Argentina se encuentra transitando una adelantada epidemia de influenza o gripe, mientras todavía circula la variante Ómicron del coronavirus, según advirtió esta semana un alerta el Ministerio de Salud de la Nación. La gripe, el resfrío y el COVID-19 presentan síntomas parecidos, por eso muchas veces cuesta diferenciarlos. Para distinguirlos, prestar atención a las señales corporales, el diagnóstico médico y evitar la automedicación son claves.
“A partir de diciembre de 2021 se ha detectado un aumento progresivo en el número de casos de Influenza A, en particular el subtipo H3N2, con 794 casos confirmados notificados hasta el 10 de febrero. Esto representa, epidemiológicamente, una circulación en un periodo del año no habitual para este virus respiratorio, que comúnmente es esperable que circule durante fines de otoño y durante el invierno (principalmente entre los meses de mayo y agosto)”, explicó el miércoles la cartera sanitaria nacional.
Los virus influenza son los principales responsables de los cuadros gripales, que afecta principalmente a la nariz, la garganta, los bronquios y, ocasionalmente, los pulmones. La infección viral dura generalmente una semana y se caracteriza por la aparición súbita de fiebre alta, dolores musculares, cefalea, malestar general, tos seca, dolor de garganta y rinitis. El virus se transmite con facilidad de una persona a otra a través de gotitas y pequeñas partículas expulsadas con la tos o los estornudos.
Por eso recomienda a la población continuar con las medidas de prevención y cuidado vigentes para la COVID-19: mantener ambientes ventilados, lavarse las manos de manera frecuente con agua y jabón, uso de barbijo, y evitar acudir a actividades laborales, educativas o lugares públicos ante la presencia de síntomas.
La influenza suele propagarse rápidamente en forma de epidemias estacionales y la mayoría de los afectados se recuperan en una o dos semanas sin necesidad de recibir tratamiento médico. Sin embargo, en niños pequeños, personas de edad y personas con otras afecciones médicas graves, la infección puede conllevar complicaciones graves, provocar neumonía y en algunos casos causar la muerte.
¿Pero cómo diferenciar el virus de la gripe o influenza del coronavirus?
La gripe, el resfrío y el COVID-19 tienen muchos síntomas similares. Esto hace que sea tan difícil diferenciarlos, por eso a veces no se sabe cuál es cuál. Además, en ambos casos, uno puede enfermarse con cualquiera de los virus aun estando vacunado.
Las dos son infecciones respiratorias y virales cuyos casos más graves se pueden prevenir a través de la vacunación. El virus de la gripe puede causar al año entre tres y cinco millones de casos de enfermos de gravedad y más de 200.000 muertes por infección respiratoria en todo el planeta. El SARS-CoV-2, que provocó una emergencia de salud pública mundial desde diciembre de 2019, ya afectó a más de 460 millones de personas y causó la muerte de 6 millones.
“Las personas pueden infectarse por el virus de la influenza y por el virus que causa el COVID-19 al mismo tiempo, y tener síntomas tanto de la influenza como del COVID-19″, alertaron los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) de Estados Unidos. Durante la pandemia de SARS-CoV-2 se han registrado aproximadamente entre un 7% y un 11% de casos de coinfecciones en pacientes con COVID-19, en los que el virus de la gripe era uno de los más frecuentes.
Aunque algunos síntomas son similares, con el avance de la pandemia se han logrado aclarar las 5 diferencias principales que existen entre ambas infecciones y sus complicaciones y secuelas.
1- Diferencias en signos y síntomas
Tanto el COVID-19 como la gripe pueden tener distintos grados de signos y síntomas, que van desde la ausencia de síntomas (se los llama casos asintomáticos) a síntomas graves. Los síntomas más comunes tanto del COVID-19 como de la gripe incluyen: fiebre o sentirse afiebrado, tener escalofríos, tos, dificultad para respirar (o sentir que le falta el aire), fatiga o cansancio, dolor de garganta, mucosidad nasal o nariz tapada.
También en ambas infecciones, las personas pueden tener dolor muscular y molestias corporales, dolor de cabeza, vómitos y diarreas, y cambios o pérdida del gusto o el olfato. Sin embargo, en el caso de la gripe, la pérdida del olfato o del gusto es poco frecuente. Los síntomas de diarrea y vómitos se dan más en casos de niños con gripe y no tanto en adultos.
2- Cuánto tiempo tardan en aparecer los síntomas
En el caso de la gripe, por lo general, las personas presentan síntomas después de 1 a 4 días de haber contraído la infección. En cambio, las personas presentan síntomas de COVID-19 después de aproximadamente 5 días de haberse infectado, pero los síntomas pueden manifestarse entre 2 y 14 días después de haber contraído la infección.
