En la Argentina, mueren más de 250 mil personas cada año por este grupo de enfermedades, entre las que se encuentran la diabetes, la hipertensión, el cáncer, enfermedades respiratorias, cardiovasculares, problemas de salud mental, obesidad, enfermedades renales y del hígado.
Se trata de las enfermedades no transmisibles (ENT) que a nivel global, anualmente, se cobran la vida de 41 millones de personas, lo que representa más del 70% de las muertes. En tanto, en Latinoamérica, la cifra asciende a 5,5 millones. Muchas de estas muertes son prevenibles a través del cambio de estilos de vida, políticas públicas e intervenciones en salud.
En la Argentina, las datos epidemiológicos más recientes indican que 261.217 personas murieron por alguna enfermedad no transmisible. Desde el próximo lunes 5 de septiembre y hasta el domingo 11, se conmemorará la Semana Mundial de Acción sobre las ENT, destinada a formar conciencia sobre la necesidad de prevenir y controlarlas.
A diferencia de las patologías infecciosas, las enfermedades no transmisibles (ENT) no son causadas por una infección aguda ni se contagian, pero constituyen hoy la principal causa de muerte y discapacidad a nivel mundial, y además requieren de cuidados y tratamientos a largo plazo.
Según cifras de la Organización Panamericana de la Salud, de los 41 millones de personas que fallecen a nivel global a causa de una ENT, 15 millones tienen entre 30 y 69 años años, es decir que constituyen muertes prematuras, y de éstas un 85% ocurre en países de ingresos bajos y medianos.
Atentos a esta situación, en la Semana Mundial de Acción sobre las ENT, los especialistas decidieron, bajo el lema “Actuar sobre las ENT”, subrayar la importancia de “llevar adelante medidas tendientes a modificar conductas para prevenir estas afecciones”, siendo que esta acciones no solo deben involucrar al individuo, sino también a la comunidad médica y la industria alimenticia, además de impulsar “la instrumentación de políticas públicas gubernamentales”.
El doctor Nicolás Renna, vicepresidente primero de la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial (SAHA) y Jefe de la Unidad Coronaria del Hospital Español, de la provincia de Mendoza, se refirió a esta situación y señaló: “Las ENT son las enfermedades que actualmente llevan la mayor carga de mortalidad en el mundo: hoy, la población se muere primariamente de insuficiencia cardíaca, complicaciones por hipertensión arterial, accidente cerebrovascular o cáncer. 50 o 60 años atrás, esto era diferente porque las que mayor mortalidad causaban eran las enfermedades transmisibles, las infecciosas”.
“El cambio se relaciona con el avance farmacológico que hubo a partir de los antibióticos y las vacunas y también con que la población vive más tiempo, entonces aparecen complicaciones asociadas a la edad, sumado al cáncer”, agregó el experto. Asimismo, advirtió que existe una triada fundamental en el abordaje de las ENT, la cual está conformada por el rol del médico, el sistema de salud (autoridades sanitarias, sociedades científicas y comunidad médica en general) y los pacientes.
Es por este motivo que afirmó que “si esa triada no funciona, no vamos a llegar a los objetivos que nos proponemos. No sólo juega la voluntad del paciente por cumplir medidas higiénico-dietéticas o de tomar todos los días los medicamentos que tenga indicados, sino que tiene que ver con el acceso al sistema de salud, con las políticas públicas (reducción de sodio, contar con espacios para hacer actividad física segura) y, por otro lado, el médico, que debe superar la inercia médica, porque la educación médica también contribuye al control de estas patologías que evolucionan con el tiempo”.
“Hoy el control de la hipertensión se da en 1 (o menos) de cada 4 hipertensos. Según una publicación reciente de la revista científica Nature, los objetivos para el 2050 deberían ser 80-80-80, es decir: 80 de conocimiento, 80 de control y 80 de tratamiento. Con eso se reduciría aproximadamente el 50% de la insuficiencia cardíaca, el 40% del ACV y el 25% de los infartos”, señaló el cardiólogo, a modo de ejemplo.
Por su parte, el doctor Ricardo Marcelo Corral, presidente de la Asociación Argentina de Psiquiatras (AAP) y Jefe de Docencia e Investigación del Hospital Borda, afirmó que para enfrentar estas patologías es importante la “promoción de la salud, ya que la medicina no es solo tratar o curar enfermedades, sino también evitarlas a través de la prevención propiamente dicha, donde las vacunas son un buen ejemplo”.
“Cuando promovemos la salud, estamos trabajando sobre la prevención de las enfermedades no transmisibles también, porque fomentando conductas saludables como la buena alimentación, la actividad física, la educación, las relaciones afectuosas, la seguridad en el vivir cotidiano, cuestiones bien básicas que todo ser humano necesita desde el nacimiento e incluso desde las condiciones saludables de la mujer que está gestando a ese bebé”, agregó el experto.
En tanto, en lo que se refiere a la alimentación y su impacto en la prevención de las ENT, los expertos destacaron que “es importante considerar que todos los alimentos naturales, no procesados, son mucho más beneficiosos, como las frutas, verduras, legumbres, cereales y carnes”, al tiempo que resaltaron que es “fundamental evitar el consumo de sustancias que hacen daño o son tóxicas, no sólo las ilegales sino también las legales que se compran en el supermercado o el kiosco: cerveza, vino o cigarrillos”.
