El efecto del alcohol en la salud viene estudiándose desde hace décadas, especialmente en grandes estudios poblacionales, sin embargo siempre queda abierta la pregunta sobre si existe un nivel de ingesta recomendada y qué cantidad se transforma en dañina para la salud.
En el marco del Día Mundial Sin Alcohol, que se conmemora hoy 15 de noviembre, la Sociedad Argentina de Cardiología recomienda que no se beba alcohol y, si se consume, que se lo haga en forma controlada y responsable, porque -además de todas las consecuencias más conocidas- su ingesta abusiva también puede afectar la salud del corazón.
La intoxicación aguda por alcohol incluye desde la posibilidad de causar accidentes de tránsito, episodios de violencia generados por la falta de impulsos inhibitorios y hasta el coma etílico, que debe ser tratado rápidamente, ya que puede desencadenar cuadros muchas veces fatales.
“El consumo desmedido de cualquier tipo de bebida alcohólica es capaz de generar, a largo plazo, trastornos a todo nivel, ya sea favoreciendo la aparición o complicación de enfermedades crónicas como la cirrosis hepática, ciertos tipos de tumores -como el de colon y recto, esófago o mama-, demencia, depresión o ansiedad. La salud del corazón también se ve afectada y es un tema del que no se habla lo suficiente”, explicó el doctor Mario Fitz Maurice, médico cardiólogo, especialista en arritmias y director del área de Prensa y Comunicación de la Sociedad Argentina de Cardiología.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), establece que este tipo de sustancia provoca graves daños físicos y psicológicos, permanentes en el organismo. Asimismo, invitan a su uso responsable, especialmente a la hora de estar al volante. El organismo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) afirma que anualmente, existen más de 3,5 millones de muertes a causa de accidentes automovilísticos provocados por conductores alcoholizados. De igual manera, esta sustancia es la responsable de causar diferentes enfermedades crónicas y daños al cuerpo humano.
“Existe evidencia de que puede incrementar la presión arterial y el riesgo de sufrir un ACV. Asimismo, diversos estudios demostraron que la ingesta abusiva de alcohol, sostenida en el tiempo, se asocia con mayor riesgo de sufrir insuficiencia cardíaca y de desarrollar factores pro-trombóticos en la sangre, responsables de desencadenar eventos coronarios”, profundizó por su parte la doctora Carolina Salvatori, directora del Consejo de Cardiología Clínica y Terapéutica de la Sociedad Argentina de Cardiología.
Por otro lado, el abuso de alcohol en grandes cantidades en poco tiempo puede generar arritmias cardíacas, especialmente supraventriculares, en pacientes con “corazón sano”, lo que se conoce como “síndrome del corazón en vacaciones”. En contrapartida, la reducción de su consumo en pacientes con antecedentes de una arritmia llamada fibrilación auricular disminuye la probabilidad de repetirla.
La copa de vino tinto, ¿sí o no?
Existe evidencia que sugiere que el consumo moderado, especialmente de vino tinto, podría tener efectos cardioprotectores, debido a que los compuestos fenólicos presentes en esta bebida tendrían efectos sobre la agregación de las plaquetas, el incremento en el colesterol HDL (también llamado colesterol bueno) y la disminución de la inflamación crónica, todo lo que llevaría a una menor probabilidad de enfermedad coronaria y a la prevención de infartos de miocardio.
“De hecho -aclaró el doctor Mario Boskis, miembro de la SAC y exdirector de Consejos Científicos de la institución-, el reconocido estudio INTERHEART, entre otros hallazgos, demostró que el consumo moderado de alcohol fue capaz de reducir la incidencia de infarto. De todos modos, al incrementar el número de tragos, se vio un efecto inverso con una clara posibilidad de aumentar el riesgo de este”.
Para Fitz Maurice, “es frecuente decir que hasta dos copas de vino por día en el hombre y una en la mujer no serían perjudiciales para la salud, siempre que no haya alguna enfermedad concomitante que desaconseje su ingesta. De todos modos, es pertinente que cada persona converse este tipo de cuestiones con su médico de cabecera, para recibir a una indicación personalizada que tendrá en cuenta aspectos como el estado de salud general, cardiovascular y mental, antecedentes familiares, edad, peso corporal, si se conduce un auto en forma cotidiana, por mencionar algunos”.
El alcohol en cifras
En la Argentina, se estima que la edad de inicio de consumo de alcohol es a los 13 años y enfermedades vinculadas al consumo de alcohol generan 8.000 fallecimientos al año. “Consideramos que debería haber más campañas de educación a la población advirtiendo acerca de la problemática de su abuso, especialmente en población vulnerable como las mujeres embarazadas, los pacientes con enfermedades crónicas y los adolescentes”, remarcó Salvatori.
Según Boskis, sucede algo similar con el tabaquismo y propuso que hay que atacarlo con las mismas herramientas: “La publicidad que asocia la ingesta de alcohol con un estilo de vida ‘saludable’, ‘exitoso’ o ‘glamoroso’ solo está mostrando una cara de la realidad y debería moderarse o reflejar con mayor responsabilidad la problemática que puede representar”.
De acuerdo con los resultados de la Cuarta Encuesta de Factores de Riesgo (ENFR), realizada por el Ministerio de Salud de la Nación, el consumo de alcohol episódico excesivo aumento prácticamente un 50%, pasando de un 8,9 % (registrado en la segunda ENFR -2009-) a un 13,3%.
Puntualmente, el incremento es 5 veces mayor en adolescentes que en adultos. Se observó, además, un aumento del 25% en la cantidad de adolescentes que conducen vehículos habiendo bebido alcohol previamente (del 12% en la tercera ENFR -2015- al 15% en la más reciente).
“Estos datos nos invitan, como ciudadanos, educadores, profesionales de la salud y tal vez también padres, a tomar conciencia de la importancia de trasmitir y enseñar a la población, y sobre todo a los adolescentes, acerca de las consecuencias del exceso y abuso del alcohol. Por eso, si no toma, no comience ahora; y, si toma, hágalo responsable y controladamente”, concluyeron desde la Sociedad Argentina de Cardiología.
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