La mochila, ¿cuál es la mejor manera de usarla? Indudablemente, usarla colgada de un solo lado es canchero. En una persona adulta, con pocos kilos y con no mucho tiempo de uso, la puede llevar. Pero, ¿qué pasa con un chico que no la usa apropiadamente y que, por ahí, se va caminando o tiene un trecho de cargarla cuando va al colegio?
Veamos cuáles son las maneras correctas de usarla. En primer lugar, una mochila no debería tener más del 10 por ciento de lo que pesa el chico. Pero, muchas veces, se ha visto que tiene hasta el 15 y 20 por ciento. Lo cual provoca que tres o cuatro de cada 10 chicos, tengan dolores de espalda producidos por el mal uso de la mochila.
Es aconsejable poner en la mochila aquellas cosas que realmente son necesarias y no que se trasladan de un día para el otro. Uno puede dejar en el colegio aquellas cosas que no tienen por qué llevarlas a casa.
Lo que hay que tener en cuenta, a la hora de cargar la mochila, es: si la mochila tiene lugares a los costados, es conveniente ponerlos para que no esté todo puesto, solamente, en el compartimento central. Dependiendo del tipo de mochila que tenga el chico. Después, lo más pesado, ponerlo lo más cerca posible de la espalda.
Y, después, hay que tener en cuenta las correas, cómo se ponen las correas. Si la correa está demasiado libre, está demasiado floja, le queda colgando y no hay manera de que el chico la pueda llevar bien y va a tener, posiblemente, más dolores y hasta puede llegar a caerse.
Recuerde que las cosas que nos dañan son aquellas que no deberíamos cargar. Eso sirve tanto para las cosas psicológicas, para las sociales que uno tiene encima. Para todas las cargas que uno tiene se debe hacer como para las mochilas que llevan los chicos a los colegios.
Bonus track: equilibrio
Todo lo que se lleve colgado, como son las mochilas, los bolsos o las carteras, influye en el equilibrio. Sin embargo, a medida que transcurren los años, las personas van perdiendo masa muscular y el equilibrio, sin importar los “accesorios” que se utilicen. El grado de funcionamiento del cuerpo se mide a partir de cuatro cosas: la fuerza, la velocidad, la resistencia y el equilibrio.
Cuanta más edad se tiene, el músculo se va achicando y eso tiene que ver con sustancias químicas. Cuanta más grasa tengo, más problemas tengo, porque mando señales químicas que son negativas. Cuando tengo más músculo, tengo más señales químicas positivas. Y si pierdo músculo tengo más probabilidad de enfermarme.
¿Cómo se mide el equilibrio? Se hace mediante 3 ejercicios que se pueden hacer en las casas, lo único que hay que tener cerca es una silla para poder agarrarse, de ser necesario.
El primer ejercicio consiste en poner el talón a la altura del dedo gordo y se tiene que quedar 10 segundos en esa posición. Si pasa los 10 segundos está perfecto, si le da menos de 10 no está bien y si no se pudo mantener nada es una señal para empezar algún tipo de actividad. Este es el ejercicio que suele costar más.
El segundo ejercicio es con los pies juntos. También permanecer 10 segundos. Y uno puede mover las manos, pero lo que no puede mover son las piernas. Si se logró los 10 segundos, quiere decir que está bien.
El tercer y último ejercicio se realiza cuando se pone un pie adelante del otro, y permanece 10 segundos. Lo ideal es tener la silla cerca por las dudas. Si no aguanta o se agarra, cuando no se pudo mantener por menos de 10 segundos significa que hay que empezar a entrenar esos músculos.
Y esto es como todas las otras cosas en la vida, si uno no puede mantener el equilibrio, tiene todas las chances de perder el rumbo.
*El doctor Alberto Cormillot es un reconocido médico argentino especialista en obesidad, educador para la salud, escritor y conferencista. Fundó y dirige la Clínica de Nutrición y Salud que lleva su nombre, Dieta Club, la Fundación ALCO (Anónimos Luchadores Contra la Obesidad) y el Instituto Argentino de Nutrición, desde donde asesora a industrias para la elaboración de productos dietéticos y saludables.
* Realización: Gastón Taylor y Alejandro Beltrame / Edición: Facundo Madero / Producción: Dolores Ferrer Novotný
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