Con más de 1700 millones de vacunas contra COVID-19 aplicadas en todo el mundo, muchas personas se preguntan cómo afectan éstas a la salud. ¿Pueden tener efectos secundarios mortales? ¿Es más el riesgo de contraer la enfermedad o recibir la vacuna?
Todos los datos y los ensayos clínicos realizados antes de la aprobación de cada vacuna, por parte de los organismos de control, ya sean instituciones sanitarias o gobiernos a través de sus ministerios de Salud, sostienen que las vacunas aprobadas contra COVID-19 son efectivas y seguras. Poseen una alta eficacia y solo provocan pocos efectos secundarios, la mayor parte ellos, insignificantes.
Pero con el correr de los días, han aparecido titulares sobre muertes vinculadas a vacunaciones recientes. Como lo sucedido esta mañana en la ciudad de Buenos Aires a una anciana de 86 años. Si bien en el mundo no hay antecedentes de muertos tras recibir la vacuna de Sputnik V, como fue lo que sucedió hoy en nuestro país, hay casos bajo investigación respecto a otras vacunas.
En Alemania todavía no se ha conocido ningún caso en el que una persona haya muerto a causa de una vacunación contra el coronavirus. Hubo 113 muertes entre las personas vacunadas de edades entre 46 y 100 años (71 mujeres, 38 hombres, y en cuatro casos no se dio a conocer el sexo), según lo reportado al Instituto Paul Ehrlich (PEI) de investigación y regulación médica, la autoridad nacional alemana responsable de la aprobación de vacunas y de seguridad en biomedicina.
En los análisis efectuados, los fallecidos tenían 84 años en promedio y los decesos se produjeron en un lapso de una hora y 19 días luego de la vacunación, informó el PEI en un estudio que incluía los casos de fallecimiento luego de una vacunación hasta el 31 de enero de 2021. De las 113 personas, 20 murieron por COVID-19 (19 de ellas no habían completado la vacunación, y en un caso eso no está claro), otras 43 fallecieron por enfermedades previas y/u otra enfermedad infecciosa. “En todas las personas se constató, en parte, enfermedades previas múltiples que fueron, supuestamente, las causas de su deceso”, escribe el PEI, que, de todos modos, solicitó información adicional. En 50 casos, la causa de la muerte fue registrada como “desconocida”.
El número observado de muertes luego de la vacuna incluso está por debajo de la cifra estadística prevista de muertes de personas sin vacunación. “Si se compara eso, se ve que luego de la vacunación murieron menos personas de lo esperado. De seguro, no se trata de un gran número de fallecimientos, y por eso también se puede decir que esas muertes no tienen nada que ver con la vacuna”, explicó la viróloga Ulrike Protzer, de la Universidad Tecnológica de Múnich, en entrevista con la cadena alemana ARD. El director del PEI, Klaus Cichutek, subrayó a mediados de enero en entrevista con DW que las vacunas de BioNTech /Pfizer y Moderna, utilizadas hasta el momento en Alemania, “poseen un alto grado de seguridad”.
Otros casos similares ocurrieron en Colonia, Alemania, donde la Fiscalía local está investigando qué sucedió. Luego de recibir la vacuna contra COVID-19, tres personas de la tercera edad fallecieron. Los tres sufrían de enfermedades previas graves, según detalló Markus Rothschild, director del Centro de Medicina Legal de Colonia. Alemania suspendió el uso de la vacuna de AstraZeneca contra el coronavirus por precaución, debido a los casos de trombosis registrados en personas vacunadas con ese preparado. Según la Agencia Europea del Medicamento (EMA), la tasa de casos de trombosis entre los vacunados “no es mayor que la del conjunto de la población”, aunque ha reconocido que es preciso analizar con detalle lo sucedido.
En abril, la vacuna de AstraZenca volvió a hacer saltar las alarmas a cuenta de los coágulos, cuando siete personas que recibieron su vacuna contra la COVID-19 murieron a consecuencia de coágulos de sangre en Reino Unido. En total se han identificado una treintena de casos hasta finales de marzo de un total de 18 millones 100.000 dosis administradas, según la Agencia de Medicamentos británica. Se trata de 22 casos de trombosis venosa cerebral y otros ocho casos de coagulación asociada a la deficiencia de plaquetas. El organismo regulador insiste, sin embargo, en los escasos riesgos asociados a estos coágulos en comparación con los beneficios de la vacuna y sigue recomendando su uso.
Medios españoles informaron que en una residencia para ancianos de España fallecieron nueve personas luego de recibir la primera dosis del preparado de BioNTech/Pfizer. Todos los fallecidos sufrían de afecciones preexistentes. El director de la residencia de ancianos El Salvador, en Lagartera, dijo que los residentes comenzaron a sufrir síntomas “como dolores de cabeza o diarreas ocasionales” después de cinco días, y un médico le dijo que eso podría deberse a los efectos secundarios de las vacunas.
En Bélgica, la Agencia Federal de Medicamentos y Productos Sanitarios (FAMHP) informó que 14 personas murieron tras ser vacunadas contra el coronavirus. Sin embargo, no se estableció una causalidad. Todos los pacientes tenían más de 70 años, cinco de ellos más de 90, informó el Brussels Times. No se revelaron más detalles sobre los fallecidos.
La Agencia Noruega de Medicamentos Statens Legemiddelverk examinó un total de 33 informes de decesos en hogares para ancianos después de vacunar a los residentes (información al 26 de enero de 2021). En un análisis posterior, la agencia escribe: “Muchos de los residentes de hogares de ancianos que han sido vacunados hasta la fecha tienen una salud muy frágil o sufren de una enfermedad terminal. En promedio, mueren 45 personas cada día en hogares de ancianos noruegos o en otras instalaciones similares de este país. Por lo tanto, esas muertes, que ocurren cerca del momento de la vacunación, eran de esperar, pero no implican una relación causal con la vacuna”.
Apenas unos días después del inicio de la campaña de vacunación en Corea del Sur (26 de febrero), la KDCA anunció que se habían producido dos muertes tras la vacunación contra COVID-19. La agencia abrió una investigación. Mientras tanto, el número de muertes después de una vacunación contra el coronavirus en Corea del Sur aumentó a 15 ( hasta el 12 de marzo). Todos los fallecidos fueron vacunados con el preparado AstraZeneca, que en Corea del Sur solo se aplica en menores de 65 años. Casi todos los pacientes fallecidos tenían enfermedades previas.
Según la KDCA, hasta el momento se han investigado ocho muertes, las cuales fueron reportadas hasta el 6 de marzo. “Por ahora, hemos llegado a la conclusión de que no es posible establecer ninguna conexión entre los efectos secundarios después de la vacunación y la muerte de los ocho pacientes”, dijo Seung-ho Choi, subdirector del equipo de comunicación de riesgos de la KDCA.
Las enfermedades previas serían las responsables de la muerte de los pacientes. Según la KDCA, se examinaron tanto posibles problemas y anomalías de la vacuna que se les administró a los ocho pacientes, como la posibilidad de una reacción alérgica (anafilaxia) que podría haber sido pasada por alto tras la vacunación. Y ambos factores pudieron descartarse como causas de muerte. Al mismo tiempo, se encontró que la mayoría de los ocho pacientes tenía condiciones subyacentes como enfermedades cerebrovasculares y cardiovasculares.
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