“Lo peor está por venir” afirmó la semana pasada el ministro de Salud de la Ciudad de Buenos Aires, Fernán Quirós, en referencia al posible pico de la curva de contagios de coronavirus. Ese puede ser el motivo principal para sostener la cuarentena o que el sistema sanitario en realidad no está preparado para afrontarlo.
¿Tiene sentido seguir estirando el aislamiento? ¿Hasta cuándo vamos a seguir así? ¿Cuál es el plan para atacar el pico de la curva? ¿La cuarentena se extiende porque hay riesgo de colapso en el sistema sanitario? Estas son algunas de las preguntas que se hace gran parte de la sociedad.
Lo cierto es que ni administrada, ni flexible, ni segmentada, ni quirúrgica, la cuarentena en cualquiera de sus formas parece encontrar un final. Aprobado por el grupo de epidemiólogos y en consenso con Horacio Rodríguez Larreta y Axel Kicillof, el presidente Alberto Fernández ya tendría decidido que el aislamiento, que debería finalizar el 28 de junio, continúe –como mínimo– dos semanas más desde esa fecha.
La falta de información y las dificultades para hacer un seguimiento a través de las cifras oficiales de las carteras sanitarias de Nación, Ciudad y Provincia de Buenos Aires, respecto de la cantidad de camas de terapia intensiva ocupadas con pacientes de COVID-19, preocupa y mucho. Y se especula que detrás de esa falta de información está el motivo real de continuar prolongando la cuarentena, medida entendible y aceptable en el comienzo de la pandemia, pero que ya cumple 91 días.
En marzo, cuando se decretó el aislamiento, había poco más de 8.500 camas disponibles en todo el territorio nacional. A principios de junio se habían superado las 11.500, según cifras de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva. ¿Se fortaleció lo suficiente el sistema de salud, sobre todo en el AMBA? ¿No fueron suficientes tres meses para acondicionar el sistema y afrontar el pico de la curva? La continuidad de la cuarentena podría explicar esto.
“La cuarentena o el aislamiento preventivo y obligatorio ya no es tal. De modo que de seguir con estos números de contagios el colapso del sistema sanitario es un hecho. Hoy es un país con vida normal, no tiene sentido seguir hablando de aislamiento. La cuarentena ya dio todo lo que podía dar. No da más la cuarentena ni la gente”, aseguró a Infobae el doctor Carlos Kambourian médico pediatra, ex director del Hospital Garrahan.
“Podes agregar 70 mil camas, pero si no tenés la logística para hacer testeos masivos y para sacar al positivo de terapia intensiva y mandarlo a una cama común, no sirve de nada. El número de camas es finito”, advirtió. Y deslizó: “Vamos a ver hasta qué punto las camas de los sanatorios privados van a estar disponibles para el sistema público”.
“El aislamiento ofreció lo que tenía que ofrecer. Ya es muy difícil volver atrás. Se podría hacer en una ciudad más chica, pero en Buenos Aires, ampliarlo o volver a fase 1 no funciona. Veo muy difícil su cumplimiento. Hoy vemos una actividad normal en las calles, salvo los locales cerrados”, sostuvo el expecialista.
Y agregó: “El gobierno debería trabajar con otras estrategias, como lo es ampliar la cantidad de test. Hoy se realizan unos 5000 por día, y suben a raíz de 100 por día. Es muy poco. Al hacer más tests, se pueden detectar los casos positivos y realizar un aislamiento selectivo o inteligente. Hoy el virus está caminando por la calle, por eso hay que testear y aislarlo”.
Un paciente grave de COVID permanece hospitalizado entre 20 y 30 días en terapia intensiva. Tras superar esa etapa, luego necesitará varias semanas más de recuperación. Según explicó Tomás Orduna, infectólogo del Hospital Muñíz e integrante del equipo de asesores del presidente Alberto Fernández, en el AMBA hay entre un 40 o 45% de las camas de terapia intensiva libres pero “se van a ocupar”. “Si los números se nos fueran para arriba, en una o dos semanas se puede saturar y cuando están completas (las camas) ahí podemos tener el colapso”, puntualizó el infectólogo en declaraciones a Radio Continental.
