Todos hemos tenido alguna vez sensaciones desagradables al volante. El tránsito pesado, una moto que pasa zigzagueante o un colectivo que se pone muy cercano al auto puede poner nervioso a cualquiera. Sin embargo, algo muy distinto es tener miedo al manejar, un trastorno poco conocido que recibe el nombre de amaxofobia
La doctora Elsa Costanzo, (MN 105493), jefa de Psiquiatría de Fleni, explicó a Infobae: “La amaxofobia es una fobia específica. Las fobias son miedos algo irreales y exacerbados, en este caso, especialmente se centra en conducir un vehículo. Generalmente, se debe a algún trauma, inseguridad o a sentimientos de invalidez o indefensión en personas que personalmente tienen alguna historia de cierta timidez o tendencia a los síntomas de ansiedad.”
Derivada del griego “amaxo”, carruaje y “fobia”, miedo; este trastorno puede afectar a los conductores principiantes como a los experimentados. Se desarrolla en forma paulatina: puede comenzar con miedo a conducir en la autopista, luego en algunas rutas, hasta llegar a presentar una imposibilidad casi completa de manejar.
Muchas personas la sufren resignadamente porque no saben que tiene tratamiento. Y es que las fobias son miedos irracionales que suelen tener un buen pronóstico, si se tratan con expertos en salud mental. Algunos de los síntomas que padecen los afectados son:
- Sudor
- Ahogo
- Temblor
- Taquicardia
- Dolor de estómago
Incluso, se dan casos de personas que se ven obligadas a parar el auto ante la sensación de descontrol que los invade y hasta pueden sufrir un ataque de pánico.
Qué es una fobia
Según explicó a Infobae la licenciada Gabriela Martínez Castro, psicóloga especialista en Trastornos de Ansiedad y directora del Centro de Estudios Especializados en Trastornos de Ansiedad (CEETA), la característica esencial de la fobia es el miedo persistente e intenso a objetos o situaciones claramente discernibles.
“La exposición al objeto fobígeno, que causa la fobia, provoca una respuesta de ansiedad. Esta puede adquirir la forma de una crisis de pánico. El individuo reconoce la irracionalidad del temor, desencadenado por la presencia o anticipación a un objeto o situación específicos (por ejemplo, manejar, volar en avión -aerofobia-, precipicios, animales, visión de sangre, entre otros). Las situaciones de fobia se evitan o se soportan a costas de altos niveles de malestar. Merecen tratamiento en aquellos casos en los que la fobia interfiera marcadamente con la rutina cotidiana del individuo”, explicó.
Existen distintos tipos de fobias: animal; ambiental (alturas, tormentas, agua, entre otros); a la sangre, inyecciones; situacionales (aviones, ascensores, recintos cerrados) y otros tipos: algunos son el miedo a atragantarse, vómito o contraer una enfermedad.
Según la doctora Constanzo, no hay una causa etiológica para que se produzca, pero sí hay una suerte de tendencia o predisposición en algunos rasgos de personalidad, como pueden ser en la ansiedad, en la timidez, en la inseguridad o en personas que hayan tenido algún accidente o evento traumático respecto al manejo en la historia familiar”.
Cuáles son las principales causas
- Una mala experiencia al aprender a manejar
- Haber estado mucho tiempo sin conducir
- Un accidente que puede haber dejado secuelas físicas o psíquicas
- La agarofobia, rechazo a los lugares abiertos, que suele derivar en la imposibilidad de manejar
- Otros causas pueden ser: conducir bajo efectos climáticos adversos, el tránsito congestionado, manejar de noche, o llevar exceso de ocupantes en el auto, entre otros.
La doctora Constanzo dijo: “Cuando el sujeto con amaxofobia se expone a conducir un vehículo, sufre como un verdadero ataque de pánico, o sea una sensación inminente de muerte, aceleración del corazón, sensación de frío corporal, taquicardia y dificultad para respirar. Es un ataque de pánico, pero que se concentra y se ubica únicamente al momento de manejar y no se repite en ninguna otra circunstancia, por lo que se llama una fobia simple, específica y de acuerdo, en este caso particularmente, a la dificultad con el manejo”, describió.
Quiénes la padecen
En cuanto al perfil de quiénes la padecen, suelen ser personas mayores de 40 años, normalmente mujeres, aunque los hombres también la sufren pero a veces no la reconocen por vergüenza.
“En general, como muchos trastornos psiquiátricos, hay una mayor prevalencia en las mujeres, probablemente asociado a las características de personalidad y a las diferencias en ese sentido cultural que ha tenido a lo largo de la historia la diferencia de género, pero además, como se supone, ellas consultan con más frecuencia a los servicios de salud mental que los hombres, es por eso que las estadísticas también denotan esta diferencia”, expresó la doctora Constanzo.
Por su parte, el doctor Ricardo A. Rubinstein, médico psicoanalista, miembro titular en función didáctica de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), full member Internacional, dijo a Infobae: “Muchos de quienes tienen ataque de pánico presentan amaxofobia, porque presentan miedo a perder el control y esto es una restricción en su vida cotidiana”.
“Sienten que en el auto tienen un ‘arma’ y temen no saber cómo enfrentar las situaciones que se presentan al manejar. En un sentido, un auto es un arma que puede hacer daño”, expresó el psicoanalista y agregó: “También, quienes son personas muy dependientes tienen temor al manejo, porque el auto representa la autonomía y la libertad. Por último, las personas obsesivas pueden presentar esta fobia porque tienen miedo de cometer errores”, detalló Rubinstein.
Cómo se trata
“El tratamiento de la amaxofobia, como el de cualquier fobia, es principalmente la toma de conciencia y el conocimiento de lo que uno está padeciendo, para conocer cómo se instauró esa conducta, cómo modifica nuestra conducta y cómo se mantiene. Hay que entender la génesis a través de la psicoeducación y de la toma de conciencia o insight”, señaló Constanzo.
Y agregó: “Pero luego de eso hay que hacer técnicas de afrontamiento, terapia cognitivo-conductual y terapia de exposición. Muchas veces los psicólogos hacen pruebas de ir con el paciente hasta el auto, dentro del auto, tomar el volante, salir a dar una vuelta, hasta que vayan manejando desde el afrontamiento y con técnicas de relajación y cognitivo-conductual lograr la desregulación o la desconexión de esos pensamientos catastróficos que generan pánico con la idea real del manejo”.
Además, la doctora agregó: “Entonces se conduce a la terapia de exposición o de acercamiento con distintos estímulos que se van presentando de manera progresiva y en casos muy, muy severos se puede tratar de manera aguda con alguna benzodiacepina y de manera más profunda y definitiva con algún antidepresivo inhibidor de la recaptación de serotonina”.
“Lo bueno es saber que esto existe, que tiene un nombre y un tratamiento. Entonces es importante que las personas lo conozcan para que puedan consultar a su servicio de salud mental”, concluyó la doctora.
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