Antes de que pasara un año de la aparición del complejo y para algunos mortal coronavirus SARS-CoV-2, que originó la pandemia de COVID-19 por la que ya se infectaron 105 millones de personas y murieron más de 2,3 millones en todo el mundo, Argentina ya tenía desarrollado y aprobado un tratamiento para pacientes con enfermedad moderada o grave altamente efectivo.
Se trata del suero equino hiperinmune (SEH) anti-COVID-19 que logró convertirse en el primer potencial medicamento innovador para el tratamiento de la infección por el nuevo coronavirus que está dando muy buenos resultados en Argentina y en varios países del mundo.
La provincia de Corrientes se ha destacado en ser la que más tratamientos a pacientes internados ha efectuado a la fecha, reportando todos los casos con buena evolución médica. El tratamiento terapéutico de origen nacional está generando altas expectativas, tras demostrar más de un 90% de eficacia en un grupo de internados en Sala General del Hospital de Campaña Escuela Hogar de Corrientes y evitar su derivación a la unidad de Terapia Intensiva.
“Siguiendo todos los protocolos médicos y con el consentimiento d los pacientes, el día 27 de enero comenzamos a aplicar el suero a 4 personas positivas de COVID-19 que llevaban varios días con síntomas. Al jueves ya medicamos 47 pacientes con buena evolución y favorables resultados”, explicó a Infobae el doctor Alberto Arregin, Director Ejecutivo del hospital.
“Nos decidimos a aplicar el suero equino porque vimos que en los informes que se avizoraba un tratamiento más de esta patología que nos sigue sorprendiendo. Observamos los protocolos establecidos y los adaptamos a nuestra realidad. Contamos todo el tiempo con el apoyo total de las autoridades de Corrientes, que no escatimó en gastos, siguiendo todos los protocolos y con el consentimiento de los pacientes”, amplió el directivo, que destacó que el suero tiene una capacidad de neutralización 100 veces superior a lo que es un plasma de convaleciente y la ventaja de que se lo puede producir en gran escala.
La elaboración de suero a partir de anticuerpos de caballos fue un trabajo de articulación pública-privada encabezado por el laboratorio Inmunova y el Instituto Biológico Argentino (BIOL), la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud “Dr. Carlos G. Malbrán” (Anlis), con la colaboración de la Fundación Instituto Leloir (FIL), Mabxience, Conicet y la Universidad Nacional de San Martín (Unsam).
Una vez que lo aprobó la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) el último 22 de diciembre, para el tratamiento de pacientes adultos con enfermedad de curso moderado a severo, causada por el agente viral SARS-CoV2, el sistema de salud público correntino decidió sumar este tratamiento a lo que ya realizaban anteriormente, como un arma más para combatir al virus. Así, recibió 2.500 dosis el 22 de enero, lo que significó una compra de casi $72 millones al laboratorio nacional INMUNOVA.
Diego Farizano, jefe del departamento del Laboratorio y Bioquímica Clínica del Hospital explicó a Infobae cómo se administra el suero equino hiperinmune a los pacientes. “Seguimos el protocolo en el que se indica la aplicación del suero a personas de entre 18 y 79 años que tengan “neumonía moderada a grave o insuficiencia respiratoria con síntomas dentro del sexto al décimo día de síntomas luego de una evaluación general de acuerdo a la evolución clínica, y luego de una tomografía y saturometría efectuadas. Pero no podrán recibirlo si antes recibieron plasma convaleciente”, explicó Farizano.
Y agregó: “Al paciente se le aplican dos dosis de 3 a 5 mililitros cada una con 48 horas de diferencia. El principal efecto que alcanza la terapia es disminuir la inflamación de los pulmones. Esto genera que no sean derivados a terapia intensiva con asistencia respiratoria mecánica”.
Según detalló el experto, la mayoría de las personas que mejoró su tránsito de la enfermedad fue dada de alta, pero otras todavía permanecen aún alojadas por las secuelas que deja la COVID-19, como por ejemplo la fibrosis quística. En promedio, la edad de los suministrados estuvo entre los 30 y 79 años.