Ante esta posibilidad cierta, Orduna aconsejó “seguir disminuyendo la contagiosidad”, algo que sin vacuna o medicamentos sólo se puede alcanzar prolongando la cuarentena. “Las camas tienen un límite y tenemos que poder manejar el colchón de camas vacías para poder afrontar un brote. Hay que apretar las clavijas que hacen al control de los que se desplazan dentro de cada jurisdicción porque hay un exceso de personas en la vía pública, tanto en vehículos como caminando”, añadió.
En tanto, Kambourian destacó que “se planificó y se preparó el sistema durante 90 días para el posible pico, pero hoy está el problema de logística para hacer los testeos; que no nos pase los mismo con las camas cuando llegue el pico. Ahora hay que administrar los riesgos; tests masivos y revisar una a una las camas de terapia intensiva disponibles”.
Orduna anticipó un pronóstico desalentador respecto a la flexibilización del aislamiento: “No me imagino después del 28 (de junio) cambiando la situación del AMBA, en todo caso sigue latente la posibilidad que si los números no favorecen, dar un retroceso. Pero hacia delante, yo no veo que se levante la cuarentena por lo menos hasta principio de agosto”.
Carlos Regazzoni, médico y ex titular del PAMI, afirmó en diálogo con Infobae que “es indudable que el aumento de la ocupación de las camas de terapia intensiva es un signo de alarma. y si hay más camas ocupadas es porque hay más casos de los que tengo registrados oficialmente” y señaló el camino a tomar: “Acá hay dos opciones: restringir más la cuarentena para que con el aislamiento se corten los contagios y reforzar el mecanismo para ir a buscar los casos casa por casa, además de realizar testeos masivos”.
“Más allá de la inversión, no hay sistema que aguante. Los únicos sistemas de salud que resistieron fueron China, Japón, Corea y Alemania, el resto ninguno. El problema de las camas es global. No se ha generado la inversión a pesar de que Argentina es el país que mejor está en América Latina”, planteó Regazzoni y agregó: “No es lógico aumentan la capacidad de camas porque hay que prevenir que no haya enfermos. para eso hay que hacer testeos masivos y sostener el aislamiento. Está claro que en Argentina hay decenas de miles de casos no diagnosticados y eso es lo que genera esta ola”.
Al ser consultado sobre la posibilidad de que la continuidad de la cuarentena esté asociada a la falta de camas disponibles y a que un pico de casos podría hacer colapsar el sistema sanitario, Adolfo Rubinstein, ex ministro de Salud de la Nación en la anterior gestión, afirmó: “Sí, pero es difícil predecir en este contexto cuando va a producirse el pico, si va a hacer uno solo o más y cuál va a ser la pendiente de la curva para colapsar el sistema sanitario. Por ahora la pendiente es moderada y tiene que ver no solo con la maduración de la epidemia sino también con la búsqueda activa de casos y mayor testeo”.
Además, coincidió en que “la cuarentena se está deshilachando por incumplimiento social progresivo y cada vez se hace más difícil de sostener”. “No tengo en claro el motivo de sostener la cuarentena, pero por ahora no parece que el sistema esté desbordado ni a punto de colapsar pero es impredecible. Creo que hay seguir muy de cerca la ocupación de camas en las Unidades de Cuidados Intensivos para tomar medidas anticipadas”, anticipó.
Por su lado, Regazzoni se refirió a la prolongada extensión de la cuarentena: “La cuarentena ya dio todo lo que tenía que dar. La gente no puede cumplir más con ella, es muy difícil. Las cuarentenas sirven por un tiempo, después tiene efectos económicos. En los barrios la gente no tiene plata y tiene que salir a hacer changas”.
“La alternativa a la cuarentena es salir a buscar los casos para evitar más el contagio, pero para eso hay que tener equipos, entrenarlos y planificar. Todo aumento de circulaciones aumenta los contagios y ejerce presión sobre sistema de salud”, indicó el experto, que concluyó con tres claves a seguir en esta etapa de la cuarentena: “Primero: censo de síntomas mínimos, para tener un mapa de calor y determinar los focos; segundo: testeos masivos con hisopo; y tercero: si hay casos positivos, de inmediato testear a todos los contactos estrechos con o sin síntomas. Esto es lo que hicieron los países que tuvieron éxito y lograron así las áreas de libre de circulación viral, lo que les permitió levantar la cuarentena”.
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