Este es el superalimento producido en Perú que previene el cáncer, reduce el riesgo de diabetes y mejora la salud del corazón

En Perú, existen diversas variedades de este superalimento, entre ellas las verdes y negras. Esta diminuta pero nutritiva fruta se cultiva en regiones como La Libertad, Ica, Lima, Moquegua, Arequipa y Tacna.

Según el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur), la planta de este superalimento presenta una marcada estacionalidad ya que, entre abril y julio se obtiene el 97 % de la producción. La cosecha de la variedad verde de esta fruta empieza a fines de febrero y se extiende hasta abril, mientras que la variedad negra se realiza entre mayo y julio.

La mayoría de las semillas cultivadas en el país provienen de Portugal, España e Italia y, entre las variedades más comunes de esta superalimento, en el Perú se encuentran las siguientes: Sevillana, Ascolana, Liguria, Gordal, Manzanilla y Pendolino.

El placer de consumir este superalimento producido en Perú en su estado natural es la forma más común de consumo, aunque también se puede encontrar en forma de snacks y productos congelados. Se trata de la aceituna que, además de su delicioso sabor, tiene diversos beneficios para la salud: previene el cáncer, reduce el riesgo de diabetes y mejora la salud del corazón.

La aceituna, cuyo nombre científico es Olea europaea L., es el fruto del olivo, un árbol perteneciente a la familia de las oleáceas, que puede alcanzar una altura de alrededor de 15 metros.

El tronco del olivo es ancho, erecto y de color plomo claro, con numerosas protuberancias y fisuras. Sus hojas son opuestas y lanceoladas y pueden medir hasta 8 cm de longitud. Las flores del olivo son diminutas y tienen cuatro pétalos blanquecinos y una fragancia intensa.

Los frutos del olivo, las aceitunas, son drupas comestibles de forma ovoidea, que miden entre 1 y 4 cm de longitud y de 0.6 a 2 cm de diámetro, con un solo hueso en su interior. Inicialmente verdes, las aceitunas se tornan negras a medida que maduran.

Es de esta fruta de donde se extrae uno de los aceites más valorados en la gastronomía mundial: el aceite de oliva.

Existe un vínculo entre el consumo de aceite de oliva y la reducción del riesgo de cáncer, tal como lo demuestra un estudio de 2021 publicado en Academic Press, plataforma de textos académicos. En esta investigación se concluye que el aceite de oliva, al estar compuesto de ácidos grasos, fenólicos y tocoferoles, estos interactúan con las células impidiendo el crecimiento y la proliferación de tumores al producir la apoptosis en diversas células tumorales.

La apoptosis es un tipo de muerte celular caracterizado por una secuencia de procesos moleculares que llevan a la célula a su autodestrucción. Este mecanismo es utilizado por el organismo para eliminar células innecesarias o anormales. En las células cancerosas, el proceso de apoptosis puede estar inhibido.

Además, también se ha encontrado evidencia de que el aceite de oliva atenúa el microambiente inflamatorio en el cuerpo y con ello la progresión del cáncer.

El consumo de aceite de oliva ayuda al cuerpo a regular la glucosa o azúcar en sangre, por lo que previene la diabetes tipo 2.

El tipo 2 es la forma más común de diabetes, se trata de una condición que se presenta cuando los niveles de glucosa o azúcar en la sangre son excesivamente altos. La glucosa en la sangre es la principal fuente de energía y se obtiene principalmente de los alimentos consumidos. Cuando la glucosa no está regulada puede conducir al desarrollo de diabetes tipo 2.

En un estudio de 2017, publicado en una revista especializada en nutrición y diabetes, se realizó un análisis para detectar los efectos del aceite de oliva sobre el control glucémico en pacientes con diabetes tipo 2. Los investigadores comprobaron que el consumo de aceite de oliva redujo en un 16% el riesgo de diabetes tipo 2. Por lo tanto, se concluyó que el aceite de oliva es beneficioso para la prevención y el tratamiento de diabetes tipo 2.

Las aceitunas son conocidas por ser ricas en grasas, pero muchas de estas son insaturadas y están compuestas por omega-3, omega-6 y otros ácidos grasos beneficiosos para la salud.

Los ácidos grasos omega-3 y omega-6 son grasas saludables que previenen la formación de placas en las paredes arteriales, una enfermedad conocida como aterosclerosis, que puede desencadenar diversas afecciones cardíacas.

Por otro lado, el principal componente graso de las aceitunas es el ácido oleico, un nutriente que contribuye a la prevención de enfermedades cardiovasculares al disminuir el colesterol LDL (conocido como “colesterol malo”) y aumentar el HDL (conocido como “colesterol bueno”).

En otras palabras, el consumo regular y moderado de las aceitunas, al disminuir el colesterol, mejora la salud del corazón porque ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares y evitar el endurecimiento de las arterias.