A dos años de la llegada de la pandemia por coronavirus, Argentina sigue firme en su camino por tener una vacuna contra la enfermedad COVID-19. De hecho, va a contar con varias.
“Entendimos la importancia que tiene para un país que la ciencia y la tecnología se desarrollen. Si hubiéramos sido capaces de desarrollar nuestra propia vacuna a la velocidad que lo necesitamos, no hubiéramos tenido este problema; ahora lo estamos haciendo. No vamos a tener una vacuna, vamos a tener 3 ó 4 vacunas. Tenemos 3 o 4 vacunas en marcha producto del trabajo conjunto de la actividad privada con universidades públicas y el Conicet. Yo lo celebro”, expresó esta tarde el presidente Alberto Fernández en el acto de relanzamiento del Consejo Económico y Social en el CCK.
Los dichos del Presidente van en línea con el anuncio que hizo hace un mes, el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación, Daniel Filmus, cuando afirmaba en declaraciones radiales: “Hay cuatro líneas en desarrollo, y dos de ellas están empezando ahora prácticamente con los estudios clínicos, por eso todo hace pensar que antes de fin de año la Argentina va a tener su propia vacuna”.
“Esta vacuna por supuesto que no va a reemplazar a todas las que se están importando en este momento, ni a todas las que se están fabricando en el país con licencias extranjeras”, agregó Filmus, dejando en claro que los inoculantes nacionales convivirán con las fórmulas actuales que se aplican en el país y ya demostraron ser seguras y efectivas.
Estos desarrollos son parte de una articulación entre el sector público y el sector privado, “las investigaciones han sido llevadas adelante en general por científicos del CONICET y por investigadores de la Universidad de Buenos Aires, de la Universidad de San Martín, de la Universidad Nacional de La Plata, que articulan luego con empresas que puedan después escalar la producción”, dijo el funcionario nacional y agregó: “Esta producción, como sucede actualmente con la producción de barbijos o de kits de autotest de COVID-19, luego va a ser exportada también para toda la región”.
Siete vacunas en línea de investigación
Si bien el Presidente afirmó hoy que Argentina contará con “3 o 4 vacunas contra el coronavirus”, lo cierto es que hay más desarrollos científicos que se están llevando adelante en el país para producir una vacuna eficaz y segura contra la enfermedad COVID-19. Argentina se encuentra muy bien posicionada hoy en el concierto científico internacional con el proyecto de 7 vacunas candidatas en desarrollo contra el coronavirus, algo que muy pocos países pueden hacer.
Algunos proyectos están más avanzados que otros y la mayoría cuenta con el apoyo del Estado, a través del financiamiento de la Unidad Coronavirus, integrada por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, el Conicet y la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i). Pero, ¿cuáles son estos desarrollos y en qué etapa se encuentran?
1- ARVAC Cecilia Grierson
A pocos meses de comenzada la pandemia, la científica Juliana Cassataro y su equipo de investigación en la Universidad Nacional de San Martín y el Conicet comenzaron a trabajar en el desarrollo de una vacuna contra el COVID-19. Esta vacuna local, que lleva el nombre de la primera médica argentina y fundadora de la Escuela de Enfermería, se basa en proteínas recombinantes, una tecnología similar a la usada en la vacuna del Hepatitis B o el Virus de Papiloma Humano (VPH). Sus creadores estiman que este año podría estar comenzando los ensayos clínicos.
“Nuestro proyecto tiene como objetivo desarrollar y producir en Argentina una vacuna adyuvada recombinante contra la COVID-19 que pueda almacenarse entre 2 y 8 °C. Esta vacuna podría usarse como refuerzo y cambio de variante de las vacunas actuales y / o como inmunización primaria. La producción bajo buenas prácticas de manufactura (GMP por sus siglas en inglés) de la vacuna se realiza en el laboratorio Pablo Cassará en plantas ya existentes y habilitadas para productos biológicos y donde existe la capacidad de producir 50 millones de dosis de la vacuna”, explicó a Infobae la doctora Cassataro.
“De las distintas plataformas que existen actualmente para vacunas contra SARS-CoV-2 elegimos utilizar vacunas a subunidad basadas en proteínas recombinantes [Ej. Vacuna hepatitis B y HPV del calendario nacional] porque es una de las plataformas que mayor conocimiento se tiene en cuanto a la seguridad ya que puede aplicarse a embarazadas, bebes, inmunosuprimidos etc. Además, este tipo de vacunas podría utilizarse para dar los refuerzos anuales si fuera necesario en individuos ya vacunados con otras plataformas de vacunas como las inactivadas, de adenovirus o ARN. Al día de hoy, hemos realizado ensayos preclínicos en distintas cepas de animales para evaluar la inmunogenicidad de la vacuna y obtuvimos elevados niveles de anticuerpos neutralizantes del virus, así como inducción de una respuesta celular T específica. Hemos demostrado que los anticuerpos inducidos por la vacuna son capaces de neutralizar a las variantes de preocupación del virus que están circulando en nuestro país”, sostuvo la especialista en vacunas.
