Cómo cuidar el sistema inmune para llegar a los 100 años

Además de una buena dieta y ejercicio físico, el retraso que muestran las personas centenarias en la llamada inmunosenescencia es clave para tener una larga y saludable expectativa de vida. En el Día Internacional de la Inmunología, cómo lograrlo

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“Muchas personas centenarias experimentan retrasos
“Muchas personas centenarias experimentan retrasos en las enfermedades relacionadas con el envejecimiento y la mortalidad" (Getty)

Hoy se conmemora en todo el mundo el Día Internacional de Inmunología. La fecha fue instaurada por la Federación Europea de Sociedades de Inmunología en 2005, y debido a su gran adhesión, desde 2007 se celebra a nivel global.

Bien vale la efeméride para aumentar la conciencia mundial sobre la importancia de la inmunología en la lucha contra las infecciones, la autoinmunidad y de cómo su cuidado es uno de los principales “factores protectores” que permiten recuperarse de enfermedades y alcanzar una longevidad con buena salud.

En el último tiempo los expertos comenzaron a generar conciencia entre sus pacientes y el público acerca de que el 80% del sistema inmunitario se aloja en el intestino, y de allí la importancia de una alimentación saludable en el fortalecimiento de la salud integral.

Para empezar, podría decirse que el intestino —entre el delgado y el grueso— alcanza una longitud de ocho metros aproximadamente, y aunque esté todo enrollado alcanza el tamaño del ancho de una cancha de tenis. Si se lo pudiera ver con una lupa, se observaría que se parece a una toalla de algodón, y esos pelitos del algodón en el intestino se llaman microvellosidades. Allí se aloja la microbiota.

En el intestino se aloja
En el intestino se aloja el 80% de las células del sistema inmune

La microbiota intestinal —antes conocida como flora intestinal— está compuesta por cientos de millones de microorganismos y bacterias que se encuentran en el tracto intestinal, y allí conviven dos bandos. Por un lado, los “soldados” del bando de los buenos y, por el otro, el bando de los malos, que viven disputándose ese territorio: cada uno busca ocupar más espacio en el intestino.

Para que el intestino pueda funcionar correctamente, la microbiota debe estar en equilibrio, los microorganismos del bando de los buenos deben ser abundante y diversos. Pero lamentablemente en la vida cotidiana existen muchos hábitos que rompen ese equilibrio: mala alimentación, abuso del uso de antibióticos y de productos antisépticos, y estrés, entre otros.

“El sistema inmunológico está formado por células, órganos y proteínas que circulan en la sangre y funcionan como una red en la que se interrelacionan. Lo normal es un equilibrio constante y ese equilibrio se ve amenazado por diferentes situaciones, que van desde estrés hasta elementos propios del medio ambiente. El sistema está preparado para contrarrestar eso y siempre volver al equilibrio”. El médico especialista en inmunología y reumatología Pablo Mannucci (MN 96008) explicó a Infobae que “hoy se sabe que, además de controlar infecciones causadas por bacterias, virus y hongos, el sistema inmune controla el desarrollo de tumores y la aparición de enfermedades autoinmunes, o sea, que su accionar es mucho más amplio de lo que se creía”.

Según Mannucci, quien es coordinador del área de Inmunología del Hospital Alemán de Buenos Aires, “para que ese equilibrio se mantenga y el sistema inmune se mantenga activo hay elementos fundamentales”. Y enumeró:

Un estilo de vida saludable,
Un estilo de vida saludable, que incluya la actividad física es una de las claves para potenciar la respuesta inmune (Getty)

1- “Primero hay que estar bien nutrido y tener una alimentación adecuada”, dijo en referencia a “fundamentalmente evitar el sobrepeso”.

Una de las vitaminas más importantes para la salud del sistema inmunológico es la D. Los pescados azules como el salmón, el atún y las sardinas tienen un alto contenido de esta vitamina, al igual que algunos tipos de hongos. También, al exponer la piel a la luz solar el cuerpo puede producir vitamina D.

2- Evitar el tabaco, ya que “está demostrado que altera el funcionamiento de las células inmunológicas”.

3- Hacer actividad física. El ejercicio ayuda al cuerpo a producir células inmunitarias antiinflamatorias y hacerlas circular por el torrente sanguíneo.

