“Solo una vacuna puede parar esta pandemia”, afirman los científicos de la UBA que desarrollan una contra la enfermedad COVID-19

Los investigadores Silvia Colavecchia, Silvia Mundo y Gabriel Capitelli son la cabeza del proyecto argentino de vacuna más avanzado en el país. Trabajan junto a la Universidad de Winconsin en Estados Unidos en un desarrollo similar al que erradicó la viruela de la faz del planeta

En el listado de los casi 200 proyectos de vacunas que existen en desarrollo hoy en el mundo y que comunica la Organización Mundial de la Salud (OMS), no existe uno similar al que están avanzando científicos de la Universidad de Buenos Aires (UBA) junto a sus pares de la Universidad de Wisconsin en Estados Unidos.

A principio de la pandemia por la aparición del virus SARS-CoV-2 que genera la enfermedad COVID-19, Ubatec, que es la Agencia de vinculación tecnológica de la UBA, firmó un convenio con la universidad estadounidense para participar del proyecto de desarrollo de una vacuna eficaz contra el coronavirus.

Y se trata de un desarrollo único en el mundo porque en ningún país está registrado un proyecto similar, basado en una plataforma de vacuna ya probada contra la varicela, única enfermedad hasta ahora erradicada en el mundo.

La vacuna ya se está probando en animales y se espera que a fin de año se pueda utilizar en humanos

“Hace mucho tiempo que investigamos en forma conjunta con la Universidad de Winconsin y con el doctor Jorge Osorio que es catedrático de esa universidad estadounidense y trabaja desde hace muchos años en el desarrollo de vacunas. A partir del convenio firmado y en medio de la pandemia decidimos aunar esfuerzos y codesarrollar una vacuna contra el coronavirus. Pero no solamente contra este nuevo llamado SARS-CoV-2, sino también contra otros, como el síndrome respiratorio agudo severo (SARS), el síndrome respiratorio de Medio Oriente (MERS) y demás emergentes en el futuro.

Esto es posible ya que se trabaja en una tecnología de desarrollo que produciría una alta concentración de anticuerpos protectores”, explicaron en una entrevista exclusiva con Infobae, los tres investigadores que están detrás de este desarrollo: el doctor Gabriel Capitelli, médico veterinario y doctor en Medicina de la UBA; la doctora Silvia Colavecchia, bióloga y jefa del proyecto y Silvia Mundo, médica veterinaria y profesora titular de la cátedra de Inmunología de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UBA.

Los encargados del innovador proyecto: Gabriel Capitelli, médico veterinario y doctor en Medicina de la UBA; la doctora Silvia Colavecchia, bióloga y jefa del proyecto y Silvia Mundo, médica veterinaria y profesora titular de la cátedra de Inmunología de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UBA.

¿Cómo es que este desarrollo apuntaría a todos los coronavirus, además del que genera la enfermedad COVID-19?

Colavecchia: Los coronavirus están bastante relacionados. Y en el proceso de fabricación de una vacuna, se elige el antígeno que se va a utilizar a nivel molecular. Se toman los que son comunes a los coronavirus para obtener una vacuna de amplio espectro que pueda generar anticuerpos que sirvan para atacar a cualquier coronavirus que infecte el cuerpo.

Mundo: Esta propuesta de vacuna es biotecnológica. El desarrollo de la vacuna está relacionado con los puntos clave del virus llamados epitopes, hacia los cuales hay que dirigir la respuesta inmune para proteger al individuo. Se trata de una vacuna de diseño en el sentido que hay desarrollado un pensamiento, un análisis sobre la estructura genética del virus, identificando cuál es el sector de su estructura a apuntar para que se puedan generar anticuerpos que protejan al individuo que se contagia. Es más avanzada porque hay todo un diseño estratégico sobre la identificación sectores en la estructura del virus que luego van a ser leídos por el cuerpo al contagiarse.

Los investigadores trabajan en la plataforma MVA, Modified Vaccinia Ankara, ya fue probada en la cepa altamente atenuada de la viruela hace varias décadas.

¿Esta plataforma ya se utilizó anteriormente?

Capitelli: Esta metodología de uso de la plataforma MVA, Modified Vaccinia Ankara, ya fue probada en la cepa altamente atenuada de la viruela, que se utilizó para la erradicación de esa enfermedad hace 50 años. De hecho, esta ha sido hasta ahora la única enfermedad en humanos erradicada en el mundo.

