Vida al aire libre: los principales beneficios de vivir en contacto con la naturaleza

Organismos internacionales, basados en una importante cantidad de evidencia científica, aconsejan pasar tiempo al aire libre para mantener saludable el organismo y la mente. Por qué es importante valorar el contacto con la naturaleza

Estar en contacto con la naturaleza tiene diversos beneficios para la salud (Getty Images)

Si bien muchas personas disfrutan de la adrenalina de vivir en una ciudad, no es difícil notar que hasta el más mínimo contacto con la naturaleza impacta de manera positiva en el bienestar, otorgando una sensación de relajación y armonía. Pero además, aunque no sea evidente, los espacios y verdes tienen grandes beneficios para la salud.

La Organización Mundial de la Salud y una notoria cantidad de evidencia científica confirman que la convivencia lo más cercana posible con la naturaleza mejora la salud y atenúa los efectos negativos de la contaminación, el cambio climático y la destrucción de la biodiversidad. Además, según el Instituto para la Política Ambiental Europea, la naturaleza reduce los niveles de estrés y puede tener efectos positivos sobre el bienestar físico y mental, por ejemplo en la concentración y el estado de ánimo. Algunos de los más importantes beneficios para la salud:

Mejor memoria a corto plazo: Aparentemente, los espacios con árboles, ríos, lagos, plantas y flores de todo tipo mejoran el rendimiento cerebral. En un estudio liderado por el investigador Marc G. Berman de la Universidad de Michigan, Estados Unidos, los participantes tuvieron que hacer una breve prueba de memoria y luego fueron divididos en dos grupos.

La concentración, la creatividad y la mente se benefician en armonía con la naturaleza (iStock)

El primer grupo dio un paseo por una zona llena de árboles y el otro dio un paseo por una calle de la ciudad. Cuando los participantes volvieron e hicieron la prueba de memoria de nuevo, los que habían caminado por el parque hicieron la prueba casi un 20 por ciento mejor que la primera vez. En cambio, los que habían caminado por la ciudad no presentaron ninguna mejora consistente.

Menos estrés: Estar al aire libre cambia radicalmente la expresión física del estrés en el cuerpo. Un estudio descubrió que las personas que pasaban dos noches en el bosque presentaban niveles más bajos de cortisol, la hormona del estrés, en comparación con los que pasaron ese tiempo en la ciudad.

Y en otra investigación, los investigadores encontraron una disminución en la frecuencia cardíaca y los niveles de cortisol en personas que habían pasado tiempo en la naturaleza en comparación con quienes habían estado en la ciudad. Entre los que trabajan en una oficina, incluso, solamente ver la naturaleza por una ventana está asociado a un menor estrés y una mayor satisfacción en el trabajo.

Vivir lo más cerca posible a un espacio verde o natural es altamente recomendable para la salud mental (Getty Images)

Combate la depresión y ansiedad: Numerosos problemas de salud mental también han demostrado que pueden mermar luego de un tiempo al aire libre, especialmente cuando se combina con el ejercicio. Un estudio reveló concretamente que los paseos por el bosque se asociaron a niveles más reducidos de ansiedad y mal estado de ánimo, y otro encontró que los paseos al aire libre podrían ser "clínicamente útiles como un suplemento a los tratamientos existentes" para el trastorno depresivo mayor. "Los enfermos mentales tuvieron una de las mayores mejoras en la autoestima", concluyeron los autores del estudio. Además, la presencia de agua (ríos, lagos y cataratas, por ejemplo) hizo que los efectos positivos fueran aún más fuertes.

Alarga la vida: Peter James es investigador en la Escuela de Salud Pública de Harvard, Estados Unidos y el autor de uno de los estudios que concluyó que las mujeres que viven en áreas "más verdes" tuvieron una tasa de mortalidad un doce por ciento menor que las que viven en otras "menos verdes".

Un estudio sugiere que vivir cerca de la naturaleza alarga la vida (Getty Images)

La investigación, publicada en 2016 en la revista Environmental Health Perspectives, tuvo como base el seguimiento de 108.000 mujeres de Estados Unidos entre 2000 y 2008 para analizar los factores de riesgo asociados a las principales enfermedades crónicas y entre las variables se analizó la cantidad de zonas verdes que tenían cerca de sus hogares. Luego de publicados los resultados, el equipo de James sentenció que "serían similares si se hubiera incluido a los hombres en el estudio".

Otros resultados destacados son que esa vegetación cercana estaba relacionada con un 41 por ciento menos de tasa de mortalidad por enfermedades renales, un 34 por ciento por enfermedades respiratorias y un 13 por ciento por cáncer. A lo que se añaden mejoras en la salud mental y mayores oportunidades de compromiso social, aumento de la actividad física y una menor exposición a la contaminación atmosférica.

Protege la vista: Una investigación publicada en la revista Ophtalmology, concluyó que, por lo menos en los niños, la actividad al aire libre puede tener un efecto protector en los ojos, reduciendo el riesgo de desarrollar miopía. "Incrementar el tiempo dedicado al exterior puede ser una estrategia sencilla para reducir el riesgo de desarrollar miopía y su progresión en niños y adolescentes", concluyó.

El contacto con rios, cataratas y lagos hace aún mejor la experiencia al aire libre (iStock)

El mismo tipo de estudio, publicado en 2014 determinó que las actividades al aire libre durante las clases reducían las tasas de miopía entre los niños. Para probarlo, los investigadores estudiaron dos escuelas cercanas en Taiwán donde la miopía era igualmente común. Pidieron a una escuela que alentara la actividad al aire libre durante el recreo y que la otra escuela actuara como grupo de control. Tras un año, la tasa de miopía en la escuela que había promovido las salidas al exterior, fue del 8,41 por ciento y, en el grupo de control, de 17,65%.

Mejora la concentración: El ambiente natural tiene un potente efecto "restaurador", y uno de los beneficios que posee dar un largo paseo por la naturaleza es que puede restaurar de esa forma la concentración. Así, en un estudio, los investigadores se emplearon a fondo para agotar la capacidad de concentración de los participantes. Luego dividieron a los participantes en tres grupos: el primero salió a dar un paseo por el bosque, el segundo por la ciudad y, los del tercero, permanecieron sentados como grupo de control. Cuando regresaron, el grupo que estuvo en contacto con la naturaleza obtuvo el mejor resultado en una tarea de corrección de pruebas.

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