4- Controlar la ingesta de alcohol

5- Cumplir el esquema de vacunación obligatorio y estar atento a vacunas que son necesarias en determinadas situaciones (por ejemplo fiebre amarilla en caso de viajes a determinadas zonas o la antineumocócica en personas asmáticas).

Asimismo, cada vez hay más evidencia de cómo la buena calidad del sueño favorece la producción de células inmunitarias. Es que contrariamente a lo que ocurre con la mayoría de los procesos del organismo cuando se encuentra en la etapa de sueño profundo, que van a un ritmo más lento, con el sistema inmunológico ocurre lo contrario, se aceleran.

Qué pasa con la inmunidad con el paso de los años

“Si tenemos menos anticuerpos diferentes
“Si tenemos menos anticuerpos diferentes a medida que envejecemos, esto podría conducir a una capacidad reducida para responder a las infecciones", señalan los expertos (Getty)

A medida que las personas envejecen, se generan un gran número de cambios en el organismo. Uno de ellos se relaciona con un funcionamiento más deficiente del sistema inmunológico, ya que se vuelve más susceptible a las infecciones y enfermedades. Además, se evidencia una disminución generalizada de la función inmunitaria adaptativa, con implicaciones importantes para la salud y la esperanza de vida.

La eficacia del sistema inmunitario se basa en su capacidad para generar una enorme variedad de secuencias de anticuerpos diferentes, con una amplia gama de especificidades antigénicas, las cuales ajustan progresivamente la composición de esta población de anticuerpos en respuesta a la exposición al antígeno.

Para Eric Klopack, autor principal de un estudio publicado en 2022 y realizado por investigadores de la Universidad del Sur de California (USC), “a medida que aumenta la población mundial de adultos mayores, es esencial comprender las disparidades en la salud relacionada con la edad. Los cambios en el sistema inmunitario relacionados con la edad juegan un papel fundamental en el deterioro de la salud”. “Este estudio ayuda a aclarar los mecanismos involucrados en el envejecimiento inmunológico acelerado”, agregó el investigador, becario postdoctoral en la USC.

A medida que las personas envejecen, el sistema inmunitario naturalmente comienza a sufrir una degradación drástica, una condición llamada inmunosenescencia. Con la edad avanzada, el perfil inmunológico de una persona se debilita e incluye demasiados glóbulos blancos desgastados circulando y muy pocos glóbulos blancos “ingenuos” frescos listos para enfrentarse a nuevos invasores.

El envejecimiento inmunitario se asocia no solo con el cáncer, sino también con enfermedades cardiovasculares, mayor riesgo de neumonía, menor eficacia de las vacunas y envejecimiento de los órganos.

¿El secreto de la longevidad está en el sistema inmunitario?

Cada vez hay más evidencia
Cada vez hay más evidencia de cómo la buena calidad del sueño favorece la producción de células inmunitarias (Getty)

Recientemente, un grupo de investigadores de Estados Unidos analizó los sistemas inmunitarios de 14 personas centenarias —de 100 años o más— y encontró allí una respuesta reveladora.

“Estos individuos albergan sistemas inmunológicos únicos y altamente funcionales que se han adaptado con éxito a una historia que les permite lograr una longevidad excepcional”, introdujeron en el estudio, que fue publicado en la revista científica eBioMedicine, que pertenece a The Lancet. Los autores integran la Facultad de Medicina Chobanian & Avedisian de la Universidad de Boston y el Centro Médico Tufts.

“Muchas personas centenarias —dijeron los investigadores— experimentan retrasos en las enfermedades relacionadas con el envejecimiento y la mortalidad, lo que sugiere que sus sistemas inmunológicos siguen funcionando aún en la vejez extrema”.

A su turno, Paola Sebastiani, una de las científicas que realizó el estudio aportó: “Los perfiles inmunitarios que observamos en los centenarios confirman un largo historial de exposición a infecciones y capacidad para recuperarse de ellas y respaldan la hipótesis de que los centenarios están enriquecidos con factores protectores que aumentan su capacidad para recuperarse de infecciones”.

Los centenarios y su longevidad excepcional proporcionan un modelo de cómo podemos vivir vidas más productivas y saludables. Esperamos seguir aprendiendo todo lo que podamos sobre la resiliencia contra las enfermedades y la extensión de la salud”, añadió George Murphy, colega de Sebastiani en este trabajo.

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