La hipertensión, uno de los grandes problemas en tiempos de coronavirus

En el Día Mundial de la Hipertensión Arterial, médicos especialistas explican cómo atender este factor de riesgo para COVID-19, que afecta al 35% de los argentinos y a 1 de cada 4 hipertensos jóvenes que todavía no saben que padecen esta enfermedad

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En el Día Mundial de la Hipertensión Arterial, médicos especialistas explican cómo atender este factor de riesgo para COVID-19, que afecta al 35% de los argentinos y a 1 de cada 4 hipertensos jóvenes que todavía no saben que padecen esta enfermedad

En medio de la pandemia que el mundo vive por la enfermedad COVID-19, una cosa queda clara: el virus SARS-CoV-2 ha demostrado tener impacto directo e indirecto en la mortalidad cardiovascular. Por un lado los pacientes con antecedentes cardiovaculares tienen mayor riesgo ante un contagio y por el otro la falta de control de los factores de riesgo cardiovasculares pueden generar una peor evolución ante una infección por COVID-19 y eventos adversos por los factores de riesgo en sí.

Uno de los grandes factores de riesgo del nuevo coronavirus es la hipertensión arterial, una medición de la fuerza ejercida contra las paredes de las arterias a medida que el corazón bombea sangre a su cuerpo. Hipertensión es el término que se utiliza para describir la presión arterial alta. Hoy, en el Día Mundial de la Hipertensión Arterial, los médicos cardiólogos alertan que si se deja sin tratamiento, la presión arterial puede llevar a muchas afecciones que incluyen enfermedades del corazón, accidente cerebrovascular, insuficiencia renal, problemas en los ojos y otros problemas de salud.

Ante la pandemia por el nuevo coronavirus, el doctor Miguel Schiavone, jefe de Hipertensión Arterial del Servicio de Cardiología del Hospital Británico, adivirtió a Infobae la necesidad de “remarcar que, si bien es importante el mantenernos aislados y salir lo menos posible, en otros países que están cursando los picos de COVID19, han reportado un aumento de la mortalidad indirecta por la falta de control y consulta de pacientes cardiovasculares”.

Los médicos cardiólogos alertan que si se deja sin tratamiento, la presión arterial puede llevar a muchas afecciones en la salud (Shutterstock.com)
Los médicos cardiólogos alertan que si se deja sin tratamiento, la presión arterial puede llevar a muchas afecciones en la salud (Shutterstock.com)

La recomendación del experto, resalta que los pacientes que padecen HTA no suspendan sus tratamientos en este período de cuarentena y continúen con los cuidados mediante controles periódicos con un profesional asistiendo a sus Centros de Atención “Verdes” (espacios de atención segura en el actual contexto de COVID debido a los estrictos protocolos implementados) o a través de Teleconsulta.

Por otra parte, Schiavone, destaca: “Aquellas personas con antecedentes de infarto o insuficiencia cardíaca poseen más riesgo de presentar nuevos eventos cardiovasculares. Por lo que resulta fundamental que no retrasen la consulta ante un dolor de pecho, arritmia o falta de aire, ya que una consulta tardía puede conllevar a un peor pronóstico”.

También coincide Sebastián Obregón, Jefe del Centro de Hipertensión Arterial del Hospital Universitario Austral, que indicó que “los médicos se preocupan porque los pacientes continúen con el seguimiento de sus enfermedades crónicas y no descuiden los controles que deben realizarse”. Y aseguró que para ello “se han arbitrado medidas para promover ambientes limpios y minimizar los riesgos de contagio, de tal forma que las personas puedan acceder a su médico tratante en las consultas presenciales, así como también en las virtuales”.

En cuanto a los riesgos por poseer una enfermedad como la hipertensión arterial, el especialista detalló: “Las personas portadoras de enfermedades crónicas cardiovasculares tienen mayor riesgo de complicaciones ante la infección por este nuevo virus, pero también se sabe que el estar correctamente controlados y tratados previene esas complicaciones. Dado que la hipertensión arterial es la enfermedad más observada en la consulta médica de adultos, su control y tratamiento adecuados resultan en algunos de los objetivos más importantes durante la cuarentena”.

