Con un mundo con el 70% de personas vacunadas contra el coronavirus y a tres años de iniciada la pandemia por COVID-19, la Organización Mundial de la Salud (OMS) dio a conocer un documento en el cual señaló que la prioridad de una dosis de refuerzo, entre 6 y 12 meses después de la anterior, se mantiene sólo en colectivos que incluyen personas mayores, inmunodeprimidas y trabajadores sanitarios.
Es que desde el Grupo Asesor Estratégico de Expertos de la OMS en vacunas (SAGE) dividieron a la población en tres grupos de riesgo (alto, medio y bajo) y afirmaron que la prioridad de nuevas dosis de refuerzo se mantiene sólo para el primero, que comprende los tres colectivos citados, según explicaron en una rueda de prensa dos de los miembros de este conjunto de especialistas, tras sus reuniones del 20 al 23 de marzo.
“Ya sea actualizada para reflejar que gran parte de la población está vacunada o previamente infectada con COVID-19, o ambos, la hoja de ruta revisada vuelve a enfatizar la importancia de vacunar a quienes aún están en riesgo de enfermedad grave, en su mayoría adultos mayores y aquellos con condiciones subyacentes, incluidos con refuerzos adicionales”, declaró la doctora Hanna Nohynek, presidenta de SAGE.
Evaluar localmente si se vacuna a grupos de bajo riesgo
“Los países deben considerar su contexto específico al decidir si continúan vacunando a grupos de bajo riesgo, como niños y adolescentes sanos, sin comprometer las vacunas de rutina que son tan cruciales para la salud y el bienestar de este grupo de edad”, agregó.
Para las personas con riesgo medio de COVID-19 (adultos de menos de 60 años y niños o adolescentes con determinados problemas de salud) SAGE recomienda únicamente un primer esquema completo de la vacuna más una dosis de refuerzo pasado el plazo necesario (algo que en muchos países ya se completó en 2022).
“Aunque los refuerzos adicionales son seguros para este grupo, SAGE no los recomienda de forma rutinaria, dados los retornos comparativamente bajos para la salud pública. El impacto en la salud pública de vacunar a niños y adolescentes sanos es comparativamente mucho menor que los beneficios establecidos de las vacunas esenciales tradicionales para niños, como las vacunas conjugadas contra el rotavirus, el sarampión y el neumococo”, completaron.
En el grupo de bajo riesgo (niños y adolescentes) SAGE reconoce los beneficios que las vacunas y dosis de refuerzo pueden tener en su prevención, aunque recomienda reconsiderar su inmunización. Por otro lado, los expertos también recomiendan una dosis anticovid de refuerzo, pasados seis meses o más desde la anterior, a mujeres embarazadas.
La médica infectóloga María Cecilia Niccodemi (MN 105624) señaló que “lo que se logró con las vacunas fue un real descenso en enfermedades graves y en la mortalidad de los pacientes”. Y analizó: “El pico de casos en el país lo tuvimos en la tercera ola, en la que casi todos fueron casos leves, que no impactaron en el número de internaciones en terapia intensiva ni muertes, y eso fue debido a que teníamos altas tasas de vacunación”.
El consenso de los especialistas siempre planteó que las vacunas disponibles autorizadas de emergencia no evitarían la enfermedad, sino que el fin de la campaña era evitar los casos graves, las complicaciones y muertes. En ese sentido, la especialista del staff del Centro Médico Doctor Stamboulian y Sanatorio La Trinidad San Isidro, enfatizó: “En la tercera ola la gente siguió infectándose, pero tenía enfermedad leve, mientras que el pico de mortalidad en el país lo tuvimos en la segunda ola, en la que predominó la circulación de la variante Delta y las tasas de vacunación todavía eran bajas, con mucha gente que aún no había completado las dos dosis”.
En las reuniones también se analizaron los programas globales de vacunación contra otras enfermedades, caso de la malaria, donde una de las primeras vacunas diseñadas contra ella, está siendo probada en Ghana, Malaui y Kenia desde 2019. La vacuna ha mostrado una sustancial reducción en casos graves de la enfermedad entre niños, destacó SAGE, quien indicó que otros 28 países han mostrado su interés en introducir este producto en sus redes sanitarias.
Los expertos mostraron por otro lado preocupación por la reducción que la pandemia ha producido en los programas de vacunación contra el sarampión, con unos 25 millones de niños afectados por ello, lo que ha causado la tasa de cobertura más baja desde 2008.
Las recomendaciones llegan en un momento en que los países adoptan enfoques diferentes para sus poblaciones. Algunos de ingresos altos, como Reino Unido y Canadá, ya están ofreciendo a las personas de alto riesgo refuerzos de vacunas contra el Covid-19 esta primavera boreal, seis meses después de su última dosis. La OMS señaló que se trataba de una opción para un subgrupo de personas de especial riesgo, pero que sus recomendaciones pretendían ser una guía mundial de buenas prácticas.
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