COVID-19: es imposible conocer con certeza el número de contagiados a menos que se testee al 100% de la población

Un informe estadístico al que accedió a Infobae sobre la tasa exponencial de contagios y el índice R0 en Argentina explica que fuera de focos, la propagación del virus es débil y en descenso. La variable clave a monitorear es el incremento en la ocupación de camas de terapia intensiva

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En el mundo hay cada vez más contagios, pero la tasa de letalidad está bajando, al igual que en Argentina - EFE
En el mundo hay cada vez más contagios, pero la tasa de letalidad está bajando, al igual que en Argentina - EFE

El “R cero” de una enfermedad o número reproductivo básico es descripto científicamente como R0 y se trata de una medida que define el número de casos, en promedio, que una persona infectada va a infectar durante su período de contagio.

“Evaluamos el uso en la salud pública del número reproductivo básico (R0), por el cual se estima la velocidad con que una enfermedad puede propagarse en una población. Estas estimaciones son de gran interés en el campo de la salud pública como quedó de manifiesto en ocasión de la pandemia del 2009 por el virus gripal A (H1N1)”, explica en su sitio web la Organización Panamericana de la Salud.

Así, el número reproductivo básico (R0) mide el potencial de transmisión del virus o que es lo mismo decir, a cuántas personas en promedio contagia un infectado, si es que no se toman las medidas preventivas (cuarentena obligatoria, distanciamiento social, uso de barbijos y alcohol en gel, por ejemplo).

Así, cuando este índice llega a 3 o lo supera, como ocurrió en Europa y Estados Unidos hace algunas semanas, el número de infectados sube de forma exponencial durante el ciclo viral, y en un período de 10 a 15 días los sistemas de salud colapsan porque no hay infraestructura sanitaria capaz de contener ese crecimiento desmedido. Ahora, si ese número es menor que 1, significa que una persona va a infectar a menos de otra persona en promedio y el virus tiende a desaparecer.

Sin embargo, el R0 es más complejo de lo que parece. Se basa en ciencia dura, investigación forense, modelos matemáticos sofisticados y, a menudo, una buena cantidad de conjeturas. Puede variar radicalmente de lugar en lugar y de un día para otro, así como elevarse y reducirse según las condiciones locales y el comportamiento humano.

Un informe científico al que accedió Infobae en forma exclusiva, explica que un R0 simplificado para todo el país, que hoy en día desde 4 semanas atrás es el AMBA, da un Número Básico de Reproducción R0 oscilando en torno a 1.05/1.1, lo que indicaría que el contagio continuará, aunque lejos de cualquier crecimiento explosivo.

En Argentina la cifra de crecimiento de casos no es exponencialmente peligrosa como se anticipó en marzo - EFE
En Argentina la cifra de crecimiento de casos no es exponencialmente peligrosa como se anticipó en marzo - EFE

Respecto a la cifra exponencial de crecimiento del virus, el estudio precisa que si la tendencia de crecimiento hubiera sido la registrada el día 5 de abril, los fallecimientos deberían haber sido 1947 al día 5 de junio, pero en realidad se registraron 638, es decir un 67% menor a esa tendencia inicial. Los fallecidos al 5 de junio fueron reportados en 638, un 4.5% superior a la proyección realizada por este medio el 29 de mayo pasado.

El Ministerio de Salud de la Nación publica semanalmente una excelente base de datos con detalle de fechas de internación, de primeros síntomas, fecha real de fallecimiento, y otros datos importantes para seguir la evolución del coronavirus en Argentina.

Si bien existe una diferencia entre los datos reales de esta base de datos y los reportes diarios, debido a que no todos los establecimientos de salud envían los datos el mismo día, los fallecidos reales totales en las últimas semanas fueron 100 más que los reportados en los partes diarios. Por esto, en los últimos dos días, se reportaron más fallecimientos diarios que los proyectados.

Según el estudio, para el 12 de junio, la proyección indicaría que podrían registrarse 716 fallecidos, aunque la regularización de datos de los últimos días podría representar una variable que aumente en 20-30 este número. El incremento semanal del número total de fallecidos dos semanas atrás fue 20% y una semana atrás, del 16%. Estos números indicarían un incremento de 13%, que aunque se trata de un aumento, también se puede analizar que el fenómeno podría estar desacelerándose al contagiarse un número de personas más jóvenes en las que la letalidad es claramente inferior.