3- Por cuánto tiempo las personas pueden contagiar
Tanto en el caso del COVID-19 como en de la gripe, es posible propagar el virus al menos 1 día antes de experimentar alguno de los síntomas. Pero una persona con el coronavirus puede contagiar el virus más tiempo que si tiene el virus de la gripe.
La mayoría de las personas con el virus de la gripe pueden contagiar por aproximadamente 1 día antes de presentar síntomas. Al parecer, los niños más grandes y los adultos con gripe son más contagiosos durante los primeros 3-4 días de la enfermedad, pero muchas personas siguen siendo contagiosas por aproximadamente 7 días, según los CDC. Los bebés y las personas con sistemas inmunes debilitados pueden ser contagiosos incluso por más tiempo.
Con respecto al COVID-19, aún se está investigando por cuánto tiempo una persona puede propagar el coronavirus. Según los CDC, “es posible que las personas puedan propagar el coronavirus por aproximadamente 2 días antes de manifestar signos o síntomas (o posiblemente antes) y permanecer contagiosas por al menos 10 días después de la primera aparición de los signos o síntomas”.
Además, advirtieron: “Una persona asintomática o cuyos síntomas desaparecen puede seguir contagiando por al menos 10 días después de su resultado positivo en la prueba de detección del COVID-19. Las personas hospitalizadas con casos graves de la enfermedad y las personas con el sistema inmune debilitado pueden ser contagiosas por 20 días o más”.
4- En qué se distinguen en cuanto a la transmisión
Tanto el coronavirus como el virus de la gripe pueden transmitirse de persona a persona entre personas que están en contacto cercano entre sí a dos metros de distancia. Ambas enfermedades se propagan principalmente a través de partículas grandes y pequeñas que contienen el virus que son expulsadas cuando las personas que están contagiadas (incluso sin síntomas) tosen, estornudan o hablan.
Esas partículas de diferentes tamaños pueden terminar en la boca o nariz de quienes se encuentran cerca y posiblemente ser inhaladas y llegar a sus pulmones. En algunas circunstancias, como en espacios cerrados con mala ventilación, las partículas pequeñas -que llaman aerosoles- podrían propagarse más allá de los 2 metros y provocar infecciones.
Aunque la mayor parte de la propagación se produce por inhalación, puede suceder que una persona se infecte al tocar a otra (por ejemplo, al estrechar la mano de alguien que tiene el virus en la mano) o al tocar una superficie u objeto con el virus, y luego tocarse la boca, la nariz o los ojos.
Aunque se cree que el virus que causa el COVID-19 y los virus de la influenza se propagan de formas similares, “el virus que causa el COVID-19 suele ser más contagioso que los virus de la gripe”, según los CDC. Además, se ha observado que el COVID-19 genera muchos más casos de superpropagadores que la gripe. Esto significa que el virus que causa el COVID-19 puede propagarse con mayor rapidez y facilidad a muchísimas personas y provocar la propagación continua entre las personas a medida que el tiempo avanza.
5- Se distinguen en complicaciones y secuelas
Tanto el COVID-19 como la influenza pueden provocar complicaciones, como neumonía, insuficiencia respiratoria, síndrome de insuficiencia respiratoria aguda (líquido en los pulmones, sepsis, lesión cardiaca (por ejemplo, ataques cardiacos y accidentes cerebrovasculares, insuficiencia multiorgánica (insuficiencia respiratoria, insuficiencia renal, shock), y agravamiento de afecciones crónicas (que involucran a los pulmones, el corazón, el sistema nervioso o la diabetes).
También los pacientes con ambas infección pueden padecer inflamación del corazón, cerebro y tejidos musculares, e infecciones secundarias (infecciones bacterianas o por hongos que pueden ocurrir en personas que ya han sido infectadas por la gripe o por el COVID-19).
Pero se han detectado diferencias. En el caso de la gripe, las infecciones secundarias bacterianas son más frecuentes en casos de influenza que en los casos de COVID-19. La diarrea es más frecuente en niños pequeños con gripe que en adultos con esa infección.
En cambio, en los casos de COVID-19, hay complicaciones como coágulos de sangre en las venas y arterias de los pulmones, corazón, piernas o cerebro. Se puede desarrollar el Síndrome inflamatorio multisistémico en niños (MIS-C) y en adultos (MIS-A), que fue descripto por diferentes científicos a partir de abril del año pasado.
Además, el COVID-19 puede dejar secuelas, que hoy se conocen como Síndrome de Covid Prolongado o Post Covid. Es una gama de 55 síntomas que pueden durar semanas o meses después de haber sido infectado por el virus que causa el COVID-19 por primera vez o aparecer semanas después de la infección. El COVID-19 prolongado puede presentarse en cualquier persona que haya tenido COVID-19, incluso si la enfermedad fue leve o no tuvo síntomas.
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