Argentina entró de lleno en los últimos días en la tercera ola de coronavirus, producto del predominio de la variante Delta, surgida en India hace un año y también de la reciente Ómicron, detectada hace poco más de un mes en Sudáfrica.
Pero a pesar de la alta positividad y largas colas para testearse que se registran en los grandes centros urbanos, nuestro país no registra en definitiva las cifras más dolorosas que acarrea la enfermedad COVID-19 producto de las infecciones del SARS-CoV-2. Estamos hablando de la cantidad de personas internadas en una Unidad de Terapia Intensiva (UTI) y del número de fallecimientos que la Argentina cuenta cada día.
Tomemos por ejemplo los datos publicados por el Ministerio de Salud de la Nación, el 31 de mayo de 2021, cuando nuestro país se encontraba en plena segunda ola de coronavirus. Respecto a los contagios, ese día, Argentina contabilizó 35.355 infecciones nuevas, con 357.069 casos activos confirmados, un total de 3.817.139 hasta esa fecha y 3.381.337 de pacientes recuperados.
Ayer, nuestro país sumó 20.263 contagios nuevos. Fue la mayor cifra desde el 6 de julio, cuando hubo 21.590 positivos. Y la tasa de positividad de los testeos, que continúa en alza: fue del 28,72%.
Este martes el Ministerio de Salud de la Nación, informó que, en las últimas 24 horas, se registraron 20 muertes y 33.902 nuevos contagios de coronavirus, la cifra más alta en casi siete meses. La última vez que se superó ese número fue el 2 de junio pasado, con 35.017 positivos. Con los datos de hoy, el total de casos desde el inicio de la pandemia asciende a 5.514.207 y los fallecimientos son 117.085.
Pero como se dijo, los datos realmente vitales a la hora de enfrentar la actual pandemia son las personas fallecidas diariamente y la ocupación de camas UTI. En cuanto a fallecimientos por COVID-19, mayo cerró con 641 nuevos muertos, que totalizaban desde el inicio de la pandemia 78.733. En cambio, ayer se registraron 31 muertos y la suma total ascendió a 117.066.
Y respecto a las internaciones, el 31 de mayo había 7417 pacientes internados en UTI, con una ocupación camas UTI en el país del 78,1% y una ocupación camas UTI en el AMBA del 77.33%. Muy distinto a las cifras volcadas oficialmente ayer por la cartera sanitaria nacional: Total actual pacientes internados en UTI: 880. Ocupación camas UTI en el país: 34.41% y en el AMBA: 36.2%.
Los expertos coinciden aquí que la gran cantidad de contagios que hubo en los últimos meses y el incremento de los números de los vacunados en el país, es la explicación de estas dos bajas cifras respecto a los números de mayo.
“Esta ola no refleja lo mismo que la anterior. El hecho de que haya tan alta protección ya sea por el contacto por el virus (personas ya infectadas anteriormente con anticuerpos naturales) y por la alta vacunación (70% de personas vacunadas con dos dosis), estamos viendo que tenemos un impacto muy grande en el diagnóstico en cantidad casos positivos, pero no hay repercusión de esto en la cantidad de internados comunes o en Unidades de Terapia Intensiva. Esperemos que las UTI no tengan saturación próximamente”, explicó a Infobae, el infectólogo Ricardo Teijeiro, miembro de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI).
En un informe de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI), elaborado el 28 de mayo y al que accedió Infobae y publicó el 31 de mayo, daba cuenta de la saturación en la capacidad de camas en las unidades de cuidados intensivos que pasó del 90% del informe anterior (14 de mayo) al 92% de ese día, siempre teniendo en cuenta pacientes con coronavirus y el resto de las patologías. A un ritmo muy similar se incrementó la cantidad de pacientes con COVID-19 positivo. Del 53% paso al 58%.
En ese momento, los especialistas remarcaban un punto muy importante: de todos los pacientes internados en las UTI, el 86,2% no estaban vacunados. En contrapartida, el 12,3% de los pacientes en UTI con COVID-19 fueron vacunados con una dosis al menos 15 días antes de la internación, y un 1,5% con dos dosis.
Más vacunas aplicadas, menos pacientes graves en UTI
La amplia vacunación resultó clave para afrontar la tercera ola de coronavirus en Argentina. Ahí radica la verdadera diferencia de la actual tercera ola respecto a la segunda que azotó al país a mitad de 2021. Y allí es donde las vacunas realmente hacen la diferencia. El 31 de mayo, Argentina tenía 12.713.228 aplicaciones de vacunas en total, con 9.848.321 personas vacunadas con 1 dosis y solo 2.864.907 con dos, es decir, con el esquema completo. Además, el total de dosis distribuidas a las 24 jurisdicciones era de 15.373.890 vacunas.