“El suero equino es solamente uno de los tratamientos que llevamos adelante en el hospital, que reduce en un 47 % el riesgo de complicación y un 26% de ingreso a unidades de terapia intensiva. Pero también aplicamos suero convaleciente y los otros estándares como mantener al paciente anticuagulado, o utilizar los corticoides para frenar la tormenta de citoquinas, además del uso de las drogas necesarias para mantener un buen funcionamiento orgánico. Es el protocolo que recomienda el Ministerio de Salud Nacional”, amplió el experto.
Farizano afirmó que el COVID-19 es una patología particular: “Al principio de la pandemia era una enfermedad que ponía al desnudo todo el conocimiento que uno podría tener de los virus. Fue una pandemia compleja, donde las emociones de toda la gente estaban a flor de piel. Es una patología que avanza muy rápido. La respuesta urgente es otra. Hay personas que ingresan bien a la mañana y por la tarde ya estaban internadas en cuidados intensivos. No hubo ni hay tiempo para la duda”.
Un desarrollo argentino
La elaboración de suero a partir de anticuerpos de caballos fue un trabajo de articulación pública-privada encabezado por el laboratorio Inmunova y el Instituto Biológico Argentino (BIOL), la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud “Dr. Carlos G. Malbrán” (Anlis), con la colaboración de la Fundación Instituto Leloir (FIL), Mabxience, Conicet y la Universidad Nacional de San Martín (Unsam). El suero desarrollado se basa en anticuerpos policlonales equinos que se obtienen mediante la inyección de una proteína recombinante del SARS-CoV-2 en estos animales -inocua para ellos- y así pueden generar gran cantidad de anticuerpos capaces de neutralizar el virus.
El proyecto fue uno de los seleccionados por la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación en la convocatoria “Ideas Proyecto Covid-19” de la Unidad Coronavirus, creada por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, e integrada por el CONICET. Es la misma estrategia que se usó para la vacuna recombinante de la Hepatitis B. Y además la producción de sueros equinos hiperinmunes se utiliza desde hace años para el tratamiento contra el veneno de serpientes y alacranes o contra la toxina tetánica o contra el botulismo.
“Cuando empezó la pandemia, Inmunova ya estaba trabajando en el desarrollo de un suero de estas características para tratar el Síndrome Urémico Hemolítico (SUH), que es otra enfermedad mucho menos frecuente que el coronavirus, pero muy importante en la Argentina. Ya estábamos en fases clínicas avanzadas y vimos la oportunidad de adaptarlo al COVID-19, como una forma importante de producir una gran cantidad de anticuerpos para una terapia pasiva de alta efectividad, y con una tecnología, simple y robusta. En 70 días con un grupo inmenso académico de tres empresas logramos desarrollar un suero hiperinmune, y demostramos junto al laboratorio nacional de referencia, el Instituto Malbrán, dirigido por la doctora Elsa Baumeister que nuestro suero tiene un potencial neutralizante, es decir, la capacidad de frenar al virus”, explicó a Infobae el doctor Fernando Goldbaum, director científico de Inmunova e investigador superior del CONICET.
Goldbaum, que también es jefe del Laboratorio de Inmunología y Microbiología Molecular en la Fundación Instituto Leloir, detalló que “el virus entra en las células a través de una proteína que se une a un receptor para ingresar. Nosotros usamos ese pedacito de virus para inmunizar caballos y obtuvimos un título altísimo de anticuerpos contra esa proteína. Lo que demostramos en este ensayo es que estos anticuerpos tienen una capacidad muy grande de evitar que el virus entre a las células”.
El proyecto de suero equino hiperinmune recibió financiamiento del Ministerio de Desarrollo Productivo a través de un crédito del FONDEP, en el marco del Programa de Asistencia al Sistema Productivo Nacional que apoyó la generación de insumos, equipamientos y soluciones para mitigar los efectos de la pandemia por el COVID-19 por parte de PyMEs, industrias, emprendedores, universidades e instituciones científico-tecnológicas.
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