Si un hombre convive con una mujer que padece obesidad, sus probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2 son muchos más altas que si sucede al revés. Al menos esas son las conclusiones de una nueva investigación sobre el tema, la primera en indagar los efectos específicos de la obesidad en el matrimonio, dependiendo del sexo.
Los autores del estudio buscaban descubrir si el hecho de que una persona padezca obesidad o diabetes de tipo 2 podría incrementar las probabilidades de que su pareja desarrollara diabetes, debido a las conductas de riesgo que llevan a esta enfermedad y que se comparten dentro de una pareja que convive, como pueden ser los malos hábitos alimentarios y la falta de actividad física.
Hace tiempo se conoce que las personas que padecen obesidad o que tienen antecedentes familiares de diabetes tipo 2 tienen mucho más riesgo de desarrollar la enfermedad que un ciudadano promedio. Pero, según los resultados de este análisis, concretamente los mayores de 55 años casados con una mujer que padece diabetes de tipo 2, tienden a tener más sobrepeso que los casados con una mujer que no tiene diabetes.
Esta nueva investigación, presentada en la Conferencia Anual de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes en Lisboa, se dividió en dos estudios y es la primera en analizar de forma específica esta relación entre la obesidad de la pareja y el desarrollo de la enfermedad. En el primero de los estudios (donde participaron 3 mil hombres y 3 mil mujeres de Inglaterra) un grupo de investigadores de la Universidad Aarthus, Dinamarca, analizó la relación que había entre la obesidad y la diabetes de uno de los miembros de la pareja y las probabilidades de que el otro desarrollara diabetes de tipo 2.
Se entrevistó entonces a los participantes cada dos años y medio desde 1998 hasta 2015. Allí pudieron observar que algunos participantes informaron haber descubierto que padecían diabetes tipo 2 tras realizarse pruebas clínicas. Para lograr una mejor precisión, los resultados se ajustaron dependiendo de los factores potenciales que podrían contribuir al riesgo de desarrollar diabetes de tipo 2, como la edad, la etnia, el estatus socioeconómico y el nivel de obesidad (determinado por el índice de masa corporal y por la medida de la cintura).
Tras el seguimiento a lo largo de 11 años y medio, los autores del estudio descubrieron que 12,6 de cada mil hombres desarrollaban diabetes de tipo 2 y, en el caso de las mujeres, la cifra ascendía a 8,6.
En un primer momento, los investigadores no encontraron signos estadísticamente relevantes, más allá del hecho de que estar casado con una mujer diabética incrementa el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. Sin embargo, después de un análisis más exhaustivo, llegaron a la conclusión de que particularmente un hombre casado con una mujer obesa tenía más probabilidades de desarrollar diabetes de tipo 2 durante el periodo de seguimiento.
Por cada 5 kilos más de índice de masa corporal en la mujer, las probabilidades del hombre de desarrollar diabetes de tipo 2 aumentaban un 21%. En otra investigación, los autores analizaron si el desarrollo de la obesidad a lo largo de los años variaba si las parejas de los más de 7 mil participantes del estudio tenían diabetes de tipo 2.
Los investigadores que llevaron a cabo el estudio -que se realizó únicamente con parejas heterosexuales- pudieron comprobar que las personas mayores de 55 años que convivían con un cónyuge con diabetes de tipo 2 tenían unos niveles de obesidad mucho más elevados en comparación con los individuos cuyas parejas no padecían diabetes.
"Este es el primer estudio en investigar las consecuencias específicas en cada sexo de la obesidad y la propensión a la diabetes en el matrimonio. Si un hombre está casado con una mujer que padece obesidad, aumenta su riesgo de desarrollar diabetes; en cambio, las mujeres casadas con un marido obeso no tienen ningún riesgo añadido más allá de su propio nivel de obesidad", explicaron los autores del estudio. "Los resultados indican que si una persona padece obesidad es recomendable que su cónyuge investigue si tiene antecedentes familiares de diabetes".
"Reconocer el riesgo compartido en un matrimonio puede ayudar a la detección de la diabetes y servir de motivación a las parejas para comer más sano y aumentar el nivel de actividad", indicaron. "Que uno de los dos miembros de la pareja padezca obesidad o diabetes de tipo 2 puede dar pie a que el otro empiece a controlar el peso de forma regular y a informarse de si tiene antecedentes familiares de diabetes. En concreto, es recomendable que los hombres cuyas mujeres tienen obesidad lleven un seguimiento un poco más detallado".
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