Seis meses después, nuestro país registra números muy auspiciosos respecto a la vacunación contra COVID-19. Las aplicaciones de vacunas en total suman 74.785.702. Los vacunados con 1 dosis suman 37.870.906 de personas y con dos dosis 32.321.657. El total de dosis distribuidas a las 24 jurisdicciones es de 93.727.645 vacunas.
El infectólogo Osvaldo Teglia, especialista en Clínica Médica e Infectología y profesor adjunto en la Facultad de Ciencias Biomedicas de la Universidad Austral explicó a Infobae que “si bien nada parece indicar que volvamos a vivir la situación de saturación del sistema de salud del año pasado, hay que tener presente que aunque estemos frente a un virus causante de infecciones más leves y de menor o poca letalidad tiene un gran potencial de expansión que puede llevar a un número absoluto muy alto de casos, en este escenario sería posible un incremento de las hospitalización, particularmente en la medida que las infecciones se trasladen a grupos de mayor edad o afecten a mucha gente, y ello eventualmente repercutir en los ingresos hospitalarios ocasionando saturaciones. Esto recién comienza y podría cambiar más adelante”.
Otras cifras importantes que se desprenden de la segunda y tercera ola es la cantidad de testeos. Allí, se evidencia que nuestro país no ha testeado lo suficiente, ya que los número no se han incrementado tan exponencialmente como por ejemplo las vacunas aplicadas o recibidas. El 31 de mayo, los testeos realizados ese día fueron 107.697. Y los testeos totales realizados ascendieron a 14.067.367. Ayer, los testeos realizados en las últimas 24 hs fueron 70.532. Y los testeos totales realizados sumaron 27.537.879.
“Los testeos han constituido siempre uno de los pilares en el control de la pandemia y agregaría máxime en situaciones como la actual en donde nos enfrentamos a una nueva variante y estamos frente a un virus altamente trasmisible. Para tener una idea de la situación y la importancia de testear hace algunas semanas estábamos en un 2% de hisopados positivos (o sea que de cada 100 personas que se hisopaban solo dos tenia SARS CoV 2) actualmente algunos lugares están reportando positivos del orden del 20% o más (cada 10 que se hisopan 2 tienen SARS CoV 2). Se debería llevar al máximo posible la capacidad de testear, un test positivo permite identificar rápidamente un paciente y cortar la cadena de trasmisión de la enfermedad”, profundizó Teglia.
“Siempre hay que ampliar los testeos. Si se recomienda hacer esto cuando se está arriba del 10% de positividad, ahora, que estamos casi en el 30% debemos hacerlo. Lo que pasa es que hoy no hay capacidad. Entonces, el autotest, de alguna manera es una posibilidad para que la gente tenga un diagnóstico rápido y no tenga que acercarse a los lugares de pruebas”, apuntó Teijeiro. “Sería buenísimo que todas las jurisdicciones amplíen horarios de vacunación y brinden accesibilidad para todas las personas que quieran vacunarse espontáneamente, utilizando incluso los centros privados de vacunación”, concluyó el experto.
El presidente de la Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica, Roberto Debbag, comentó a Infobae que hay personas que tienen dificultad para hacerse el testeo hoy. “Debería haberse fortalecido la política de testeos en todas las jurisdicciones para que cada persona pueda confirmar o descartar efectivamente si se trata de COVID-19. Se puede generar confusión en la población″, precisó.
Alejandro Chirino, coordinador de la sección de infecciones pulmonares de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria, sostuvo en diálogo con Infobae: “La Argentina ha testeado poco en general. Considero que es importante que cada casos sospechoso con un síntoma acceda al testeo porque tiene fuerza para que la persona cumpla con el aislamiento. Se debería evaluar cuál es la mejor estrategia de testeo si las personas ya se encuentran completamente vacunadas y son contactos estrechos de un caso confirmado. Pero creo que lo mejor hoy es testear”.
Tanto CABA como provincia de Buenos Aires y ciudades como Córdoba o Rosario han ampliado la cantidad de lugares de testeos en las últimas horas debido a la gran demanda por saber si se está enfermo de COVID-19. Actualmente, en la Argentina, hay 6 jurisdicciones que están en riesgo epidemiológico alto por la subida de casos de personas que confirman su diagnóstico con la enfermedad COVID-19. En el resto del país, se registra un riesgo medio.
Infografía: Marcelo Regalado
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