Las enfermedades transmitidas por mosquitos (ETV) como el dengue, el virus zika y la fiebre chikungunya ocupan un lugar importante en la agenda de las autoridades sanitarias de la región y del resto del mundo desde hace un tiempo.
Con la llegada del verano regresa la necesidad de hablar estas afecciones ya que las altas temperaturas y la humedad favorecen la reproducción del mosquito responsable de su transimisión, el Aedes aegypti.
Circulación viral
El pasado 15 de agosto de 2019 la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS) alertó acerca de un nuevo ciclo epidémico de dengue en la Región de las Américas. Luego de dos años de baja incidencia de esta enfermedad hubo un incremento de casos de dengue y dengue grave en varios territorios de la Región. Hasta el pasado 2 de diciembre, se registraron en la Región 2.950.295 casos de dengue, 26.793 con criterio de dengue grave y 1.338 defunciones.
De acuerdo a la última actualización epidemiológica de dengue de la OPS/OMS, el número de casos reportados hasta mediados de octubre, es el mayor registrado en la historia de dengue en las Américas, superando en 13% al número de casos reportados en el año epidémico 2015. Con relación a la proporción de dengue grave, la cifra (0,8%) ha superado a lo observado en los cuatro años previos.
En estos momentos en los que se ha instalado la temporada de calor, tanto en la Ciudad de Buenos Aires como en el resto del país, suele volver también la preocupación respecto enfermedades como el dengue y el aumento de casos. No obstante, según señaló el doctor Edgardo Sturba, bioquímico microbiólogo, supervisor de la Unidad de Biología Molecular en Microbiología en Stamboulian Laboratorio, “en este momento nos encontramos en una etapa de transición, en la que no hay demasiados casos autóctonos”.
A pesar de ello, entre los meses de noviembre y marzo se espera que, empiecen a presentarse los casos llamados importados. Durante este período “la gente viaja a distintos destinos y, de regreso, puede ser que vuelvan infectados. A partir de marzo, empieza el momento más complicado porque empiezan a incorporarse los casos autóctonos, es decir, la infección en aquellas personas que no viajaron. Es en esta etapa donde se produce el aumento del peligro respecto al aumento de la transmisión”, agregó el experto.
Confirmar la sospecha
Cuando se presenta un paciente con sospecha de enfermedades transmitidas por mosquitos como dengue, zika y chikungunya, proveniente de zonas donde hay un brote activo, el laboratorio ocupa un rol importante para poder diferenciar cuál de estas infecciones está cursando y definir así la conducta terapéutica adecuada.
“Desde el punto de vista del laboratorio estas enfermedades están bastante relacionadas respecto a los test que se pueden realizar. Lo primero que es importante es saber si existe un síntoma que nos permita definir cuándo comenzó la infección,” detalló el doctor Sturba. De acuerdo al experto, dentro de la primera semana en la que se manifiesta la enfermedad, para casi todos estos virus, la detección debe hacerse a través de técnicas moleculares, como la PCR, que permita la detección del genoma del virus en el suero del paciente.
A partir de aquella primera semana, aparecen los anticuerpos IgM (inmunoglobulina M) que no están previamente y definen la infección aguda. “Pasada este lapso, los estudios a realizar son las pruebas serológicas de detección de anticuerpos por metodologías de captura. Por otra parte, la determinación de anticuerpos IgG tiene mucha importancia, debido a que permite saber si el paciente estuvo infectado previamente, como puede suceder en el caso del dengue, y es el análisis que debe acompañar a todo estudio de IgM”, precisó Sturba.
La utilidad de conocer si un paciente ya estuvo infectado a través de la determinación de Anticuerpos IgG es especialmente importante en Dengue, sobre todo si esta persona vive o estuvo en zona endémica.
De acuerdo al especialista, si ya estaba infectado y existe circulación de más de un serotipo de Dengue, puede presentar una infección secundaria que se presentaría con mayor riesgo de desencadenar en un cuadro de Dengue grave. No obstante, para los otros virus la detección de IgG solo debería ser utilizada si se desea conocer contacto previo con el agente infeccioso.
Saber pedir
Es importante que los médicos sepan reconocer el cuadro clínico y cuáles son los estudios a pedir según el momento de la infección ya que, si se pide un estudio serológico dentro de la primera semana no tiene utilidad debido a que se debe esperar que transcurra el tiempo antes mencionado. “En esa primera semana deben hacerse estudios de biología molecular que constan de la detección del genoma viral en suero. Esto es lo más importante”, resaltó el especialista.
¿Qué pasa con el zika?
La enfermedad del Zika tuvo una gran explosión entre 2015 y 2016 por lo que pasó en el Noreste de Brasil. Hoy el número de casos ha disminuido significativamente, tanto en el país vecino como en otras partes del mundo, incluida la República Argentina.
Una de las situaciones más importantes respecto a la infección por virus del zika se presenta en la paciente embarazada o en aquellas mujeres en edad fértil ya que puede dejar secuelas graves recién nacidos e incluso causar la muerte a fetos de madres infectadas. Para estas pacientes, la recomendación es que eviten viajar a estos destinos donde pueda exponerse al riesgo de contagio del virus Zika.
Respecto a esta infección, algo para considerar es el tema de la transmisión a través de la vía sexual. “Está comprobado que el virus se puede mantener en fluidos como semen y orina por períodos mucho más prolongados, de hasta 20 días o incluso meses también, que se ha demostrado en algunos trabajos. Con lo cual esto también es a considerar siempre y cuando haya alguna sintomatología que permita al médico la determinar en qué momento pudo adquirir la infección, porque si no es muy complicado”, indicó Sturba.
Fiebre amarilla
Según el Boletín epidemiológico del Ministerio de Salud de La Nación, en Argentina no se registraron casos de fiebre amarilla durante el 2019. Sin embargo, cuando se habla esta infección, sobre todo en los últimos años, se suele referir a la recomendación de la vacunación en especial para aquellos que viajan a zonas de Brasil o de la región donde hay circulación del virus y su vector. Sin embargo, también es necesaria una respuesta para aquellos viajeros que no se vacunaron y regresan de este tipo de destinos con el temor de traer la infección.
En este sentido, el experto señaló que desde el ámbito del laboratorio “es bastante similar a lo que podemos hacer con otros virus. Se debe detectar en el momento de la sintomatología y, si estamos en la primera semana hasta siete u ocho días aproximadamente des de la aparición de las manifestaciones clínicas, hay que procurar detectar el virus en suero. En el caso de estar fuera de este margen de tiempo, debemos recurrir a la serología”.
“Algo para considerar y que es muy importante, es que en todos los laboratorios de microbiología clínica se debe saber que existen reacciones cruzadas en las serologías de estos virus” advirtió. Según desarrolló el doctor Edgardo Sturba, esto quiere decir que puede ser que se detecten anticuerpos que supuestamente son para fiebre amarilla pero, en realidad la infección sea por dengue u otros flavivirus. “Por este motivo – enfatizó el experto - es fundamental que estos resultados sean confirmados por los centros de referencia, sobre todo en lo que respecta a fiebre amarilla”.
En nuestro país, el centro de referencia por excelencia para es el Instituto Maizteguy, en la localidad de Pergamino, en la Provincia de Buenos Aires. También en la Ciudad de Buenos Aires, hay laboratorios como en el Hospital de niños “Dr. Ricardo Gutiérrez” donde se pueden realizar estos estudios.
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