2- S-Vac o vacuna de proteína S trimérica
Otro de los desarrollos más avanzados es de un equipo de científicos de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) que trabaja junto a un consorcio de laboratorios públicos y centros de investigación, cuyos ensayos se encuentran en etapa preclínica y ha mostrado excelentes resultados en las pruebas con animales. El proyecto obtuvo un financiamiento de 60.000.000 de pesos otorgado por el Fondo Argentino Sectorial (FONARSEC), y se trata de una iniciativa impulsada por el laboratorio VacSal (Vacuna – Salud), del Instituto de Biotecnología y Biología Molecular de la Facultad de Ciencias Exactas (UNLP- CONICET), que dirige la doctora Daniela Hozbor.
“La plataforma sobre la que se desarrolla la vacuna es la proteína Spike entera trimérica glicosilada de distintas variantes del SARS-CoV-2 (vacuna proteica) expresadas en células de mamífero más un adyuvante comercial aprobado por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT)”. Nuestro desarrollo utiliza la proteína espiga entera del virus, que está formada por tres cadenas de naturaleza proteica. Tiene además unos azúcares pegados, por eso es glicosilada. En definitiva, es muy aproximada a lo que el virus es, pero sin la carga viral”, explicó Hozbor a Infobae.
Y agregó: “Esta vacuna está desarrollada dentro de lo que se llaman vacunas de segunda generación. Son productos que están mirando la pandemia ahora, y en vista de lo que puede pasar. Se hacen con información científica nueva partir de la experiencia recabada en los últimos dos años y también en el desarrollo de las primeras vacunas contra COVID-19″.
3- Argenvac221
Argenvac221 es otro importante proyecto de desarrollo de vacuna que tuvo origen en la Universidad Nacional de La Plata, en conjunto con el Conicet y la Universidad de Buenos Aires. Es un proyecto liderado por el doctor Guillermo Docena, quien explicó que la iniciativa surge de trabajos previos de colaboración desde el 2018, en los que “se sumaron capacidades complementarias para el desarrollo y optimización de inmunoterapias para enfermedades inflamatorias y enfermedades infecciosas.
“Estamos avanzando fuertemente en dos direcciones. La vacuna en sí en laboratorio (GLP), con ensayos en ratones desde hace un año. Se diseñó una estrategia vacunal basada en el empleo de nanopartículas con fracciones proteicas provenientes del SARS-CoV-2. Y también en paralelo en su escalada productiva (GMP), bajo normas de buenas prácticas de manofactura. También estamos trabajando con la gente de la ANMAT para obtener la aprobación de ensayos preclínicos que estarían haciéndose a partir de junio o julio y clínicos, que si todo marcha bien, podrían comenzarse antes de fin de año”, explicó Docena a Infobae.
4- CoroVaxG.3 o vacuna del Leloir
El desarrollo de vacuna “CoroVaxG.3″, por científicos de la Fundación Instituto Leloir (FIL) y del CONICET es otro proyecto importante y avanzado en Argentina.
Este equipo diseñó una fórmula monodosis, que logró generar la inmunidad en el 100% de las pruebas preclínicas efectuadas en ratones. “Nuestra fórmula está basada en vectores de adenovirus humano, similares a los de la Spuntik V, Cansino o Johnson & Johnson, pero con una diferencia. La vacuna en desarrollo está basada en un vector adenoviral híbrido. Nuestra vacuna ha demostrado en animales ser más potente que versiones similares a las que circulan en el mercado y que desarrollamos en nuestro laboratorio para compararlas. Con la aparición de tantas variantes del coronavirus, y con la población vacunada con dos o tres dosis, hay que pensar en dar un refuerzo que permita que la inmunidad dure más tiempo con una nueva vacuna que tenga en cuenta las posibles variantes que puedan aparecer. Es una vacuna pan coronavirus, que puede proteger contra otras nuevas variantes de coronavirus”, explicó a Infobae el doctor Osvaldo Podhajcer, coordinador del proyecto y jefe del Laboratorio de Terapia Molecular y Celular de la FIL e investigador superior del CONICET.
“Los estudios en animales muestran que una sola dosis de la vacuna genera una respuesta inmunológica tanto de anticuerpos como de células de memoria contra SARS-CoV-2, en forma muy potente que no decae en 5 meses. Por su potencia esperamos que la vacuna no solo pueda ser utilizada como única dosis que proteja al menos durante 12 meses, sino que también la dosis sea menor a la que usa en las vacunas actuales de modo tal de volver más eficiente su producción a escala”, indicó Podhajcer.
