Además de las alentadoras noticias de los distintos avances de las vacunas contra el coronavirus que produce la enfermedad COVID-19, médicos y científicos de todo el mundo también trabajan para lograr un tratamiento eficaz a fin de evitar la mortalidad que genera el nuevo virus.
En uno de los trabajamos más prometedores que se realizan en el país, científicos argentinos del Hospital de Clínicas José de San Martín, que comenzó los ensayos clínicos para el tratamiento del COVID-19 con un suplemento dietario elaborado en base a extractos de taninos de quebracho y castaño y vitamina B12.
Los estudios llevados adelante por la doctora María Marta Piskorz, médica especialista en gastroenterología y la doctora Andrea Pisarevsky, junto a un equipo multidisciplinario, se centran en los taninos, que tienen antecedentes como antivirales y antiinflamatorios, lo que llevó a las autoridades del hospital a considerar y aprobar un protocolo presentado por un equipo de investigación del propio Hospital en colaboración con especialistas de instituciones de Argentina y Europa.
“Muchas veces se importa un ensayo clínico para continuarlo en el país. Nosotros estamos todos muy entusiasmados y orgullosos, porque se trata de un proyecto nacido y criado en el Hospital de Clínicas, en Argentina, con profesionales de acá y con la colaboración de científicos de España e Italia que se mostraron interesados en el estudio presentado en Clinical Trials en EEUU”, explicó a Infobae la doctora Piskorz, que comentó que antes de la pandemia del nuevo coronavirus “veníamos trabajando en el Hospital de Clínicas en el área de Neurogastroenterología, donde se abordan los trastornos funcionales intestinales, conectados también con los factores emocionales, como el estrés o el impacto de otras enfermedades”.
Y es que desde el año 2009, que fue inaugurado en el servicio de gastroenterología del Hospital de Clínicas la sección de neurogastroenterología, los profesionales abordan todas las patologías funcionales del tubo digestivo desde un punto de vista biopsicosocial e interdisciplinario, con un panel de profesionales que incluyen médicos gastroenterólogos, nutricionistas especializadas, cirujanos, psicólogas y psiquiatras que trabajan en equipo en la resolución de los problemas de los pacientes.
¿Cómo nació el estudio científico?
En el hospital estudiamos la microbiota intestinal, las bacterias que viven allí y que cumplen distintas funciones en el cuerpo, especialmente para el sistema inmunológico. Desde marzo, comenzamos a leer estudios científicos internacionales, muchos provenientes de China al inicio de la pandemia, donde se evidenciaba la importancia de la microbiota intestinal y su relación con la enfermedad COVID-19.
Allí, los papers a los que accedimos resaltaban la modulación de la microbiota, el refuerzo de la flora intestinal a partir del consumo de hierbas chinas que en oriente tienen un peso importante. Y concluyeron las diferencias en la microbiota intestinal de pacientes leves y severos por coronavirus. Estas hierbas no son otra cosa que taninos.
¿Y qué son los taninos?
Los taninos son compuestos químicos naturales producidos por las plantas como nutrientes en su proceso de respiración vegetal. Entre sus usos más destacados se encuentran el curtido de cueros, la alimentación animal, la enología, el textil y, recientemente, en medicamentos para el tratamiento de diversos problemas de salud. Su efecto antioxidante protege a las células del cuerpo frente a agentes externos y permite la prevención de enfermedades degenerativas.
Se los llama prebióticos, porque favorecen el crecimiento de las bacterias intestinales beneficiosas, que mejoran la inmunidad y evitan la tan temida cascada o tormenta de citoquinas, que son sustancias inflamatorias que dañan las células y los órganos. Es decir que los taninos son compuestos antiinflamatorios, que normalizan el equilibrio celular y regulan los procesos gastrointestinales, intentando generar una respuesta inmune efectiva.
Cabe destacar que entre el 70 y 80% de las células del sistema inmunitario se encuentran en el intestino y están fuertemente relacionadas con la microbiota.
¿Dónde se los encuentra?
Los taninos presentes en los árboles y plantas son prebióticos muy poderosos, además de una de las sustancias más antioxidantes de la naturaleza, más que la vitamina c, la vitamina e, el té verde y el cacao. Su función en las plantas es la de protegerlas de las agresiones externas por eso se trata de una “defensa natural”.
En particular, los taninos utilizados en el estudio, son de quebracho de castaño (árbol que crece exclusivamente en las provincias del norte argentino, principalmente Chaco, Santiago del Estero y Salta) presentes en el suplemento dietario se complementan aportando las propiedades únicas de estos dos extractos para fomentar el crecimiento de las bacterias buenas en el intestino y colaborar con los procesos que fortalecen al sistema inmune.