Cuidarse en cuarentena

En el contexto actual, las personas consumen, en general, mayor cantidad de calorías y sal, y realizan menor cantidad de ejercicio aeróbico como las caminatas habituales y cotidianas de tiempos normales. “El aumento de peso y mayor sedentarismo son factores que elevan la presión y pueden generar situaciones clínicas nuevas”, detalló Obregón.

Los médicos piden que los pacientes que padecen HTA no suspendan sus tratamientos en este período de cuarentena y continúen con los cuidados mediante controles periódicos (Shutterstock)
Los médicos piden que los pacientes que padecen HTA no suspendan sus tratamientos en este período de cuarentena y continúen con los cuidados mediante controles periódicos (Shutterstock)

Y agregó: “La importancia de controlarse la presión arterial se basa en el hecho de que, cuando ésta no está bien controlada, el corazón, el cerebro y los riñones sufren el impacto de la presión sobre ellos y pueden presentarse complicaciones agudas como infartos, arritmias cardíacas y accidentes cerebrovasculares, entre otras”.

Para controlar la presión en el domicilio se recomienda la utilización de aparatos automáticos que tengan validación nacional e internacional y que tomen la medición sobre el brazo. Si no se cuenta con este tipo de equipos necesarios, los pacientes pueden consultar al médico de cabecera cuál otra estrategia es posible para el control adecuado.

El especialista detalló que las recomendaciones más importantes para los pacientes con hipertensión arterial son: seguir las indicaciones de su médico tratante, incluyendo las recomendaciones alimentarias y farmacológicas; controlar la eficacia del tratamiento mediante el monitoreo domiciliario de la presión arterial para mantener cifras adecuadas de control de la presión por debajo de 135/85 mmHg en promedio de mediciones durante la semana; y consultar a su médico ante la falta de control adecuado o ante la aparición de síntomas.

No hace falta automedicarse con fármacos recomendados por otras personas no profesionales o con medicinas alternativas, teniendo la posibilidad cierta de un contacto cercano con su médico de cabecera u otro profesional idóneo en el hospital que pueda aconsejarlo correctamente”, finalizó el doctor Obregón.

La doctora Valeria El Haj, Directora Médica Nacional de OSPEDyC, precisó que las principales causas de esta enfermedad que afecta a un tercio de la población. Aunque todavía no se conocen las causas específicas que provocan la hipertensión arterial más frecuente, llamada “esencial", “primaria” o “idiopática”, existen una serie de factores que suelen estar presentes en la mayoría de las personas que la sufren.

“Se trata de una patología que puede presentarse sin síntomas y, si no se trata a tiempo, puede devenir en enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares, insuficiencia renal y daño ocular, entre otras complicaciones”, remarcó la especialista. Y agregó: “Conviene separar aquellas causas relacionadas con la herencia genética, el sexo masculino y la edad, y por tanto poco modificables, de aquellos casos que tienen que ver con los hábitos de las personas, como el sobrepeso, la ingesta de sal, el consumo excesivo de alcohol, el uso de ciertos fármacos y un estilo de vida sedentario”.

En la Argentina, un estudio reveló que el 69% de los niños escolarizados nunca había controlado su presión arterial (Shutterstock)
En la Argentina, un estudio reveló que el 69% de los niños escolarizados nunca había controlado su presión arterial (Shutterstock)

Muchas personas pueden vivir años con la presión arterial elevada sin saberlo. La única manera de detectar la hipertensión es su medición. Según El Haj, existen dos medidas: la presión arterial sistólica (PAS) o máxima y la presión arterial diastólica (PAD) o mínima. Se considera presión arterial alta o hipertensión cuando la medición máxima es igual o superior a 140 (14) y mínima cuando ésta es igual o inferior a 90 (9) milímetros de mercurio. En condiciones normales, la presión arterial puede variar por diferentes estímulos, como el ejercicio, la ingesta de ciertos alimentos, estrés y emociones fuertes.

