de mirada, una cabeza que se agacha, o qué hacer con ello.
- En caso de que un niño o niña esté padeciendo alguna forma de violencia las personas no especialistas no están preparadas para identificar los signos de advertencia y brindar una intervención adecuada y oportuna, o recursos y apoyo adecuados y pueden agudizar, desde el desconocimiento, el dolor o la sensación de soledad.
- Si las charlas no proporcionan pautas claras y precisas sobre cómo manejar estas situaciones, adónde acudir al momento de solicitar ayuda, podrían aumentar el riesgo para los niños y niñas, o confundirlos: desde asustarlos y culpabilizarlos a minimizar riesgos, que las personas no especialistas desconocen.
- Deben ser impartidas por personas con experiencia y conocimiento en el tema, para ofrecer información, estrategias de intervención y apoyo a los niños, niñas y sus familias.
La importancia de la literatura
Desempeña un papel crucial en la comprensión de los deseos y temores infantiles. La literatura ofrece un espacio seguro para que los niños y niñas exploren y expresen sus emociones y pensamientos más íntimos. Algunas de las razones por la que esto pasa es porque los cuentos, por ejemplo, presentan personajes con los que pueden identificarse.
Estos personajes siempre enfrentan desafíos, situaciones similares a las que se presentan en su vida cotidiana y esa perspectiva los ayuda a encontrar consuelo, a pensar un dilema de otra manera, a enfrentar el miedo, develar situaciones difíciles y expresar deseos. Si esos personajes están basados en estereotipos y no reflejan el verdadero sentir de niños y niñas en problemáticas complejas resultan iatrogénicos (N.del R: cualquier efecto adverso producido en un paciente como resultado de la aplicación de un tratamiento médico o quirúrgico).
Es fundamental que la literatura infantil sobre prevención de temas delicados para la salud mental sea revisada por expertos. Estas personas tienen la formación y experiencia necesarias para abordarlos de manera adecuada y brindar información precisa y útil a los niños, niñas y sus cuidadores.
Si se desea utilizar literatura infantil como recurso para abordar, por ejemplo, la prevención del abuso sexual es importante elegir obras que hayan sido creadas por expertos y que estén diseñadas específicamente para educar a los niños y niñas de una manera adecuada a su edad y nivel de desarrollo. Además, es esencial que los adultos, como madres, padres, cuidadores y educadores, estén preparados para brindar el apoyo y la orientación necesarios en torno a este tema sensible, con lo cual esta literatura siempre está dirigida también a ellos.
Los cuentos también utilizan simbolismos y metáforas para representar emociones y conflictos internos, por ello hay que conocerlos en profundidad para debatir temas de salud mental. Los niños interpretan las metáforas desde su subjetividad y proyectan sus propias experiencias y sentimientos en esa historia que no solo escuchan, la viven en ese momento. La literatura infantil es una herramienta poderosa y valiosa para los niños y niñas ya que les permite explorar, expresar y comprender sus deseos y temores más profundos.
En el caso de la violencia sexual o el maltrato son tantas las diversificaciones, trazabilidad y condiciones en las que se dan estos hechos traumáticos, el background es necesario para dar información y respuesta a cualquier circunstancia.
Aunque se dé en el marco de una feria cultural, si se opta por debatir problemáticas que atañen a la salud mental infanto-juvenil deberían tomarse todos los recaudos necesarios, como tener un comité de expertos que evalúe la pertinencia del material que se va a ofrecer y quiénes serán los encargados de brindarlo.
Por suerte, hoy existe literatura que aborda estas problemáticas y los niños y niñas se encuentran menos solos para conseguir las herramientas tanto para pedir ayuda como para cuidar a un amigo.
Tres consecuencias
En el caso de divulgación de la problemáticas mencionadas, en todas sus formas si es proporcionada por personas no expertas, puede haber riesgos y consecuencias negativas, como las siguientes:
1. Desinformación: las personas no expertas pueden divulgar información incorrecta o inexacta sobre el tema, lo que puede llevar a una comprensión inadecuada y potencialmente dañina.
2. Sensacionalismo: en algunos casos, la divulgación no experta puede llevar a un enfoque sensacionalista y poco ético del tema, lo que puede ser perjudicial para los niños y sus familias.
3. Culpabilización (Victim blaming). Si la divulgación no es adecuada, podría llevar a culpar a los niños o sus familias por los hechos ocurridos, lo que puede ser traumático y revictimizar a los afectados.
Al leer y escuchar cuentos o participar de un taller que habla sobre ellos, los niños pueden adentrarse, además de en mundos de fantasías y aventuras, en situaciones que viven y que muchas veces no encuentran la salida o les duelen mucho.
Estos espacios son fundamentales porque brindan la oportunidad de reflexionar y compartir con otros niños y adultos que también necesitan nutrirse e informarse acerca de temas que por siglos se han silenciado.
Necesitamos más libros y más charlas y capacitaciones para las infancias sobre prevención de todas las formas de violencia, pero que se hagan con compromiso, dedicación y respeto por la subjetividad.
En esa etapa de la vida se forja el futuro, y como dice la frase de Mirko Badiale, filósofo y escritor, “Sobre cada niño se debería poner un cartel que dijera: ‘Tratar con cuidado, contiene sueños’”, a lo que podríamos agregar con cuidado y respeto.
* Sonia Almada: es Lic. en Psicología de la Universidad de Buenos Aires. Magíster Internacional en Derechos Humanos para la mujer y el niño, violencia de género e intrafamiliar (UNESCO). Se especializó en infancias y juventudes en Latinoamérica (CLACSO). Fundó en 2003 la asociación civil Aralma que impulsa acciones para la erradicación de todo tipo de violencias hacia infancias y juventudes y familias. Es autora de tres libros: La niña deshilachada, Me gusta como soy y La niña del campanario.
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