Argentina realizará un estudio clínico para probar vacunas COVID-19 en pacientes con VIH

El laboratorio chino CanSino y la Fundación Huésped, junto a Helios, Funcei y el Hospital Fernández, harán las pruebas aleatorizadas, doble ciego con placebo a más de 870 personas que viven con VIH. Los detalles

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Personal médico aplica la vacuna CanSino contra la COVID-19 a maestros de la educación, hoy en la ciudad de Juchitán, estado de Oaxaca, México. EFE/Luis Villalobos
Personal médico aplica la vacuna CanSino contra la COVID-19 a maestros de la educación, hoy en la ciudad de Juchitán, estado de Oaxaca, México. EFE/Luis Villalobos

Al igual que pasa con quienes tienen comorbilidades en su salud, las personas que viven con el VIH tienen un mayor riesgo de desarrollar cuadros graves de COVID-19 y requerir internación en el hospital si se contagian del SARS-CoV-2.

Esto lo han demostrado diferentes estudios científicos y el seguimiento epidemiológico que se hace en los países sobre el impacto de la pandemia. Al tener en cuenta que enfrentan un mayor riesgo, hoy las personas con VIH están consideradas entre los grupos priorizados para acceder a la vacunas contra el COVID-19.

Es por ello que desde hace algunas semanas, varios laboratorios en todo el mundo ya comenzaron a desarrollar estudios clínicos de Fase III en personas con alguna condición de salud previa. Esa iniciativa también llegó a la Argentina de la mano del laboratorio chino CanSino y su vacuna contra COVID-19 llamada Covidecia.

Cansino llevará adelante el estudio de su vacuna contra COVID-19 en Argentina para personas con VIH
Cansino llevará adelante el estudio de su vacuna contra COVID-19 en Argentina para personas con VIH

Para que este estudio científico se lleve adelante Fundación Huésped, Helios, Funcei y el Hospital Fernández pondrán sus instalaciones y personal a fin de iniciar el ensayo clínico en personas HIV positivas.

“Para nosotros es un estudio muy importante ya que es el primero que se hace de vacuna contra COVID-19 exclusivamente para población que tiene VIH. No en otra, por eso es muy importante. Cuando se estudia una vacuna, se hace en primer lugar sobre población sana. Y se excluye cualquiera que tenga alguna comorbilidad o alguna alteración en su inmunidad. Las subpoblaciones como diabéticos, hipertensos y personas con HIV quedan relegadas para una vez que la vacuna prueba ser segura y eficaz en población sana, por eso, hasta ahora no sabemos los resultados que pudiera tener la vacuna en quienes padecen una enfermedad”, explicó a Infobae la doctora Isabel Cassetti, médica infectóloga en Helios.

Y agregó: “Hoy varios laboratorios en el mundo están admitiendo pacientes con alguna afección médica para avanzar en sus vacunas contra COVID-19 y así ampliar la inmunización colectiva. El centro coordinador del estudio en la Argentina será la Fundación Huésped con el doctor Pedro Cahn a la cabeza. Y habrá otros centros como el nuestro que también llevarán adelante la investigación, que en total tiene previsto enrolar a 876 personas con VIH mayores de 18 años”.

Producción de la vacuna CanSino en Tianjin, China. Picture taken April 25, 2021. China Daily via REUTERS
Producción de la vacuna CanSino en Tianjin, China. Picture taken April 25, 2021. China Daily via REUTERS

Según Cassetti, el estudio clínico es aleatorizado doble ciego y controlado por placebo con la vacuna de CanSino Covidecia (Ad5-nCoV), que fue desarrollada por el Instituto de Biotecnología de Beijing y la empresa farmacéutica CanSino Biologics Inc. La misma utiliza como vector al adenovirus-5 (Ad5) no replicante el cual porta el gen que codifica para la proteína S del SARS-CoV2. La vacuna induce respuesta inmune, generando anticuerpos neutralizantes específicos contra las proteínas RBD y S, después de 14 días posteriores a la vacunación.

