Tras la exponencial cifra de más de 300 contagios en Italia y las declaraciones de Bruce Aylward, el experto que dirige la misión de expertos integrada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y China en el país asiático, que dijo que “el mundo no está preparado para hacer frente a la epidemia”, la preocupación por la propagación del coronavirus o COVID-19 ha vuelo a crecer, en algunos casos en forma desmedida.
Las últimas cifras oficiales difundidas dan cuenta de 80.415 casos en todo el mundo, 2.078 muertos y 27.905 recuperados.
“El coronavirus está iniciando una epidemia consolidada en China, en EEUU y en otros países. Es una situación que se está expandiendo y que seguramente todavía no terminó de expresarse en el resto del mundo”, afirmó Gabriela Piovano, médica infectóloga del Hospital Muñiz.
—¿Qué nos podría decir sobre el uso correcto del barbijo? ¿Quiénes deberían utilizarlo?
—El coronavirus se transmite por vía aérea y por el contacto entre personas a partir de las gotas que se eliminan, se expulsan sobre todo con la tos. De ahí la recomendación que estuvo tan discutida en los últimos días del barbijo. Uno ve la necesidad del uso del barbijo en las personas que piensan que están infectadas y que pueden transmitirlo, más que en el resto de las personas como barrera de protección.
—¿Qué es lo que efectivamente recomendaría?
—Lo que uno puede recomendar es evitar ir a esos lugares donde está declarada la epidemia. Lógicamente se hace difícil controlar el traslado de las personas. Sabemos que, una vez que se produce la transmisión y el contagio, puede tardar más de 14 días en dar sintomatología, que en general es en vías aéreas superiores, fiebre y malestar y tos con expectoración. Hubo un período en el que la persona lo ha ido transmitiendo y no hay registro de esta situación.
Con lo cual, lo que nos queda, aparte de esa medida de tomar contacto y viajar a los lugares donde están declarados, obviamente aquellas personas que ya han estado en esos lugares, la recomendación es tratar de mantenerse aislado. Ahí, sí, el uso de barbijo, tal vez, si se va a estar en contacto con otras personas. Y la cuestión de cuando uno tose, hacerlo por debajo del codo. El lavado de manos bastante seguido, porque también está la posibilidad del contacto de los fluidos con las manos.
—¿Y aquellos que no viajaron?
—Para aquellas personas que no han viajado y no han estado de forma certera en contacto, la idea de mantenerse controlado que cualquier situación, sobre todo aquellas personas que son más vulnerables a tener una mala evolución. Aquellos que tienen patologías previas, enfermedades crónicas, insuficiencia cardíaca, diabetes, EPOC, obviamente todas esas personas ni bien tienen fiebre alta tendrían que ir a consultar al médico.
Justamente tener en cuenta las personas que han tenido contacto con personas que han viajado o provienen de los lugares que ya están afectados, como era el norte de Italia, España, EEUU, México y quienes participaron en cruceros.
—¿Qué le recomendaría a la población en general?
—Creo que no hay que tener miedo. Sí hay que tener precaución, hay que tener criterio. También pensar que en algún momento también la gripe va a volver y tenemos que vacunarnos. Hay un montón de medidas que tienen que ver con otras situaciones que nos pueden estar afectando. Hoy no tenemos un tratamiento. Hay que observar el caso. Tener en cuenta la exposición cierta con personas que han viajado. No todas las personas que tienen síntomas de gripe tienen coronavirus.
—¿Cómo reaccionaron en el Hospital Muñiz frente a la epidemia H1N1?
—Nosotros tuvimos un papel central ante la epidemia H1N1. Allí se demostró que el Hospital Muñiz está a la vanguardia en cuanto a epidemias, sobre todo a las de transmisión aérea. Nosotros tenemos salas de aislamiento respiratorio. Implementos de protección, etc.
—¿Cuál es la función del infectólogo ante una epidemia como la actual?
—La función del infectólogo es brindar conocimiento y tranquilidad a la población. Dar a entender que el saber y tener todas las repuestas a veces se demora. Respecto al origen de esta epidemia muchos pueden especular que se trata de una guerra bacteriológica, cuando todo indica que fue a través del contacto con animales salvajes, en una exposición peligrosa.
La única medida que garantizaría que esta epidemia se neutralice sería aplicar una gran cuarentena. Tendrían que haberse congelado los vuelos, por ejemplo, para que no traspase Wuhan o China. Aunque sí se consideró suspender los festejos por el Año Nuevo Chino, entre otras medidas exitosas.
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