¿Cómo se lleva adelante el estudio científico?
El estudio científico busca abarcar hasta 140 pacientes con COVID-19 positivo, y ya lleva más de 100 candidatos, quienes deben tener menos de 5 días de detectado el coronavirus, y que están realizando un estudio doble ciego controlado por placebo durante un período de 14 días, en el que se administra el tratamiento a un conjunto de pacientes donde ni ellos, ni los médicos sabemos quiénes son. Al final de estudio, que estimamos va a concluir en un mes, podremos comenzar a obtener los resultados.
Aquí realizamos la fase de reclutamiento de pacientes, que es la más laboriosa. Además, se hace muy muy difícil trabajar en medio de la pandemia porque tenemos que atender las múltiples dificultades que trae aparejada la enfermedad en casos de severidad media y aguda.
Según apunta la especialista, el producto testeado podría convertirse en un tratamiento complementario de bajo costo y de alta disponibilidad contra el coronavirus. El ensayo está esponsoreado por el grupo italiano Silvateam, que produce taninos en Argentina por medio de la firma Indunor, radicada en La Escondida, Chaco, desde hace casi 100 años. Y llevado adelante por el equipo científico integrado por los especialistas Guillermina Ludueña, Fabiana Lopez, Julieta Repetti, Patricia Vega, Pablo Pepa, José Luis Dorfman. Daniela Alerdón y Juan Ignacio Olmos. También participa la doctora Silvia Molino, de la Universidad de Granada y especialistas italianos.
Los profesionales del Clínicas esperan que el tratamiento colabore con la adecuada respuesta del sistema inmune tanto a través de la modulación de la microbiota, también conocida como flora intestinal, y de la promoción de la actividad antiinflamatoria. Se esperan los primeros resultados para fines del mes de septiembre.
Propiedades del tanino
- Actividad antioxidante: el efecto antioxidante protege las células del cuerpo de los radicales libres y permite la prevención de enfermedades degenerativas, como el cáncer y la demencia. Los efectos se deben principalmente al impacto directo sobre las estructuras celulares, la modulación de las proenzimas antioxidantes (como el superóxido dismutasa, la catalasa y la lipoxigenasa) y la eliminación de los radicales hidroxilos, superóxido y peroxilo, que a su vez reducen las proteínas y la oxidación de lípidos y, normalizar el equilibrio redox celular.
- Actividad antiinflamatoria: los taninos también se consideran compuestos antiinflamatorios. La reducción de especies reactivas de oxígeno (ROS) está asociado con la disminución del desarrollo de estados inflamatorios que contribuyen al daño tisular. La eficacia de los taninos hidrolizables aplicados directamente a los tejidos inflamados ha sido ampliamente documentada en estudios in vivo e in vitro9–12.
- Actividad prebiótica: algunos pacientes con COVID-19 tienen síntomas gastrointestinales (como dolor abdominal y diarrea) debido a una infección viral directa de la mucosa intestinal o medicamentos antivirales y antiinfecciosos. Se ha informado que el equilibrio microecológico intestinal se rompe en pacientes con COVID-19, manifestando una reducción significativa de los probióticos intestinales como el lactobacilo y la bifidobacteria. Los pacientes con infecciones respiratorias generalmente tienen disfunción intestinal o complicaciones secundarias de disfunción intestinal, que están relacionadas con un curso clínico más severo de la enfermedad, lo que indica una diafonía entre el intestino y el pulmón. Los taninos tienen un comportamiento similar a la fibra, ya que no se descomponen durante la digestión gastrointestinal y, por lo tanto, no se absorben en el intestino delgado. De esta manera, alcanzan el intestino grueso donde pueden ser utilizados como sustrato por los microbios intestinales, lo que podría dar lugar a un posible efecto prebiótico.
- Actividad antiviral: se encontró que los taninos son agentes antivirales prometedores. Su capacidad para reaccionar con las proteínas puede explotarse para establecer enlaces con las proteínas de la cápside (enzimas virales específicas involucradas en la replicación viral) o con proteínas virales recién sintetizadas para la composición de nuevas partículas. Se detectaron efectos antivirales en virus recubiertos (virus de influenza A / H3N2 y A / H5N3, virus del herpes simple tipo 1 y 2, virus de estomatitis vesicular, virus Sendai y virus de la enfermedad de Newcastle) 20,21 y virus envueltos (poliovirus, coxsackievirus, adenovirus, rotavirus, calicivirus felino y norovirus de ratón). Los taninos condensados inhibieron los pasos tempranos y, en menor medida, posteriores en el ciclo de vida del virus de la influenza A.
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