La cantante de ‘Butakera’, una de las canciones más escuchadas del momento, comunicó que se alejará de la escena a través de una story de Instagram. Luego, borró todas sus publicaciones y su foto de perfil. “Quiero compartirles una noticia personal. Debido a motivos de estrés traumático, he decidido tomarme un tiempo para cuidar mi salud y mi bienestar. Por esta razón, lamentablemente, no podré realizar más shows hasta nuevo aviso”, sostuvo la cantante para detallar sus sensaciones y contar por qué tomaba esta decisión.
La situación sorprende, ya que la cantante de 28 años, con un premio Gardel, tres temas en el ránking de mayor reproducciones de Billboard y una legión de fans que la siguen a todas partes, es actualmente una de las artistas más populares de la Argentina.
Aunque en esta oportunidad la cantante no dio detalles sobre el motivo que la llevó a tomarse un descanso alejada de los escenarios, las redes y los medios, no es la primera vez que se refiere a la salud mental y a la importancia que tiene el cuidado de la misma. En una entrevista a mediados del 2022, reveló que tiene un trastorno de ansiedad desde los 13 años y también compartió con el público que, hasta hace un par de años atrás, tenía ataques de pánico antes de salir a dar cada show, resultado de haber sido víctima de violencia de género.
Pero en esta oportunidad la decisión de alejarse de su vida artística se debió al “estrés traumático” como comunicó la cantante en las redes. El término médico al que alude es estrés postraumático, un trastorno que puede ocurrir en una persona luego de experimentar un hecho impactante, aterrador o peligroso.
Qué es el trastorno por estrés postraumático
“El estrés es un fenómeno normal que nos alcanza a todos. No existe la vida sin estrés, Esta idea puede resultar para algunos desagradable, pero es así: vivir implica necesariamente cierto nivel de estrés. Se trata de una reacción incluso indispensable para responder adecuadamente a los desafíos y contingencias de la vida. Ahora, si el dolor agudo se perpetúa en el tiempo hasta llegar a convertirse en estrés crónico o en sufrimiento, eso es un problema”, explicó en Infobae el cardiólogo Daniel López Rosetti, especialista en Medicina del Estrés.
El estrés postraumático, también conocido por sus siglas TEPT, su característica esencial es la aparición de síntomas característicos que siguen a la exposición de la persona a un acontecimiento estresante y extremadamente traumático, donde se ha visto envuelta en hechos que representan un peligro real para su vida o para su integridad psicofísica, o es testigo de situaciones donde se producen muertes, heridos, o existe amenaza para la vida de otras personas.
La licenciada Gabriela Martínez Castro, psicóloga especialista en trastornos de ansiedad y directora del Centro de Estudios Especializados en Trastornos de Ansiedad (CEETA), explicó a Infobae: “Las víctimas o testigos de situaciones en las cuales la integridad psicofísica ha sido expuesta, tienen alta predisposición a sufrir trastorno por estrés postraumático”.
“Luego de una tragedia, por ejemplo, un accidente, las personas salen shockeadas, desorientadas en tiempo y espacio. Por eso hay que comenzar a orientarlas progresivamente y sensibilizarlas de a poco”, sostuvo Gabriela Martínez Castro.
“Todo aquello relacionado con el hecho traumático es muy probable que no lo recuerden. Y en el caso de que lo recuerden, no van a querer tocar ningún tema relacionado con el episodio ni visualizar ninguna imagen, ni pasar cerca, ni tener un objeto que les pueda llegar a recordar la situación de dolor”, agregó.
Por su parte, el doctor en Psicología Flavio Calvo (MN: 66869) explicó Infobae: “El estrés postraumático, está en relación con situaciones donde estuvo en juego la vida propia o de otras personas o donde se presenció la muerte de otras personas. Muchas veces después de estas situaciones traumáticas el cuerpo sigue reaccionando con una respuesta de lucha o de huida, estando siempre en estado de alerta”, describió.
En el TEPT la respuesta de la persona incluye temor, desesperanza, horror intenso, evitación de los estímulos asociados a el trauma y embotamiento afectivo (falta de respuesta emocional). Dichos síntomas provocan deterioro importante en la vida cotidiana de la persona.
Tal es así que el estrés postraumático tiene como causa una situación que pone en riesgo la integridad psicofísica de la persona (ya sean robos, accidentes, toma de rehenes, etc.) y la pone en una situación de mucho estrés. Lo curioso acerca de este trastorno, dijo la Licenciada Martínez Castro, es que “suele disparar otros”. Además, una vez vivida la situación desencadenante, “el paciente acostumbra a revivirla continuamente con todos los sentidos, de modo que su rutina se ve interrumpida y sufre”, dijo Martínez Castro.
