Una de las recomendaciones que emitió el Ministerio de Salud de la Nación ante el estupor que causó la noticia de la intoxicación masiva por consumo de cocaína envenenada en el barrio Puerta 8 de la localidad de Tres de Febrero, provincia de Buenos Aires, fue utilizar un medicamento específico: la naloxona.
La muerte de 20 personas a causa del consumo de cocaína envenenada causa estupor y preocupación en la sociedad. Todavía hay 49 internados, de los cuales 21 están con respirador. Como todavía no se sabe cuál es el alcance final de esta tragedia y ante el temor de que haya más intoxicados en un futuro cercano, las autoridades sanitarias nacionales emitieron el alerta y recomendaron evaluar la administración de la naloxona como antídoto a la cocaína adulterada, supuestamente con opiáceos, según adelantaron fuentes médicas policiales.
La cocaína pudo haber sido adulterada con una mezcla de derivados de los opiáceos, entre ellos sustancias como oxicodona, fentanilo, metadona, y morfina, entre otras, por eso los cuadros que exhibieron los afectados son de envenenamiento y no de sobredosis.
“La naloxona es una droga que se utiliza como antídoto ante intoxicación con opioides. La misma actúa sobre los receptores del cuerpo y bloquea la acción de los opioides. Se utiliza como tratamiento médico de emergencia para revertir los efectos de una conocida o sospechada sobredosis de opiáceos que ponen en peligro la vida”, explicó a Infobae la doctora Marta Braschi, pediatra y médica de adolescentes, especialista en toxicología del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez y del Hospital Alemán.
“Se administra en forma urgente cuando uno tiene un paciente que cayó en coma de origen desconocido. Es parte del kit de acción de emergencia para salvar la vida de una persona. La recomendación del Ministerio de Salud es clave ya que muchos pacientes tuvieron una reversión de su estado de coma y pudieron volver en sí. Se administra en dosis seguras por lo que no deja ningún tipo de secuela o efecto adverso”, amplió la especialista y agregó que el tiempo de recuperación el paciente va a depender de la cantidad de opioides que haya consumido. “Generalmente a los pocos minutos se puede ver la mejora. Se puede administra como inyección o como goteo”, precisó Braschi.
Según aclara la Biblioteca de Medicina de los Estados Unidos, la naloxona es un medicamento que salva vidas y que, cuando se rocía dentro de la nariz o se inyecta, revierte rápidamente los poderosos efectos de los opioides durante una sobredosis. Todas las personas que sufren una sobredosis de opioides, ya sea con un medicamento recetado o una droga ilícita, necesitan naloxona.
En casos de depresión respiratoria por opioides, su efecto antagónico es evidente en 1 a 2 minutos después de administración intravenosa y en 2 a 5 minutos luego de inyección intramuscular; su resultado es máximo en 5 a 15 min y persiste por 45 a 60 minutos, aclara la entidad.
La recomendación del Ministerio de Salud de la Nación ante más casos de intoxicación aconsejó:
- Si alguna persona ha consumido cocaína en las últimas 48 horas y necesita atención clínica, debe acudir de forma inmediata al centro de salud o guardia de hospital general más cercano.
- En caso de haber consumido cocaína en las últimas 24 horas y presenta algunos de estos síntomas: dificultad respiratoria, respiración lenta, convulsiones, disminución del estado de conciencia, excitación psicomotriz, o alteraciones de la sensibilidad (sensación de hormigueo, adormecimiento), debe consultar de inmediato a un servicio de emergencias o comunicarse con el Centro Nacional de Intoxicaciones o el Centro de Toxicología regional.
El comunicado difundido por Nación aconsejaba no usar Flumazenil, un medicamento que se utiliza para combatir la intoxicación por benzodiacepinas.
“Puede desencadenar un cuadro de epilepsias graves y pueden llevar a quien lo tome a la muerte. La única forma de utilizar ese medicamento es si se está seguro que la intoxicación es con benzodiazepinas, cosa que por el momento no es segura”, explicó el doctor Rodrigo Salemi, coordinador del Colegio de Médicos de la Provincia de Buenos Aires.
