El Día Mundial de las Legumbres fue instituido en diciembre de 2018 por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). De esta forma se comenzó a conmemorar desde el 10 de febrero de 2019 para promover la producción y el consumo de estos alimentos como parte de un sistema alimentario sostenible y saludable.
La Asamblea General de la ONU proclamó al 10 de febrero como el Día Mundial de las Legumbres en su resolución A/RES/73/251, a propuesta de Burkina Faso y, con la ayuda de gobiernos, el sector privado, miembros y organizaciones asociadas, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) se ocupa de facilitar la celebración de este día internacional, ya que es una oportunidad para sensibilizar a la opinión pública sobre el papel fundamental que desempeñan esos alimentos en la transformación hacia sistemas agroalimentarios más eficientes, inclusivos, resilientes y sostenibles y que contribuyen a mejorar la nutrición, cuidar el medio ambiente y permitir una vida mejor a miles de personas.
Las autoridades de FAO consideran que la producción de estas semillas contribuyen al logro de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), también conocidos como Objetivos Globales, fueron adoptados por las Naciones Unidas en 2015 como un llamado universal a la acción para acabar con la pobreza, proteger el planeta y garantizar que para 2030 todas las personas disfruten de paz y prosperidad.
Las legumbres contribuyen a la creación de oportunidades económicas, sociales y ambientales para los sistemas agroalimentarios sostenibles. Pero para lograr que se adopte una agricultura impulsada por las legumbres, la juventud debe ocupar un lugar central en toda estrategia, considera la FAO.
La celebración de este 2022 está dedicada al tema “Legumbres para empoderar a los jóvenes con miras a lograr sistemas agroalimentarios sostenibles” y se centra en el papel fundamental que desempeñan los jóvenes en la construcción de un futuro mejor para la alimentación y en recoger los testimonios y opiniones de los representantes de organizaciones de jóvenes.
“Las legumbres son un excelente alimento complementario para que los lactantes, niños y niñas satisfagan sus necesidades diarias de energía. Su contenido alto de nutrientes también vuelve a las legumbres ideales para las personas vegetarianas y veganas, dado que aseguran la ingesta suficiente de proteínas, minerales y vitaminas”, explicó Jacqueline Guzmán de Million Dollar Vegan, organización internacional sin fines de lucro que busca crear conciencia sobre cómo la cría y el consumo de animales afectan el medio ambiente y la salud humana.
Arvejas, porotos, garbanzos, lentejas, habas y también la soja son excelentes alimentos de fácil adquisición además de tener un gran potencial, tanto en la nutrición humana debido a sus diversos beneficios para la salud, así como su valor nutricional.
Sin embargo, cuando hablamos de legumbres solemos acordarnos solo de las lentejas, pero hay una gran variedad detrás de ellas. Existen los garbanzos, los porotos (negros, blancos, rojos), las habas, las arvejas secas, la soja. Además de esto cada tipo de legumbre cuenta con variedades en sí misma con diferentes tonalidades y sabores.
Las legumbres tienen un prolongado tiempo de conservación, con lo cual pueden almacenarse por largos períodos de tiempo sin perder su valor nutricional, siempre, guardándolas en lugares secos y frescos.
Las legumbres tienen el doble de proteínas que el trigo y el triple que el arroz. A su vez si combinamos en nuestros platos o a lo largo del día legumbres y algún tipo de cereal (arroz, fideos, polenta, amasados) se obtiene una proteína vegetal de mayor calidad nutricional. Por ejemplo: hacer un guiso de arroz y lentejas con verduras o preparar una ensalada de vegetales y agregar fideos tirabuzón y garbanzos.
Las legumbres es un alimento que, además de tener un gran valor nutricional, permite controlar los niveles elevados de colesterol, que son un problema cada vez más frecuente a nivel mundial. Estos valores a menudo son relativamente fáciles de corregir, especialmente realizando algunos ajustes en la dieta pero también mejorando la calidad del sueño y haciendo deporte regularmente. En este sentido, un artículo publicado por la Universidad de Harvard da algunas pistas sobre cómo lograr una reducción en este aspecto.
Una gran manera de reducir los niveles de colesterol, dicen los autores estadounidenses, sería incrementar la presencia de las legumbres en la alimentación habitual. Y es que, como señalan, las legumbres contienen grandes cantidades de proteínas y fibra y son bajas en grasa y glúcidos, lo que las convierte en un alimento muy nutritivo y saludable.
Numerosos estudios científicos, citados por los investigadores, han relacionado las dietas altas en legumbres con un riesgo reducido de padecer numerosas patologías como obesidad, diabetes, hipertensión arterial, accidentes cardiovasculares y, por supuesto, niveles excesivos de colesterol. Incluso, explican, se ha observado que el consumo frecuente de legumbres podría lograr mejorías en pacientes que ya padecen estos problemas.
Los autores del trabajo referencian como ejemplo un estudio realizado anteriormente, que concluyó que ingerir una taza de legumbres diaria durante tres meses logra pérdidas importantes de masa corporal, descenso de la circunferencia de la cintura, bajadas significativas de los niveles de glucosa en sangre, un descenso de hasta ocho puntos en el nivel de colesterol en sangre y una reducción importante de la tensión sanguínea.
Un equipo de investigadores científicos de Noruega detectó recientemente que un adulto joven puede sumar más de una década a su esperanza de vida si cambiara su dieta de la típica occidental -con comida chatarra- a una dieta optimizada que incluya más legumbres (como lenteja, garbanzo, soja, y porotos), además de cereales integrales y frutos secos, y menos carne roja y procesada. El trabajo fue realizado por científicos del Departamento de Salud Pública global y atención primaria de la Universidad de Bergen, en Noruega.
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