El síndrome de burnout o agotamiento laboral es un trastorno provocado por el estrés crónico que nace del exceso de tensiones en el trabajo. Este proceso, que aparece de manera gradual, no sólo provoca desgano y apatía, el estrés también nos hace más susceptibles a contraer enfermedades, ya que disminuye la respuesta de nuestro sistema inmune.
Afortunadamente, poco a poco la salud mental deja de ser tabú y cada vez más, varias figuras destacadas del espectáculo o el deporte expresan en público problemas y dificultades que antes se ocultaban. Uno de los ejemplos más recientes de este cambio es la actriz argentina Graciela Borges, quien al hacer referencia a su retiro definitivo del cine, explicó: “Sufro de burnout, como Sandra Bullock y Brad Pitt. Algo así como ‘estar quemado’, a muchos nos pasa esto.”.
“El síndrome de burnout fue reconocido en 2019 como un trastorno mental en la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE) elaborada por la Organización Mundial de la Salud. La OMS lo describe como un síndrome resultante del estrés crónico en el trabajo que no fue gestionado con éxito”, explicó en Infobae el doctor Daniel López Rosetti, cardiólogo y especialista en Medicina del Estrés.
El agotamiento laboral es un tipo especial de estrés relacionado con el trabajo, un estado de agotamiento físico o emocional que también implica una ausencia de la sensación de logro y pérdida de la identidad personal, advierten los expertos de la Clínica Mayo de EEUU.
El doctor López Rosetti, quien además es presidente de la Sección de Estrés de la World Federation for Mental Health (WFMH), señaló que el agotamiento es un proceso gradual: “No sucede de la noche a la mañana y aunque los signos y síntomas son sutiles al principio, empeoran con el tiempo. Los efectos negativos se extienden a todas las áreas de la vida, incluyendo el hogar, el trabajo y la vida social”.
¿Qué síntomas tiene el burnout?
La Organización Mundial de la Salud caracteriza tres señales principales del síndrome de burnout o agotamiento laboral:
- Sensación de cansancio, fatiga o agotamiento de la energía
- Desapego mental hacia el propio trabajo o sentimientos negativos hacia las tareas que se realizan
- Disminución del rendimiento profesional
En ese mismo sentido, el doctor López Rosetti señaló: “El burnout se caracteriza por tres factores: el agotamiento emocional, la despersonalización y la disminución de la capacidad de toma de decisión o iniciativa”.
El experto en Medicina del Estrés detalló el impacto de cada síntoma en la vida cotidiana. En primer lugar, el agotamiento emocional ocurre cuando una persona no reacciona emocionalmente como hubiese debido reaccionar. Cuando una persona está triste porque el acontecimiento es triste, debe sentir tristeza, y cuando hay algo de alegría, se tiene que reír, debe sentir alegría. Si no hay esa consonancia entre lo que sucede y lo que uno vivencia, eso se llama agotamiento emocional y es lo que se conoce cuando uno no está en empatía con la circunstancia emocional que a uno lo rodea.
El segundo lugar, aparece la despersonalización, esto ocurre cuando la persona con burnout empieza a alejarse del otro. Puede hacer su tarea hasta con eficiencia pero no tiene humanidad, no tiene contacto con la otra persona, lo hace mecánicamente, toda su actividad laboral y cotidiana es automática, no hay trato humano. Además. desaparece el interés por las tareas que se realizan, casi como un “comportamiento mecánico” y no humano frente a las labores que se deben asumir en el trabajo.
El tercer aspecto, vinculado a los anteriores, es una fuerte disminución del rendimiento, ya que la persona que padece agotamiento laboral, disminuye su capacidad de iniciativa, su capacidad de toma de decisión, por eso se trata de una forma de estrés crónico.
¿Cuáles son las causas del agotamiento laboral?
Los expertos de la Clínica Mayo de EEUU, explican que el burnout laboral no se produce por un único factor, sino por una combinación de múltiples variables. Aquí algunas de las causas que causan agotamiento:
- Falta de control. La imposibilidad de influir en las decisiones que afectan a tu trabajo, como tu horario, tus tareas o tu carga de trabajo, puede ocasionar agotamiento laboral. La falta de los recursos necesarios para hacer tus tareas puede ser otra causa.
- Expectativas laborales poco claras. Si no tienes claro el grado de autoridad que tienes o lo que tu supervisor u otras personas esperan de tu tarea, es probable que no te sientas cómodo en el trabajo.
- Dinámica disfuncional en el lugar de trabajo. Tal vez hay alguien en tu oficina que te acosa o acosa a tus compañeros, o te sientes desautorizado por tus colegas, o tu jefe interfiere innecesariamente en tu trabajo. Esto puede contribuir al estrés laboral.
- Extremos de actividad. Cuando un trabajo es monótono o caótico, se necesita energía constante para mantener la concentración, lo que puede provocar fatiga y agotamiento laboral.
- Falta de apoyo social. Si te sientes aislado en el trabajo y en tu vida personal, es posible que te sientas más estresado.
- Desequilibrio entre el trabajo y la vida privada. Si tu trabajo requiere tanto tiempo y esfuerzo que no tienes la energía para pasar tiempo con tu familia y amigos, es posible que te agotes rápidamente.
¿Cuál es el tratamiento para el burnout?
Existe una serie de hábitos y acciones que pueden aplicarse a la vida cotidiana y ayudan a disminuir el agotamiento mental, en especial en su estadio temprano, cuando los síntomas son sutiles. Sin embargo, ante la aparición de los síntomas lo recomendable es realizar una consulta médica con un profesional de la salud, un especialista del área de la salud mental y/o medicina del estrés.
En ese sentido, la doctora Fernanda Giralt Font, especialista en estrés y burnout de INECO Organizaciones brindó en Infobae una serie de recomendaciones para afrontar las situaciones de tensión:
- Aprender a detectar cuando te estás estresando. El estrés tiene diversas manifestaciones que van desde manifestaciones físicas (dolores, contracturas, problemas digestivos, hipertensión y tensión muscular entre otros), manifestaciones emocionales (como irritabilidad e insatisfacción) y manifestaciones cognitivo- conductuales (problemas de atención y memoria, bloqueos en el rendimiento y aislamiento).
- Aprender a darnos cuenta cuando las demandas exceden aquellos que creemos poder afrontar y detectar estas manifestaciones es fundamental para intervenir a tiempo.
- Modificar el ambiente incluyendo en él cosas que te relajen y te hagan sentir mejor, es una gran práctica. Sal a comer con amigos, organiza un fin de semana especial, escucha aquella canción que te relaja y elimina aquellas que fomentan el distress (no tomes bebidas con cafeína, no trabajes en la cama, por ejemplo).
- Organizar el tiempo personal estableciendo prioridades y separando lo urgente de lo importante.
- Practicar técnicas de respiración, relajación, meditación o mindfulness que permiten la regulación de los mecanismos fisiológicos del estrés.
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