Tener malas relaciones con la pareja, los amigos e incluso los compañeros de trabajo puede ser tan malo para la salud como fumar o la obesidad, según concluyó un reciente estudio.
Investigadores de la Universidad de Queensland vieron que las mujeres de mediana edad que no logran tener conexiones sociales “satisfactorias” tienen más probabilidades de desarrollar enfermedades crónicas en el futuro.
El trabajo Satisfacción con las relaciones sociales y acumulación de enfermedades crónicas y multimorbilidad: una cohorte nacional de mujeres australianas, publicado en la revista General Psychiatry de BMJ, concluyó que “la asociación fue tan fuerte que es comparable con factores de riesgo bien establecidos, como una dieta deficiente, la inactividad física, el tabaquismo y el consumo de alcohol , dijeron los investigadores”.
“Las conexiones sociales (por ejemplo, la satisfacción con las relaciones sociales) deben considerarse una prioridad de salud pública en la prevención e intervención de enfermedades crónicas”, destacaron los autores del trabajo en la publicación de sus conclusiones. Para ellos, las actividades que mejoran las relaciones personales, como los grupos de artes y oficios, los clubes de lectura y las mañanas de café, podrían ayudar a prevenir enfermedades en la vejez.
Los investigadores examinaron los datos de casi 7.700 mujeres en Australia, que tenían entre 45 y 50 años y no tenían 11 afecciones comunes a largo plazo cuando comenzó el estudio en 1996. Durante el estudio, las participantes informaron sus niveles de satisfacción con sus parejas, familiares, amigos, trabajo y actividades sociales cada tres años, en un período de dos décadas.
Así, pudieron rastrear quién desarrolló diabetes, presión arterial alta, enfermedad cardíaca, accidente cerebrovascular, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), asma, osteoporosis, artritis, cáncer, depresión y ansiedad. Y vieron que más de la mitad (58%) desarrolló más de una de esas condiciones.
En ese sentido, observaron que aquellas participantes que habían reportado niveles más bajos de satisfacción con sus relaciones sociales tenían el doble de riesgo de desarrollar múltiples condiciones en comparación con las que reportaron los niveles más altos.
Y lo que llamó la atención es que encontraron resultados similares en cada tipo diferente de relación social —de pareja, amistad o laboral— lo que sugiere que todos son importantes cuando se trata de la salud en la vejez.
Cada vez hay más pruebas que indican un vínculo entre las redes sociales sólidas y la buena salud y el bienestar en la vejez, pero hasta ahora no se sabía si estas conexiones podrían reducir el riesgo de múltiples afecciones a largo plazo o multimorbilidad.
Y si bien el estudio incluyó sólo a mujeres australianas, los hallazgos tuvieron “implicaciones significativas” para la salud, según dijeron los investigadores de Queensland. Es que los resultados destacan “los beneficios de iniciar o mantener relaciones sociales diversas y de alta calidad a lo largo de la vejez media o temprana”.
Según vieron los expertos, la posición socioeconómica, los comportamientos de salud y el estado menopáusico en conjunto explicaron menos de una quinta parte de la asociación observada. Por lo que enfatizaron que las relaciones sociales deben tratarse como un factor de riesgo similar a otros factores de estilo de vida poco saludables médicamente establecidos.
Para los autores del estudio, los hallazgos “tienen implicaciones significativas para el manejo y las intervenciones de enfermedades crónicas”, lo que sugiere que los médicos deberían preguntar a los pacientes sobre sus relaciones sociales, del mismo modo que los interrogan sobre sus hábitos de vida.
“En primer lugar, a nivel individual, estas implicaciones pueden ayudar a aconsejar a las mujeres sobre los beneficios de iniciar o mantener relaciones sociales diversas y de alta calidad a lo largo de la vejez media o temprana —señalaron—. En segundo lugar, a nivel de la comunidad, las intervenciones que se centran en la satisfacción o la calidad de las relaciones sociales pueden ser particularmente eficaces para prevenir la progresión de las enfermedades crónicas”.
Por último, “a nivel nacional y mundial, las conexiones sociales deben considerarse una prioridad de salud pública en la prevención e intervención de enfermedades crónicas”, concluyeron.
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