5- Vacuna de la Universidad del Litoral
La otra vacuna que recibió apoyo financiero de la Agencia I+D+i, es la que están desarrollando investigadores del CONICET en la Universidad del Litoral, junto a Cellargen Biotech SRL y Biotecnofe SA. Se trata de una fórmula basada en proteínas recombinantes, que son más estables y menos dependientes de la cadena de frío. “Estas partículas imitan la conformación del virus y permiten vacunar a las personas o los animales con vacunas bioseguras, basadas en cultivos de células recombinantes”, comentó a Télam el investigador Claudio Prieto, a cargo del proyecto. “Lo que hacemos es, mediante ingeniería genética, modificar el genoma de las células productoras de la vacuna, para que solamente expresen un gen codificante de una proteína clave del virus, que al ser utilizada como vacuna, es capaz de generar anticuerpos en animales o en humanos”, agregó el investigador.
“El grado de avance de la primera etapa del proyecto puede ser considerado cercano al 90% en su conjunto”, indicó Claudio Prieto, director de la investigación, que fue recientemente reconocida y seleccionada como uno de los trabajos beneficiarios del fondo “Picto 2021 Estrategias de Inmunización SARS-CoV-2″ impulsado por la agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación. De este modo, el proyecto recibió un subsidio de 7.500.000 pesos para profundizar el trabajo en curso. El equipo multidisciplinario de trabajo está integrado por los investigadores Diego Fontana, Agustina Gugliotta, María Celeste Rodríguez, Natalia Ceaglio, Victoria Gastaldi, Sebastián Antuña, Belén Tardivo, Ernesto Garay, Javier Villarraza, Antonela Fuselli, Pablo Mussio, Lautaro Leschiuta, Joaquín Cervetti y Claudio Prieto.
6- Vacuna del INTA Bariloche
Una vacuna argentina contra el coronavirus podría provenir desde el sur de nuestro país. El INTA junto a laboratorios Bagó avanzan con una vacuna basada en una tecnología patentada en 2018 por el INTA Bariloche que generó inmunidad ante el coronavirus en ratones.
Un grupo de investigadores liderado por el veterinario y virólogo doctor Sebastián Pappalardo busca sin descanso avanzar a toda máquina para terminar de confeccionar una innovadora vacuna basada en la biotecnología contra el nuevo coronavirus.
Organizados en un equipo de 15 integrantes, se dividen en 4 personas en un grupo en Bariloche, nucleados en el INTA, 5 personas de Bagó, 3 científicas que desde el Instituto de Virología del INTA Castelar y becarios trabajan hace varios meses sin dormir. Pappalardo es médico veterinario por la Universidad del Salvador (2003) y Doctor en veterinaria por la UBA (2009). Actualmente es Investigador de INTA dedicado al desarrollo de vacunas aplicando la Plataforma de Nanovacunas. Es responsable del Grupo de Nanomedicina Veterinaria y tiene gran experiencia en el desarrollo de vacunas aplicando nanotecnología.
“Esta vacuna utiliza como vehículo un gen que codifica para una porción de la proteína Spike del SARS-CoV-2 que activa la respuesta inmune del organismo. Trabaja con proteínas muy pequeñas que son liposomas, esferas muy pequeñas de fosfolípidos. Ese es el componente principal. Esas esferas lipídicas, nosotros le anclamos como unas espículas -unos pelitos que le salen para afuera- que en el extremo tiene un azúcar. Nuestra inspiración para hacer esto fue en base a la naturaleza, quisimos emular de alguna manera con esta plataforma la manera en la que los virus infectan las células, pero con algo que sea inocuo, que no sea peligroso”, sostuvo el experto a Infobae, que espera comenzar los desarrollos clínicos este año.
7- Vacuna oral de Córdoba, San Pablo y París
Investigadores argentinos del CONICET en la Universidad Católica de Córdoba participan junto a sus pares brasileños de la Universidad Federal de San Pablo y franceses de la Sorbona, en el desarrollo de una vacuna oral contra la Covid-19. El doctor Hugo Luján, investigador del Conicet y de la Universidad Católica de Córdoba explicó a Infobae que no puede dar mayores detalles ya que el proyecto está en fase final y la semana próxima se publicará nueva información actualizada.
Los doctores Jorge Kalil, de la Universidad Federal de San Pablo, Brasil y David Klatzmann, de la Universidad de la Sorbona, en Francia, uno de los descubridores del virus del Sida, participan de este innovador proyecto de vacuna que se administra como pastilla. La vacuna cordobesa en desarrollo consiste en la combinación de moléculas de varios virus que no infectan a humanos y que se recubren con proteínas de superficie llamadas VSP, que a modo de escudo resisten las “inclemencias” del tracto digestivo. “Bajo esa capa protectora, insertamos moléculas del nuevo coronavirus que apuntan a generar una fuerte respuesta inmune”, explicó a Télam el investigador.
SEGUIR LEYENDO