Mundo: El virus que se va a inocular en esta vacuna se llama recombinante. Se llaman así porque se trata de un virus Ankara que llevará la información genética de otro microorganismo, en este caso el virus SARS-CoV-2. De esta manera, se está utilizando un virus inocuo, que no produce ninguna infección, como un caballo de Troya, llevando información genética en su interior de otro virus. Así, los antígenos del coronavirus no son infectantes, ya que son porciones de virus. Distintas son las vacunas atenuadas o inactivadas. Sólo se introduce en el cuerpo la llave para que el cuerpo lo reconozca y genere la inmunidad a través de la producción de anticuerpos que neutralicen cualquier infección natural posterior.

Los científicos aclararon que para esta vacuna se está utilizando un virus inocuo, que no produce ninguna infección, como un caballo de Troya, llevando información genética en su interior de otro virus.

Colavecchia: La elección de los antígenos a incorporar en el vector Ankara es el punto clave del desarrollo de la vacuna, a partir del conocimiento del genoma completo de todos los coronavirus, con todas sus secuencias estudiadas. Se hace un estudio previo llamado encílico de genomas para detectar los puntos de ese genoma –epitopes protectores- que produzcan una inmunidad protectora.

¿Cuáles son los pasos que tiene esta vacuna?

Capitelli: Primero se elaboró su diseño en Estados Unidos y se probó en pequeños animales como ratones. Luego, en la fase preclínica se experimenta en animales. Y si los resultados son buenos y prometedores, estamos seguros de entrar en fase clínica en noviembre de este año, es decir, en estudio con humanos.

(Infografía: Marcelo Regalado)

¿Qué animales utilizarán en la fase preclínica?

Capitelli: Hoy se están haciendo los preparativos para realizar los estudios preclínicos, con la experimentación que ya comenzó a hacerse en hámsters y monos en EEUU. Y los que se harán acá a partir de este mes en Argentina con gatos y murciélagos.

Mundo: Se definieron los animales de estudio por varias razones. El murciélago porque aparentemente tiene su origen en este animal. En gatos, porque sabemos que el SARS-CoV-2 afecta a los felinos. Sabemos que son animales que se infectan de este virus. Por eso, cuando uno va a probar una vacuna, lo primero que debemos tener en cuenta es el huésped. Por eso se hizo una pequeña prueba en ratones en Estados Unidos. También en hámsters y monos, que siempre se considera el paso previo a los humanos. En esta pandemia no se están saltando etapas, pero sí se están acelerando procesos. Una vacuna tarda en crearse de 5 a 10 años. Pero aquí hay vacunas en desarrollo que comenzaron a estudiarse en enero o febrero y ya entraron a fase clínica, es decir, que ya se experimenta en humanos.

Laboratorio de la UBA donde se hacen mediciones y evaluaciones del proyecto de vacuna

Colavecchia: Nosotros trabajamos con el sistema inmunológico de los animales y a futuro será de los humanos. Utilizamos la bioreacción del organismo, por lo tanto, un anticuerpo protectivo comienza a inocularse a partir de los 14 días del contagio. Y a partir de ahí hay que medirlo en el tiempo. No es suficiente que produzca anticuerpos, sino que además, éstos sean protectores y se mantengan en el tiempo. Por eso el tipo de diseño de la vacuna es tan importante, ya que buscamos que la misma produzca una alta respuesta y en una sola dosis, a diferencia de otras en desarrollo que necesitarán hasta 3 dosis para generar una respuesta efectiva.

¿Cuántos investigadores trabajan en EEUU y en Argentina?

Capitelli: Se hizo un desarrollo experimental de la vacuna al principio, cuyo diseño fue a cargo del doctor colombiano Jorge Osorio de la Universidad de Wisconsin. Hoy somos unos 12 investigadores principales en Argentina y otros 12 en Estados Unidos que trabajamos en forma conjunta en diferentes procesos.

En el mundo hay casi 200 proyectos de vacunas contra COVID-19 - REUTERS/Dado Ruvic

¿Por qué esta vacuna también beneficiaria a los animales?

Mundo: Buscamos que, además de llegar al hombre, esta vacuna sirva para proteger animales en especies domésticas como lo es el gato o el hámster. Al murciélago lo elegimos porque es origen de la enfermedad, y si lo logramos vacunarlo, no podría contagiar más ningún coronavirus. Y se eligió al mono por sus características similares con la especie humana.

Capitelli: En este momento estamos transitando una pandemia humana, por lo que las personas son hoy la prioridad. Pero también es un virus que afecta a los animales y si podemos protegerlos será clave para ellos y para nosotros. Para que otros coronavirus no vuelvan a saltar entre especies.

¿Cuál es el mayor deseo que tienen?

Capitelli: Ojalá que llegue una vacuna rápida, sea cual sea, porque es lo único que va a parar esta pandemia.

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