Vitamina D: por qué es el nutriente esencial en la nueva pirámide alimenticia

El suplemento que se adquiere principalmente mediante la exposición al sol tiene un papel importante en el sistema inmune. La llegada de la época invernal puede agudizar el déficit, aumentando el riesgo a contraer distintas enfermedades. Las explicaciones a Infobae del máximo referente mundial

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El suplemento es fundamental para
El suplemento es fundamental para el hueso y para el músculo porque favorece la absorción del calcio (iStock)

Realizar un balance energético, cocinar de manera saludable, beber de cuatro a seis vasos de agua como mínimo e incluir en la rutina diaria 60 minutos de actividad física o, en su defecto, 10.000 pasos por jornada. Cada una de estas premisas forma parte de las nuevas Guías Alimentarias presentadas por la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria. La novedad en esta ocasión fue la inclusión de los suplementos nutricionales. El organismo europeo destacó la especial importancia de la vitamina D en la pirámide de alimentación.

El nutriente es conocido y recomendado por sus múltiples beneficios, siendo el principal favorecer la regulación de los niveles de calcio y fósforo, de modo que previene ciertas enfermedades como el raquitismo y la osteoporosis. Diferentes investigaciones lo consideraron esencial para prevenir diversas enfermedades. Y los réditos no terminan allí, ya que también puede proteger contra resfríos, gripes y otras infecciones respiratorias, tal como lo afirmó un reciente estudio publicado en el British Medical Journal (BMJ).

La nueva pirámide de la
La nueva pirámide de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria

La vitamina D se sintetiza cuando la piel se expone directamente al sol. Por lo tanto, en la comunidad médica se aconseja una breve exposición a los rayos solares, que debe durar la mitad del tiempo que tarda la piel en enrojecerse (15 minutos si lo hace en media hora). Durante esos pequeños lapsos se debe prescindir de los protectores. Los horarios adecuados son la mañana temprano y la última hora del día. Por el factor climático, la llegada de la época invernal agudiza el déficit, algo que se asocia a un mayor riesgo de diabetes, algunos tipos de cáncer y trastornos mentales.

En su visita por Argentina, Michael F. Holick, profesor de medicina, fisiología y biofísica del Boston University Medical Centery, le comentó a Infobae que "ante una deficiencia de vitamina D los síntomas son muy poco específicos. Durante el invierno duelen los huesos, los músculos, y uno suele decir: 'Estoy muy cansado, trabajo demasiado'. Ese es un signo clásico de deficiencia de vitamina D".

Por los amplios beneficios, los
Por los amplios beneficios, los especialistas recomiendan los suplementos vitamínicos (iStock)

Pero además, el máximo referente mundial en investigación sobre el suplemento remarcó otro problema, orientado a poca dimensión real de su importancia y la poca difusión de la temática. En ese sentido, consideró que la evaluación de la hidroxivitamina D "es un estudio que es costoso y no es demasiado preciso. Por eso es importante comunicar el rol clave de la vitamina e informar para invitar a que todos le refieran al médico la preocupación por la deficiencia de vitamina D".

Pero el déficit mundial de la vitamina D también tiene otra explicación: "Estamos en un momento socio-histórico complicado, de difícil resolución. El ser humano siempre ha dependido del sol para su requerimiento de vitamina D, pero durante los últimos cuarenta años los dermatólogos le dicen a la gente 'nunca se exponga al sol directo', entonces por eso ya no hay vitamina D", amplió el especialista.

La exposición al sol es
La exposición al sol es la principal fuente para incorporarla (iStock)

Ante la dificultad de incorporarla por medio de los rayos solares, ajustar la dieta es clave. Pocos alimentos contienen naturalmente cantidades significativas de la vitamina. En general, son los potencialmente grasos. El pescado (salmón, bacalao, sardinas), los lácteos y cereales son algunas de las mejores fuentes.

Por los frutos para el organismo, es significativa la necesidad de producirla durante toda la vida y en todas las etapas. En los niños, el primer año de vida es central. Las sociedades internacionales de pediatría y la Academia Americana de Pediatría recomiendan 400 UI (Unidades Internacionales) por día (aproximadamente 10 microgramos). En el caso de niños y adultos, las sociedades de endocrinología internacionales sugieren entre 600 y 1000 UI (Unidades Internacionales) por día. Con ajustes en los casos de personas que sufren obesidad.

Holick puntualizó como vital la valoración de la exposición al sol y la obtención de la vitamina en la dieta, a sabiendas de que esto solo no alcanza. "Son recomendables los suplementos vitamínicos tanto en niños como adultos y el consumo de productos lácteos", sostuvo.

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