“El alcohol es un tóxico del organismo, existe una cultura del alcohol, todos bebemos, pero la realidad es que puede producir daño; ésta también es una ENT que trae graves consecuencias: más del 10% de la población a nivel global tiene problemas serios con el alcoholismo, una enfermedad que genera problemas físicos y psíquicos porque daña el estómago, el hígado, el sistema nervioso central, el cerebro. Vemos como un problema para la sociedad que se estimule el consumo de alcohol a través de la publicidad asociándolo a la alegría, diversión y felicidad, y que además está especialmente dirigida a los jóvenes”, aseguró Corral.
Dónde se encuentra la mayor tasa de personas con ENT
Según advierten desde los organismos mundiales, las ENT están más presentes en los países de bajos y medianos ingresos, siendo que “la realidad local tampoco es favorable, pero -aun así- existen medidas posibles que pueden hacer la diferencia”, afirman los expertos.
En ese tono, el doctor Corral señaló: “Estamos en un contexto difícil, con el 40% de la población por debajo de la línea de pobreza, por lo que resulta complicado dar sugerencias que son difíciles de poder realizar para muchas personas, pero es importante intentar tener un ritmo de sueño adecuado, no quedarse enganchado a las noticias, tablets o computadoras, tener una alimentación balanceada y correcta (¡pero hay personas que no tienen para comer!), realizar ejercicio adecuado para cada edad: si es un niño el ejercicio tiene que ser diario e intenso al menos durante 60 minutos (jugar a la pelota, correr o saltar), si es una persona de edad habrá que adecuarlo en función de sus condiciones físicas, un ejercicio puede ser caminar solamente 3 o 4 veces por semana, todo esto previene las ENT”.
“Por otro lado, tenemos que fomentar la solidaridad y el amor entre las personas; esto ayuda mucho. Veo gente muy necesitada todos los días y lo que se observa es que cuando uno ayuda al prójimo siempre eso genera el bienestar de colaborar”, afirmó el psiquiatra. Desde la comunidad médica, además, insisten en que “se debe imitar el control pediátrico, que es el control del niño sano, para instaurar el control del adulto sano, con el objetivo de prevenir la enfermedad antes de que aparezca”.
En este sentido, destacaron que “cualquiera sea la especialidad, se tiene que estimular a que los pacientes hagan sus controles anuales para diagnosticar y/o detectar en forma temprana algunas de las ENT de mayor prevalencia como la diabetes, el sobrepeso y la obesidad y la hipertensión arterial, lo cual permite modificar los hábitos o tomar conductas antes de que la enfermedad se instale y su tratamiento sea más complejo”.
Ante este panorama, los expertos concuerdan en que el mayor impacto sobre la salud “se relaciona con la alimentación; el segundo, con el exceso del estrés, y el tercero, con no alcanzar los objetivos que la persona se propone en la vida: mayores ingresos económicos o crecimiento laboral, es una frustración que tiene que ver con los logros personales y son todos determinantes importantes ligados a lo psicológico y al rol social del individuo”.
“Recordemos que el concepto de salud es biofísico y social y, según la Organización Mundial de la Salud, uno está sano cuando todos esos componentes están alineados con la persona, se interrelacionan. Ahora bien, hay tres cosas que van independientemente de lo económico: lo primero es poder realizar algo de actividad física y abandonar el sedentarismo, no es necesario pagar un gimnasio, en la misma casa algo de actividad aeróbica se puede hacer; el segundo es reducir la sal, que en el país su consumo está 5 veces por arriba de lo recomendado, esto se logra comiendo menos conservas y no agregando sal a los alimentos; la tercera medida es el control médico una vez al año, aun estando sano”, indicó Renna.
Mientras que Corral puso el énfasis en que “no se debe pasar por alto que la mala calidad de vida se asocia a la obesidad, a la hipertensión y la diabetes; a su vez, el estrés es un factor de riesgo para éstas y además está asociado a la ansiedad y al insomnio. Existe un círculo vicioso formado por un lado por problemas relacionados con la salud mental y por otro con las enfermedades que se asocian a la mala calidad de vida, el consumo de alcohol, de cigarrillo, que pueden terminar causando problemas mucho más serios, como desarrollar una cirrosis o una demencia alcohólica, y en el caso del tabaco, en una EPOC, coronariopatía o cáncer de pulmón. Todo está encadenado y atender estas problemáticas tiene que ver con la promoción de la salud y sirve para prevenir las enfermedades no transmisibles”.
Vale recordar que la Semana Mundial de Acción sobre las ENT es una iniciativa que cuenta con el auspicio global de Upjohn, división de Pfizer. “Al apoyar este tipo de iniciativas, con la mira puesta en la persona y el objetivo de lograr que incorpore hábitos saludables que lo mantengan sano y alejado de este tipo de enfermedades tan prevalentes. Acompañamos a la comunidad médica en esta cruzada buscando amplificar los consejos y recomendaciones”, dijo el licenciado Martín Javier Martínez Lozano, Gerente General de Upjohn para el Cono Sur y Región Andina.
Esta división tiene por objetivo “ayudar a resolver la carga global de enfermedades no transmisibles (ENT) poniendo a disposición de todos los pacientes, en todas partes, soluciones de salud confiables y de calidad”. “Como división de Pfizer, nuestro legado respalda nuestra fortaleza: como proveedor premium de medicamentos en mercados desarrollados y emergentes; una marca de confianza que respalda la calidad de nuestros productos y personas; y un líder de la industria con un compromiso inquebrantable de mejorar continuamente nuestras capacidades de fabricación, comerciales y médicas en apoyo de nuestra misión y propósito más amplios”, concluyeron.
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