El promedio semanal de enfermos dados de alta disminuyó esta semana, aunque supera ampliamente al número de fallecidos diarios pese a lo cual los medios de comunicación no resaltan este hecho positivo: promedio 154 en la última semana, 224 la previa 142 la anterior, y 115 la previa. Lógicamente debería acelerarse la cantidad de altas de personas jóvenes que se curan, y el Ministerio de Salud suele informar cada 10 días un pico importante reportadas en un día, que seguramente regulariza las altas de días previos. El promedio de altas sobre fallecidos de la última semana fue de 9.6 veces (igual ratio que el total de altas en relación a fallecidos), y esperamos que las 6180 personas dadas de alta (29.4% de los contagiados originales) se incremente más aceleradamente esta semana.

Si la tendencia de crecimiento hubiera sido la del 5 de abril, los casos positivos al viernes 5 de Junio deberían haber sido 28.923, pero en realidad fueron 21.037 incluyendo barrios humildes, es decir 27% menos. Al acentuarse afortunadamente la tendencia de mayor número diario de tests en días hábiles (realizándolos en proporción muy importante en focos con positividad lógicamente elevada), los casos positivos al 5 de junio fueron 4.1% más que la proyección elaborada el 29 de mayo pasado, con una reducción adicional del error de proyección que había sido 18% para la semana anterior, y 6.3% en la realizada la semana pasada. Para el 12 de junio próximo, la primera proyección indicaría que podrían registrarse 26.137 casos positivos, de mantenerse el número de tests. Esto es importante porque, de cumplirse la proyección, el incremento de casos positivos detectados sería de 24% semanal, cuando la semana previa había sido 31% y la anterior 34%, lo que consolidaría desaceleramiento en la dinámica de detección de casos.

Propagación débil fuera de los focos

Uno de los focos de COVID-19 en Provincia de Buenos Aires es Villa Azul
Uno de los focos de COVID-19 en Provincia de Buenos Aires es Villa Azul

Más del 90% de los casos detectados en las últimas semanas son en el AMBA. Un incremento de tests aleatorios probablemente disminuya el resultado, y un incremento en focos (si existieran nuevos focos, ya que disminuye el efecto en los focos actuales con descenso de positividad), arrojaría un resultado menor.

Una conclusión que puede adoptarse hoy es que fuera de focos la propagación es débil y en descenso. Los casos activos no se disparan pese al incremento de casos reportados. Los fallecimientos tampoco, lo que sucede es que se incrementan las altas. Por eso, la variable clave a monitorear es el incremento en la ocupación de camas de terapia intensiva.

Los especialistas admiten que la variable general a monitorear es las camas libres de terapia intensiva (TI). Diversas informaciones dan cuenta que el 50% de las camas de TI se encuentran ocupadas por enfermos corrientes de enfermedades graves, y aproximadamente estarían libres el restante 50%, menos el número de camas de TI actualmente ocupadas por personas enfermas con COVID-19. El jueves 5 de junio las camas ocupadas en Argentina eran 249, un leve incremento sobre las 244 del 29 de mayo, aunque en la semana ascendieron a 293 en todo el país, aunque se sabe que la inmensa mayoría se ocupan en el AMBA.

Si bien no se informa la discriminación de AMBA, entre CABA y Provincia de Buenos Aires, en agosto de 2019 se reportaron camas libres para establecimientos públicos y privados un número de 4009 para adultos y 1015 para niños. En todo el país serían 8.478 y 1.874 respectivamente. El Ministerio de Salud desmintió proyecciones de especialistas que proyectan el colapso, y reiteró el dato de 4700 camas de TI libres en todo el país y luego lo amplió a 6000.

Para que se sature la disponibilidad de camas libres de TI en AMBA, estimadas en 1251 con 249 ocupadas con COVID-19, debería aumentar súbitamente los Casos Activos (es decir que están contagiados detectados positivos sin ser dados de alta ni fallecido) desde los actuales 14.225 a 69.500. Es improbable sino imposible en un corto lapso de tiempo. Por la misma razón, es improbable que se produzcan fallecimientos de cientos diarios pasando del promedio diario de 13 en la última semana a circulación comunitaria (es decir que el contagio no proviene de un viaje ni de un contacto estrecho con una persona contagiada) crece pero es sorprendentemente baja. La evolución es aritmética y no exponencial, y es un indicador que el contagio es lento y reducido fuera de los focos.