Si bien para la mayoría de los casos esta enfermedad no tiene cura, si puede controlarse. Para lograrlo debe seguirse un tratamiento regular de por vida que permitirá bajar la presión y mantenerla estable.

“Además de la medicación, se suelen recomendar algunos cambios en el estilo de vida que tienen que ver con la incorporación de actividad física con regularidad, al menos 3 veces por semana, el abandono de ciertos hábitos, como el cigarrillo, y una alimentación saludable para perder peso que incluya frutas, verduras, lácteos descremados y alimentos ricos en potasio, como legumbres y ácidos grasos poliinsaturados. Además, es importante no abusar del consumo de alcohol ni de sal, que debe ser de 4 a 6 gramos por día”, explica la doctora El Haj sobre cómo tratar esta enfermedad.

En el Día Mundial de la Hipertensión Arterial, médicos especialistas explican cómo atender este factor de riesgo para COVID-19, que afecta al 35% de los argentinos y a 1 de cada 4 hipertensos jóvenes que todavía no saben que padecen esta enfermedad

La doctora María Alejandra Rodríguez Zía – MN 70.787 – médica endocrinóloga, aseguró que en el momento cero de la hipertensión el verdadero enemigo son los hidratos de carbono: las harinas, el azúcar, las pastas, facturas, panes y gaseosas generan un proceso de alteración de muchos receptores de las membranas de las células que son proteínas, y estos receptores dejan de funcionar.

“La insulina aumentada va al riñón y se reabsorbe todo el sodio que este normalmente sabe excretar. Asimismo, los hidratos que aumentan la glucosa en sangre oxidada también alteran los receptores. Si se come hidratos de carbono y sube la insulina aumentada fuera de lo normal, la misma se dirige al riñón y reabsorbe todo el sodio, la sal que lleva a que aumente la presión. Los hidratos son la primera causa que aumente la presión por este medio”, graficó Rodríguez Zía.

Y agregó: “Cuando comemos alimentos que contienen hidratos de carbono o azúcares, los niveles de glucosa en sangre se incrementan. Así la sangre de manera oxidada va alterando, rompiendo receptores que hay en las membranas de nuestras células que son proteínas uno de estos receptores. Los receptores del factor natriurético hacen que uno orine el sodio. Cuando estos receptores están enfermos no funcionan, en consecuencia uno no va a orinar el sodio y va tener la segunda causa de hipertensión dentro de la circulación, lo cual aumenta la presión”.

Existen una serie de factores que suelen estar presentes en la mayoría de las personas que la sufren HTA (Shutterstock.com)
Existen una serie de factores que suelen estar presentes en la mayoría de las personas que la sufren HTA (Shutterstock.com)

El doctor Miguel Sangiovanni, Médico Clínico con Máster en Hipertensión Arterial y Mecánica Vascular de DIM Centros de Salud resaltó que la hipertensión arterial no es una enfermedad que aumente el riesgo de infección por COVID 19, pero debe ser controlada para evitar complicaciones que ponen en riesgo la salud y calidad de vida de las personas.

En muchos casos, la hipertensión se asocia a obesidad, diabetes y tabaquismo como factores de riesgo, siendo estos tres últimos susceptibles a incrementar el riesgo de complicación por infección por COVID-19.

La presión arterial alta tanto en este (pandemia) como en cualquier contexto debe ser controlada ya que es el primer predictor de eventos isquémicos cerebrales y favorecedor de enfermedades relacionadas a patologías coronarias y renales, entre otras”, explicó el doctor Sangiovanni, quien precisó que 5 de cada 10 personas son hipertensas. Solo la mitad sabe que lo es. La mitad está tratada y solo un 12,5% está bien controlada. “Es asintomática. Solo se detecta tomando la presión periódicamente. Y al estar muy relacionada con cambiar hábitos, hace difícil la adherencia plena del paciente al tratamiento”.

El especialista indicó que es importante cambiar el estilo de vida, es decir, reducción de ingesta de sodio en la dieta, control de la obesidad, mejorar la actividad física, abandono del tabaco y realizar controles médicos periódicos permitirá establecer a tiempo la necesidad de uso de fármacos para su control, o incluso reducción de la enfermedad.

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