Tres señales para reconocer a tiempo el agotamiento mental y 10 estrategias para combatirlo

Tras más de un año y medio de pandemia, muchas personas experimentan un fuerte cansancio relacionado con el trabajo o el estrés por convivir con la incertidumbre. Cuándo es momento de pedir ayuda

Tras un año y siete meses de pandemia, el cuerpo habrá dado más de una señal de alerta, que conviene no desestimar (Getty)

El cuerpo suele dar señales de alarma que son pasadas por alto. Y tras un año y siete meses de pandemia, más de uno habrá ignorado las sutiles alertas de un organismo cansado.

Desde la Asociación Argentina de Counselors compartieron algunas herramientas que pueden ser útiles para reconocer el cansancio antes de que se convierta en algo demasiado nocivo para la salud.

Es que esta emergencia sanitaria global impuso cambios en la vida cotidiana que, muy probablemente, puso a las personas de cara con un fuerte cansancio relacionado con trabajar demasiado, sentirse estresados, convivir con la sensación de incertidumbre diaria o sentir que se perdió el control de muchas situaciones.

“Es posible, incluso, que junto con el agotamiento mental observemos también falta de ánimo y motivación, fatiga, falta de atención en lo que estamos haciendo”, señaló Cristina Palacio, integrante del equipo de difusión de la Asociación Argentina de Counselors, para quien “detectarlo, reconocerlo es el camino hacia una nueva organización de los tiempos y espacios para poder sentirse cada día un poco mejor”.

Es clave reconocer los límites personales y aprender a decir que no a ciertas situaciones para contar con tiempo para uno mismo (Getty Images)

Y compartió diez estrategias que pueden ayudar a activar ese cambio:

1- Dar lugar al cansancio: Prestar atención a cómo nos sentimos y detectar señales: ¿cuáles son los sentimientos que estamos experimentando? Ponerlos en palabras, reconocerlos. Esto puede ser de ayuda para buscar las acciones o herramientas que nos ayuden a cambiar esta situación.

2- Reconocer los límites personales: Tener presente que todas las personas tenemos límites. Necesitamos decir que no a ciertas situaciones para contar con tiempo para nosotras/os. Limitar los tiempos de cada actividad y darle un lugar al ocio y el descanso.

3- Repensar nuestros tiempos: Junto al replanteo de los límites, re planificar los tiempos que destinamos a cada una de las acciones o situaciones que nos generan bienestar. Disponer de un espacio mayor para actividades que nos resultan valiosas y nos generan bienestar.

4- El ocio como aliado: Muchas veces podemos pensar que el ocio es una pérdida de tiempo, pero el esparcimiento programado puede ser un aire fresco para nuestro día a día.

Estos espacios nos conectan con la creatividad, renuevan nuestra energía y nos ayudan a ser más eficientes en nuestras actividades. Tener una agenda colapsada de tareas por hacer sin momentos para el descanso puede ser contraproducente, ocasionando instancias de agotamiento extremos, desgano y falta de creatividad.

Ejercitar vivir en el presente y evitar conectar con preocupaciones futuras que están fuera de nuestro accionar es otro de los consejos de los especialistas (Getty)

5- Prestar atención a los pensamientos: “Escuchar” lo que pensamos y revisar si estos pensamientos nos están siendo de ayuda o nos generan malestar. Darles lugar nos puede ayudar para detectar:

¿Cuánto de esto que hoy pensamos nos está siendo de utilidad?, ¿cuánto está conectado con los hechos concretos que suceden en nuestra vida? y ¿cuántos de ellos nos generan angustia y ansiedad al adelantarnos a futuros inciertos que no dependen de nosotras/os?

6- Conectar con otras personas: De la manera que sea posible en este momento (virtual / presencial). Darnos momentos de conexión con otras personas, aquellas que nos hacen bien, y generar un espacio de diálogo, esparcimiento.

7- Seleccionar la información que incorporamos a diario: Darle más lugar a las informaciones que nos generen bienestar. Está muy bien estar informadas/os sobre lo que sucede pero muchas veces corremos el riesgo de sobre informarnos y esto último puede generar malestar, incomodidad, angustia.

8- Cuidar de vos misma/o: Cuidarte. Dentro de este punto podemos sumar varias acciones como por ejemplo:

- Libera un espacio en tu agenda para conectar con vos. Un espacio para descansar, aunque sea 5 minutos.

- Conectar con el sentido del humor, realizar actividades que levanten el ánimo y te recarguen de energía.

- Generar algún momento de relajación.

- Llevar una buena alimentación y una rutina de ejercicios.

- Reconectar con hobbies o actividades que te generan satisfacción.

- Tener presente tus fortalezas para ponerlas en práctica en los momentos que necesitas.

Los espacios de ocio nos conectan con la creatividad, renuevan nuestra energía y nos ayudan a ser más eficientes en nuestras actividades (Getty)

9- Ejercitar vivir en el presente: Conectar con el hoy. Evitar conectar con preocupaciones futuras que están fuera de nuestro accionar.

10- Ejercitar la gratitud, hacerla un hábito: Aunque pasamos momentos difíciles es posible encontrar situaciones o cosas por las cuales agradecer. Podemos comenzar con aquellas simples como tener alimentos, hablar con una persona querida, tener una cama donde descansar, etc.

La clave es saber pedir ayuda cuando la necesitamos -enfatizó Palacio-. Algunas veces pasamos por situaciones que nos resultan difíciles de atravesar y buscar ayuda puede ser la clave para la mejora”.

Y tras asegurar que “el cansancio es parte de la vida de las personas, y no se trata de negarlo”, finalizó: “El desafío en este tiempo difícil que toca experimentar es poder encontrar el equilibrio justo para cada uno. Darle lugar al cansancio y también a las herramientas necesarias para poder reconectar con la propia energía”.

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