La psoriasis es una enfermedad crónica, no contagiosa e inflamatoria que compromete al sistema inmune, por lo que impacta en múltiples áreas del organismo.
Se manifiesta fundamentalmente en la piel a través de placas y escamas blancas y rojas y constituye lesiones que pueden aparecer en cualquier sitio del cuerpo, con diferentes formas de presentación como en placas, en gotas, palmo plantar, pustulosa, entre otras.
En el marco del Día Mundial de la Psoriasis, el lema de este año promovido por la Federación Internacional de Asociaciones de Psoriasis (IFPA) resalta la importancia de “Estar conectados”, destacando el rol fundamental del trabajo en equipo de todos los integrantes del sistema de salud, que posibilita llegar más fácilmente al diagnóstico y al tratamiento para lograr una mejor calidad de vida para las personas que padecen la enfermedad.
La prevalencia de la psoriasis es notoria. En el mundo se estima que alrededor de 125 millones de personas la padecen, mientras que en Argentina las cifras son cercanas a los 800 mil pacientes.
Si bien tiene un origen genético, está relacionada con una alteración del sistema inmunológico y puede ser desencadenada por múltiples factores como bacterias, virus y hongos, determinados medicamentos, consumo de alcohol y tabaco, estrés, climas fríos, rascado o fricción frecuente y cambios hormonales.
“Si bien los dermatólogos son los especialistas calificados por su conocimiento de la enfermedad y su complejidad, para hacer el diagnóstico y llevar adelante el tratamiento correspondiente, debemos trabajar en equipo con todos los integrantes del sistema de salud”, destaca el doctor Alberto Lavieri, médico dermatólogo y coordinador del ‘Grupo de Trabajo de Psoriasis’ de la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD).
Su colega, Ariel Sehtman, médico dermatólogo y Presidente de la SAD agregó: “Si todos los integrantes del sistema de salud trabajamos en equipo podremos llegar más fácilmente al objetivo del diagnóstico y tratamiento a tiempo para lograr una mejor calidad de vida para las personas que padecen esta y otro tipo de enfermedades”.
Según el especialista, las personas con psoriasis severa tienen un 58% más de probabilidades de tener un evento cardíaco mayor, 46% de posibilidades de desarrollar diabetes tipo 2 y un 43% más de probabilidades de tener un accidente cerebrovascular. Además, el 30% puede desarrollar artritis psoriásica que se caracteriza por dolor y rigidez en las articulaciones, inflamación en los dedos de las manos y pies y dificultad para movilizarse.
“Incluso, por las características de la enfermedad y la vergüenza por las lesiones, muchas personas se retrotraen, se esconden y no salen. De hecho, el 10% de las personas con psoriasis presentan depresión”, explica Sehtman.
“Ningún tratamiento para la psoriasis tiene respuesta inmediata, por lo que es fundamental consultar con el especialista para conocer los tiempos para notar las mejoras. Además, es fundamental la adherencia y constancia. Si el tratamiento no se realiza de forma correcta, no se obtendrán los resultados esperados. Y es justamente por esto que todos los actores del sistema de salud son importantes, desde médicos de otras especialidades que pueden identificar signos y síntomas de la enfermedad y recomendar la visita al dermatólogo hasta los financiadores de salud, un actor fundamental en todo este proceso para poder asegurar el acceso a la medicación y el seguimiento de ésta”, concluyó Lavieri.
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