Casos positivos diarios

El incremento de test ayuda a identificar los focos de contagios - EFE
El incremento de test ayuda a identificar los focos de contagios - EFE

Otro dato alentador del manejo de la actual pandemia en Argentina, es que las personas que actualmente infectadas con COVID-19, son relativamente muy pocas frente al total de Casos Activos que permanecen infectados. Se trata solo el 1.8%, en tanto el 98.2% permanece aislado en su casa, en hoteles, camas normales o intermedias. Del total de tests realizados (88.9% negativos aun cuando solo se testea a personas con síntomas sospechosos), las personas que deben ingresar a TI y que poseen un riesgo de fallecer, es mínima (0.13%).

En otro ítem del informe se explica que el seguimiento de “los casos positivos diarios” no constituye una variable muy relevante como sí lo son las camas ocupadas de TI y los fallecimientos. Los casos positivos son detecciones de los que existan en la realidad, que es imposible conocer con certeza a menos que se testee al 100% de la población, cosa que nunca sucederá. Por esto, los casos positivos son cada día más una función de los tests que se realizan, que hoy por definición, son solo a personas con síntomas sospechosas. Esto sirve para aislar a las personas que sean testeadas positivas y a sus contactos estrechos. Pero no indica nada respecto a la extensión del proceso de contagio al resto de la población, que debe realizarse testeando de acuerdo con una muestra diseñada estadísticamente en función de la demografía y rango etario de la población.

La aparente limitación de disponibilidad de reactivos hace perder semanas valiosas que permitirían adicionar testeos estadísticamente representativos y quizás se concluya que el virus posee poca circulación fuera de focos específicos, y por tanto podrían reactivarse la economía y la vida de las personas.

Lo más importante es monitorear la disponibilidad de camas de terapia intensiva - EFE
Lo más importante es monitorear la disponibilidad de camas de terapia intensiva - EFE

Los tests diarios de las últimas semanas han estado concentrados en focos y son mucho más altos que los efectuados tres o cuatro semanas atrás. En la última semana hubo 100% más de tests que un mes atrás con promedio diario de 4840, en un cambio claro. Entonces aumentan los casos positivos encontrados que sirve para aislar a esa gente, pero que constituye un error estadístico al extrapolarlo al resto de la población del AMBA. A más tests habrá más casos positivos. Pero inferir que eso producirá una explosión de fallecidos especialmente cuando se testea a población más joven (la mediana de edad se redujo de 45 años un mes atrás a solo 33 años actualmente, anticipando que una proporción mucho mayor sobrevivirá), es un error que lleva a conclusiones equivocadas.

En el estudio se analiza que si a una persona sospechosa de síntomas de CV19 lo testearon, la probabilidad de ser positivo es 88.9%. Pero la de fallecer es 0.33%. Es decir que la probabilidad de sobrevivir si lo testearan por síntomas (antes que le den el resultado), es 99.67%. La probabilidad de cualquier persona de no morir de COVID-19 sin ser testeada ni tener síntomas, es 99.86%. Es más probable para cualquier persona sana fallecer por otras causas como problemas cardiovasculares, oncológicos, respiratorios, etc. Hoy, la letalidad en la franja etaria joven es muy baja, inferior al 1%. Pero en personas mayores de 65 años con enfermedades de corazón, diabetes, hipertensión, por ejemplo.

A mayor cantidad de test, hubo más casos. E incluso, los fallecimientos aumentaron levemente. La variable importante son fallecimientos y las camas de TI ocupadas, y no tanto los casos positivos. Inferir que la letalidad de más casos es la misma, es un error. La letalidad convergería a 1.2/1.3% si se testeara a más población y no solo a personas con síntomas sospechosos. Es importante para tener un contexto correcto, conocer que en 2018 fallecieron 32.000 personas de neumonía y gripe. Si hubiera sucedido en 150 días de invierno, eso sería 200 por día, es decir 15 veces más que el promedio diario de COVID-19.

Volviendo al índice R0 simplificado que da en el AMBA un número en torno a 1.05/1.1, esto indicaría que el contagio continuará, aunque lejos de cualquier crecimiento explosivo. Si el virus perdiera carga a medida que transcurre el tiempo, quizás se ingrese a una fase de contracción del proceso de contagio.

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