Calvo agregó: “Muchas veces esto conlleva sensaciones de ansiedad, de angustia en el pecho, y la imagen traumática es revivida en sueños o en flashbacks, que son como pequeñas escenas que rememoran el evento vivido. Es esperable que estas sensaciones e imágenes vayan teniendo menor frecuencia y después de aproximadamente seis meses estas escenas y sensaciones hayan perdido todo su peso. Si a pesar del paso del tiempo estas escenas no se “borran” y las sensaciones continúan estando presentes, posiblemente nos encontremos frente a los que se llama: trastorno por estrés postraumático, que ya pasa de una situación estresante a un estrés continuo que quita calidad de vida e imposibilita el desarrollo normal de la cotidianeidad”.
La psicóloga Martínez Castro, por su parte, explicó: “hay que ser muy cuidadosos, porque obligar a recordar a personas con TEPT y a hablar del tema llevaría a un shock importante, una disociación en la psiquis de la persona. Por eso hay que favorecer la voluntad del sobreviviente. Hay que respetar los tiempos de la víctima, hay que respetar que no quiera recordar, porque es un mecanismo de defensa de la mente para protegerse”, señaló.
“Es normal que una persona no quiera hablar del tema. Esto es normal durante un mes, si acabado ese plazo la persona sigue mal, con pesadillas, con situaciones de horror, con sensación de indiferencia emocional, de anestesia afectiva, situaciones de ira, depresión y con un fenómeno muy común que es la reviviscencia, hay que consultar a un médico inmediatamente y abordar el problema con un tratamiento específico”, recomendó Martínez Castro.
Qué es la reviviscencia
La especialista describió: “La reviviscencia, consiste en revivir la situación traumática con los cinco sentidos, tal como si estuviese ocurriendo nuevamente, con las conductas que desarrolló durante la situación traumática. No es un mero recordar, sino un reexperimentar”.
“Esta reviviscencia se puede dar cuando se está bañando o desayunando. Son segundos de revivir el hecho. Cuando estas situaciones se dan, hay que consultar inmediatamente a un especialista”, recomendó Martínez Castro.
“La persona hace un corte de conciencia con la realidad, y revive la situación que colocó en riesgo su vida, su psiquis, o ha sido testigo de ella, tal como sucede a los veteranos de guerra o víctimas de catástrofes naturales, como terremotos, etc.”, dijo la psicóloga.
Además, advierten desde el CEETA que “de no recibir tratamiento, el trastorno se torna crónico e incapacitante, interfiriendo severamente con las actividades cotidianas del sujeto, como trabajar, estudiar, hacer vida social, etc.”.
Las alteraciones pueden aparecer inmediatamente o al mes del episodio traumático, y hasta demorar 6 meses en su aparición.
También se da frecuentemente la culpa del sobreviviente, mucha ira por no poder evitar la muerte de un amigo, de un ser cercano. “Insisto, si esto sobrepasa el mes cronológico hay que consultar a un profesional, porque el cuadro avanza hasta incapacitar la vida de las personas”, dijo la especialista.
“Luego de un tratamiento, la persona debería llevar una vida totalmente normal y con el paso del tiempo este dolor se iría mitigando hasta convertirse en un recuerdo, desagradable, pero que no le impide llevar una vida normal”, finalizó.
El tratamiento
Martínez Castro aseguró que “todos estos trastornos se recuperan con un tratamiento específico de terapia cognitivo-conductual y la posible aplicación de medicación, en caso de ser necesario”.
El tratamiento es breve, conducido por expertos en la materia, se logra la recuperación y el alta del paciente, quien recupera sus actividades habituales, sin síntomas físicos ni emocionales.
Por su parte, Calvo comentó: “Frente a una experiencia como esta es necesario en primer lugar poder hablar, contar lo sucedido una y otra vez, por que el ponerlo en palabras ayuda a transitarlo y a expresar esas emociones ligadas a la escena traumática vivida. Es importante trabajar las propias sensaciones de culpa, a pesar de no tenerla, que muchas veces estas experiencias traen, ya que muchos pueden llegar a advertir cierta sensación culpógena de haber sobrevivido a un hecho del cual otros no sobrevivieron. Por estas razones, es relevante también, escuchar los propios diálogos internos, y transformarlos pudiendo expresar a sí mismo aceptación incondicional, ya que muchas veces estos diálogos son condenatorios por sentir aún miedo o dolor por el hecho sucedido”, señaló.
También comentó que hoy existen técnicas como el EMDR (Eye Movement Desensitization and Reprocesing, en español, Terapia de Desensibilización y Reprocesamiento mediante Movimientos Oculares), “muy útiles y efectivas para este tipo de trastornos, que devuelven a la persona una buena calidad de vida en un tiempo breve”. El EMDR se centra en el recuerdo de la experiencia traumática que ha experimentado la persona y es una herramienta completa que utiliza los movimientos oculares para tratar estos trastornos.
Seguir leyendo: