Un fármaco que se encuentra en estudio para el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer mostró que disminuyó en aproximadamente un tercio la tasa de disminución en una medida combinada de cognición y función en las víctimas en etapa temprana de la enfermedad.
Donanemab es un anticuerpo diseñado para eliminar del cerebro grupos de la proteína beta amiloide relacionada con el Alzheimer desarrollado por el laboratorio Eli Lilly and Co, que en el ensayo en etapa intermedia de 272 pacientes cumplió con su objetivo principal de mostrar un cambio estadísticamente significativo en el declive clínico durante 18 meses.
El fármaco se dirige a un tipo de beta amiloide conocido como N3pG que los investigadores creen que se puede eliminar rápidamente, lo que permite un tratamiento a corto plazo, pero duradero.
Los pacientes del estudio dejaron de recibir donanemab y se cambiaron a placebo una vez que sus placas cerebrales alcanzaron los niveles observados en personas sanas, un proceso que tomó sólo unos meses para algunos pacientes.
“Este estudio muestra que la presencia de amiloide es un importante acelerador de la enfermedad de Alzheimer”, dijo a Reuters Daniel Skovronsky, director científico de Lilly.
Los resultados también “nos dicen que hay otras cosas en juego”, agregó, y dijo que se necesitaban estrategias adicionales para combatir completamente el Alzheimer.
Un efecto secundario de inflamación del cerebro, conocido como ARIA-E, ocurrió en el 27% de los pacientes tratados con donanemab, dijo la compañía.
“La enfermedad de Alzheimer es uniformemente fatal; este perfil de seguridad combinado con este perfil de eficacia es algo que nos entusiasma”, señaló Skovronsky.
Desde la farmacéutica indicaron que donanemab también mostró resultados positivos en los criterios de valoración secundarios del ensayo que miden la cognición y la función, pero no alcanzó significación estadística en todos ellos.
La compañía continúa estudiando el fármaco en un segundo ensayo de 500 pacientes.
Lilly, junto con compañías como Biogen Inc y Eisai Co Ltd, es una de las últimas grandes farmacéuticas que busca tratamientos contra la enfermedad de Alzheimer, una enfermedad que afecta a casi 6 millones de estadounidenses y a millones más en todo el mundo.
La Administración de Drogas y Alimentos de los EEUU está revisando la aplicación de Biogen para aducanumab, que también se dirige a las placas amiloides.
Biogen dijo que uno de sus dos estudios fundamentales con aducanumab mostró un beneficio estadísticamente significativo en la desaceleración del deterioro cognitivo y funcional, pero un segundo ensayo no alcanzó ese objetivo, mostrando beneficios solo para algunos pacientes que recibieron una dosis alta durante al menos 10 meses.
Desde Lilly aseguraron que los resultados completos del ensayo se presentarán en una futura reunión médica y se enviarán para su publicación en una revista clínica revisada por pares.
La importancia del diagnóstico precoz
Un diagnóstico precoz y acertado es fundamental ya que permite al médico recomendar modificaciones del estilo de vida, brindar un pronóstico y posibilitar que el paciente tome decisiones respecto a pautas de manejo futuro. También, es importante para prevenir riesgos que pudieran depender de olvidos u otros síntomas cognitivos. Asimismo, dará la posibilidad a la familia de estar informada sobre lo que le está ocurriendo a su ser querido y así acompañarlo de la mejor manera.
El diagnóstico incluye, en general, diferentes instancias, según precisó la médica neuróloga María Alejandra Amengual (MN 105232), y detalló: “En la entrevista inicial, el neurólogo realizará un interrogatorio específico y detallado para recabar información sobre los síntomas (características, severidad, tiempo de evolución) y los antecedentes del paciente que puedan resultar relevantes. También se realizará un examen físico neurológico (evaluación de fuerza, reflejos, equilibrio, entre otros)”.
Luego, un análisis de laboratorio buscará “descartar otras causas que puedan generar las dificultades observadas, como por ejemplo anemia, alteración de la función tiroidea o déficits vitamínicos”. Y una evaluación cognitiva “para determinar, en forma específica, cada una de las funciones y establecer si el paciente rinde dentro de los parámetros esperables para su edad y nivel de educación o, determinar la severidad de estas dificultades”.
Finalmente, estudios complementarios de neuroimágenes (resonancia magnética o tomografía computada de cerebro) brindan información de la estructura del cerebro y evidencian si el mismo presenta lesiones u otras alteraciones que expliquen los síntomas.
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