Los resultados del análisis no concluido del ensayo clínico de fase III (que aún no fueron publicados en una revista científica), mostraron que la vacuna tiene una eficacia general del 68,83 % para la prevención de todas las infecciones sintomáticas de COVID-19, 14 días después de la vacunación y 65,28 % 28 días después de su aplicación. En la población sana, los eventos adversos reportados en los ensayos clínicos hasta ahora fueron en su mayoría leves o moderados. Los más frecuentes fueron: dolor, enrojecimiento, inflamación y prurito en el sitio de aplicación, fiebre, fatiga, dolor de cabeza, náuseas, diarrea, disminución del apetito y mareo, y en menor frecuencia, hipoestesias (disminución de la sensibilidad táctil), problemas gastrointestinales y somnolencia.

Al ser placebo controlado, la aleatorización es 2 a 1. No 1 a 1. Eso significa que cada 2 personas que reciban la vacuna, una recibirá placebo. Al día 56 se va a dar una segunda dosis de vacuna. Al que lo tocó placebo, va a recibir una dosis. Y al que le tocó vacuna, le va a corresponder la segunda dosis. Es un estudio científico muy serio y esperamos tener buenos resultados de acá a un año, que es cuando finalizará. Por supuesto que habrá resultados provisorios que conoceremos quienes llevamos adelante el estudio”, puntualizó Cassetti.

Imagen de archivo. Un trabajador médico aplica una dosis de la vacuna contra la enfermedad del coronavirus (COVID-19) de CanSino, durante un programa de vacunación masiva en la Universidad Autónoma de Coahuila, en Arteaga, México. 20 de abril de 2021. REUTERS / Daniel Becerril
Imagen de archivo. Un trabajador médico aplica una dosis de la vacuna contra la enfermedad del coronavirus (COVID-19) de CanSino, durante un programa de vacunación masiva en la Universidad Autónoma de Coahuila, en Arteaga, México. 20 de abril de 2021. REUTERS / Daniel Becerril

En la Argentina, la Comisión Nacional de Inmunizaciones (CONAIN) recomendó en marzo pasado que se considerara a todas las personas viviendo con el VIH mayores de 18 años como población priorizada para recibir la vacuna. En su fundamentación, los expertos de la Comisión señalaron que el recuento de células CD4 o la carga viral no debía ser un requisito para acceder a la vacuna contra el coronavirus.

En el país, se estima que hay 123.000 personas viviendo con VIH que conocen su diagnóstico. Durante el año pasado, hubo 5.702 personas viviendo con el VIH que fueron reportadas como casos confirmados de COVID-19, y 230 fallecieron. La mediana de edad de fallecimiento de las personas con VIH fue de 50 años, frente a los 74 años de la población general, según informó la Dirección de Respuesta al VIH, ITS, Hepatitis virales y Tuberculosis del Ministerio de Salud de la Nación.

A partir de la recomendación de la CONAIN, el Ministerio de Salud de la Nación indicó que las personas de 18 a 59 años y que viven con VIH independientemente del recuento de CD4 y niveles de carga viral se encuentran ahora dentro de los grupos priorizados para recibir la vacuna contra el COVID-19.

Oficinas de CanSino Biologics Inc, Tianjín, China,
REUTERS/Thomas Peter
Oficinas de CanSino Biologics Inc, Tianjín, China, REUTERS/Thomas Peter

Según la Fundación Huésped, “es muy poco probable que se desarrollen eventos adversos graves si una persona con VIH se aplica la vacuna COVID-19 al no tratarse de inmunización con virus vivos y atenuados”. Sin acceso a la vacuna contra el COVID-19, se dejaría expuesta a la persona a un mayor riesgo de contraer el virus, considerando su vulnerabilidad. Desde esa Fundación, se recomendó que un profesional de la salud debe realizarle un seguimiento clínico a la persona, luego de recibir la vacuna.

Para evitar enfermarse con cuadros graves, los Centros para la Prevención y el Control de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos recomiendan vacunarse a las personas viviendo con el VIH y no descuidarse con otras medidas de prevención. “Si tiene el VIH y está tomando sus medicamentos para el VIH, es importante que continúe su tratamiento y siga las recomendaciones de su proveedor de atención médica. Esta es la mejor manera de mantener saludable su sistema inmunitario”, recomendó el organismo federal en febrero pasado.

Las personas con el VIH también deberían seguir manteniendo un estilo de vida saludable al comer adecuadamente, dormir al menos 8 horas por noche, y reducir el estrés tanto como sea posible. “Mantenerse saludable ayuda a su sistema inmunitario a luchar contra la infección en caso de que contraiga alguna”, señalaron los expertos.

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