Como lo hizo Nación y Provincia de Buenos Aires, el experto recomendó evaluar la administración de naloxona como antídoto: “Se trata de un medicamento que se usa como antagonista para revertir los efectos de los opiáceos, como podría ser el fentanilo, que se está investigando si es la sustancia que provocó esto. Hay casos donde se han revertido los efectos de esta droga”, complementó el especialista.
Según el doctor Carlos Damín, investigador y profesor titular de Toxicología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, jefe de la división Toxicología del Hospital Fernández de la Ciudad de Buenos Aires e Integrante de la Red Científica Internacional de las Naciones Unidas, “la cocaína adulterada puede provocar la muerte de las personas que la consumen. La intoxicación grave se puede producir dependiendo de qué sustancia se combinó con la cocaína”.
“Llama mucho la atención que la cocaína haya sido adulterada con opioides ya que éstos producen un efecto contrario a la misma cocaína. Nunca vimos algo así. Si confirmamos que estamos ante la presencia de opioides, existe un tratamiento específico que es está implementando, que es la naloxona. Si el paciente llegó a ser atendido para poder revertir el cuadro de intoxicación, se puede recuperar. El problema es si se llegó tarde para aplicar este antídoto y el paciente sufrió falta de oxígeno durante un tiempo que pudo afectar su sistema nervioso y puede dejar una lesión si finalmente se recupera”, afirmó el experto.
En tanto el Ministerio de Salud aclaró que “todo caso sospechoso deberá notificarse al Sistema Nacional de Vigilancia de la Salud del siguiente modo: grupo de eventos (otros eventos de importancia para la salud pública) o evento (caso sospechoso de intoxicación por consumo de cocaína supuestamente contaminada).
De acuerdo con el doctor Damín, el consumo de cocaína puede producir alteraciones en todo el organismo humano. “En el momento en que se consume la cocaína se producen alteraciones a nivel cardíaco y cerebral. A nivel cardíaco, altera las propiedades del corazón. Aumenta la frecuencia cardíaca, la presión arterial y se puede generar arritmias. A nivel cerebral, se produce una hiperexcitación que puede desencadenar convulsiones o con un cuadro de agitación o delirio”, dijo el profesional que es coautor del libro Toxicología.
Además, el consumo de cocaína puede generar un ataque cerebrovascular y hemiplejias y provocar fiebre exagerada que pone en riesgo la vida. “Puede causar infartos en el intestino o el riñón y alucinaciones. También puede producir afección de acuerdo con vía de ingreso. No es lo mismo si la cocaína se recibe por vía nasal (puede producir perforación del tabique) o por inyección (puede afectar las venas)”, afirmó Damín.
Se sabe que la cocaína aumenta los niveles de dopamina (un mensajero químico natural o neurotransmisor) en los circuitos del cerebro que participan en el control del movimiento y la recompensa. Normalmente, la dopamina se recicla nuevamente en la neurona de la cual salió, cancelando así la señal entre las neuronas. Sin embargo, la cocaína evita el reciclamiento de la dopamina. Esto genera la acumulación de grandes cantidades del neurotransmisor en el espacio que se encuentra entre dos neuronas. Así se interrumpe la comunicación normal entre ellas.
Este aluvión de dopamina en el circuito de recompensa del cerebro refuerza poderosamente la conducta de consumir la droga. El resultado es que las personas consumen dosis más altas y con mayor frecuencia para intentar sentir la misma euforia y aliviar los síntomas de abstinencia.
El Ministerio de Salud especifica el contacto para las consultas al Centro Nacional de Intoxicaciones (CNI) del Hospital Nacional “Gervasio Posadas”: 0800-333-0160 (línea gratuita nacional).
A su vez, la Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas (SEDRONAR) dispone también de la línea nacional y confidencial 141 que atiende las 24 horas. Además, cuenta con más de 750 espacios abiertos en todo el país para el acompañamiento de quienes padecen consumos problemáticos.
El texto del Gobierno concluye con que “es importante acompañar sin juzgar ni estigmatizar, por tu salud y la de todos”. El caso expone una vez más la expansión del narcotráfico y su letalidad, con un panorama sombrío y víctimas en ascenso.
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