Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los problemas de salud mental serán la principal causa de discapacidad en el mundo en el año 2030. Además, una de cada cuatro personas tendrá un trastorno mental a lo largo de su vida. Esta proyección se ve empeorada dado que entre el 35% y el 50% de las personas con problemas de salud mental no reciben ningún tratamiento y quienes sí lo hacen, no reciben el tratamiento adecuado.
En su informe “Barreras de acceso a los servicios de salud mental en Argentina”, al que accedió Infobae en exclusiva, el Observatorio Humanitario de la Cruz Roja Argentina indaga sobre los diversos impedimentos que sufren las personas para acceder a la salud mental, a su diagnóstico y tratamiento. En el Día Internacional de la Cruz Roja, ¿los argentinos registran sus trastornos emocionales y consultan a los especialistas?
El Observatorio Humanitario es el centro de referencia e investigación de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, es un espacio de investigación para la acción basada en evidencia dirigido por José Scioli, su director ejecutivo desde 2019.
“Actualmente, la mayor parte de la investigación en salud mental es realizada en países de altos ingresos. En este sentido, es necesario indagar sobre esta temática en países de medianos y/o bajos ingresos para poder identificar estrategias costo-efectivas y culturalmente apropiadas para atender a sus necesidades y prioridades en materia de salud mental de forma situada”, enfatiza el estudio.
Por eso, se investigó sobre el registro y autopercepción de diferentes formas de malestar psicológico experimentadas por las personas durante el mes previo a la realización de la encuesta que dio lugar al informe.
Las respuestas más notorias fueron por parte de quienes siempre sintieron que todo les costaba mucho esfuerzo (13%), seguido por quienes siempre sintieron nervios (9%), y, a la par, quienes sintieron cansancio sin motivo o impaciencia e inquietud, ambos representando un 8% de las personas encuestadas.
Cuando no hay registro del problema
Por otro lado, es similar el porcentaje de población que indica “nunca” haber sentido malestar psicológico y el porcentaje de población que identificó experimentarlo “a veces”.
“En términos de autopercepción, que las personas logren expresar conciencia sobre su malestar es sumamente positivo. Esto significa que se comprende la circunstancia y el estado de ánimo experimentado. De este modo, el registro de lo vivido puede ayudar a gestionar de manera activa sus mecanismos adaptativos para solucionar o reducir el malestar. De manera contrapuesta, expresar que “nunca” se tuvo malestar psicológico, puede indicar diferentes escenarios”, indica el informe. Entre ellos:
- Que hay negación por no percibir tales experiencias.
- Que no hay conciencia de estas situaciones porque resultan habituales y han sido normalizadas. De esta manera, el malestar pasa desapercibido y, por ende, se puede llegar a creer que no genera un impacto directo en la salud física y/o mental.
- Que efectivamente no hay malestar.
Paralelamente, también puede incidir sobre la salud mental de las personas el haber transitado por alguna experiencia de alta perturbación emocional. “Al indagar sobre lo vivido en los últimos doce meses, el 36% de las personas encuestadas afirmaron haber atravesado el fallecimiento de un ser querido y el 18% la separación del núcleo familiar, seguido en un 15% por el diagnóstico de una enfermedad crónica”, aclara el informe.
Sin ayuda profesional
Es importante destacar que, del total de personas que atravesaron alguna de estas situaciones de malestar que generan perturbación emocional, sólo el 35% buscó ayuda profesional para alguno de los problemas mencionados.
“Esto puede deberse a múltiples factores que inciden sobre las decisiones de las personas, tales como las barreras identificadas en este estudio (personales, económicas, organizacionales, sociales y culturales, y profesionales, tal y como se enumeró en Infobae) o también la posibilidad de que la persona no sienta la necesidad de buscar ayuda profesional. Mayoritariamente, el tipo de servicio al que acudieron las personas que buscaron ayuda profesional fue psicología (49%), seguido luego por servicios de salud mental (32%), y en tercer lugar atención por guardia (10%)”, describe el Observatorio.
En general, las personas afirman haber acudido en mayor medida a consultas particulares (41%), lo cual implica asumir un costo económico para acceder al servicio, mientras que un 34% indica haber recurrido a un hospital, con la posibilidad de que el espacio de consulta no sea abonado por la persona consultante.
Los datos sobre búsqueda de ayuda profesional, acceso a servicios y tipo de institución en la que tuvo lugar la consulta o servicio son relevantes de acuerdo a lo que conllevan las situaciones por las que atravesaron la mayoría de las personas. Entre las experiencias de perturbación emocional se encuentra el fallecimiento de un ser querido.
“Frente a esa situación, la persona afligida debe pasar por el proceso de duelo que se enmarca en un ritmo propio, pudiendo durar mucho tiempo. Se debe tener en cuenta que también la persona podría estar afrontando un duelo complicado, porque el normal no se prolonga más de lo esperado afectando su estabilidad emocional en todos los ámbitos de su vida. Teniendo en cuenta que una minoría de las personas encuestadas buscaron ayuda profesional, el malestar en general se podría mantener igual en el presente o haberse potenciado”, afirma el estudio.
Con respecto al diagnóstico de una enfermedad crónica, para algunas personas que están al cuidado de un ser querido con una enfermedad a largo plazo, el “duelo complicado” puede comenzar aún antes de que esa persona fallezca.
“Las personas cuidadoras de pacientes se encuentran continuamente bajo un nivel intenso de estrés, especialmente cuando el pronóstico a corto, mediano y largo plazo no es favorable. Además, en el caso de vivir en primera persona una enfermedad crónica, esto también genera estrés continuo (con desgaste físico y emocional) en la persona misma, su entorno vincular inmediato y también en cuanto a lo económico, debiendo afrontar los costos y requerimientos para poder abordar la enfermedad en el marco de las necesidades y posibilidades de cada persona” señala el estudio. Finalmente, de las personas que buscaron ayuda médica, el 88% logró acceder a una consulta con profesionales, mientras que un 12% no pudo hacerlo.
“Se destaca que frente a la situación de malestar, la mayoría de aquellas personas afectadas que buscan ayuda pueden acceder a la misma, aunque la vinculan directamente con la asistencia médica. Podría deducirse que apuntaría a una conciencia del malestar por somatización, buscando tratamientos que sólo apuntan al cuidado de la salud física y no tanto de la salud mental. En este sentido, la concientización en las comunidades sobre la importancia del cuidado de la salud mental para la salud integral es de suma importancia.
En conclusión
A partir de los datos obtenidos, se observa que de todas las personas encuestadas que han atravesado una situación de alta perturbación emocional en el último año, sólo el 36% de ellas buscó ayuda en profesionales de la salud mental para atravesar esta experiencia.
Para abordar esta problemática, el Observatorio Humanitario de la Cruz Roja Argentina considera relevante identificar las herramientas y capacidades adquiridas por las personas para la autopercepción y el reconocimiento del malestar psicológico. Lograr expresar estas emociones y sentimientos es positivo, ya que da cuenta de que las personas identifican y tienen registro de lo vivido, facilitando así la gestión de mecanismos adaptativos para la reducción del malestar.
Por último, destaca que la atención psicológica debe ser brindada por profesionales matriculados de la salud mental: psicólogos, psicólogas y psiquiatras.
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