A mediados de agosto de 2022, el Ministerio de Salud del Perú (Minsa) informaba que entre enero y agosto de ese año se habían realizado más de 4 millones de atenciones de salud mental a nivel nacional.
Entre los trastornos mentales más comunes la ansiedad ocupaba el primer lugar, al ser el problema más diagnosticado entre los peruanos.
Sin embargo, todavía existe desinformación o prejuicios en torno a qué es la ansiedad, por eso para quienes conocen a personas que tienen este trastorno mental resulta difícil saber cómo brindar apoyo a familiares, amigos o compañeros de trabajo.
La ansiedad
Sentir ansiedad de manera ocasional es una parte normal de la vida. Sin embargo, las personas que padecen trastornos de ansiedad suelen experimentar preocupaciones y miedos intensos, excesivos y persistentes sobre situaciones cotidianas. Estos trastornos mentales a menudo incluyen episodios recurrentes de ansiedad intensa, miedo o terror que alcanzan su punto máximo en cuestión de minutos, conocidos también como ataques de pánico.
Estos sentimientos de ansiedad y pánico interfieren con las actividades diarias, son difíciles de controlar, desproporcionados respecto al peligro real y pueden persistir durante mucho tiempo. En un intento por prevenir estos sentimientos, las personas pueden evitar ciertos lugares o situaciones.
Los síntomas de la ansiedad pueden comenzar en la infancia o adolescencia y continuar en la edad adulta.
Tipos de ansiedad
Los trastornos de ansiedad abarcan una variedad de condiciones, cada una con sus propios síntomas y características. Estos son algunos de los tipos de ansiedad más comunes:
- Agorafobia: implica un miedo intenso a lugares o situaciones que podrían causar pánico, hacer sentir atrapado, indefenso o avergonzado, lo que lleva a evitarlos de manera sistemática.
- Trastorno de ansiedad generalizada: caracterizado por una ansiedad y preocupación persistentes y excesivas sobre actividades o eventos cotidianos. Esta preocupación es generalmente desproporcionada y difícil de controlar, afectando el bienestar físico y apareciendo frecuentemente junto a otros trastornos de ansiedad o depresión.
- Trastorno de pánico: Se manifiesta en episodios recurrentes de ansiedad intensa y miedo o terror que alcanzan su punto máximo en minutos, conocidos como ataques de pánico. Estos episodios pueden incluir dificultad para respirar, dolor en el pecho y palpitaciones cardíacas, generando temor de que vuelvan a ocurrir o llevando a evitar las situaciones que los desencadenaron.
- Trastorno de ansiedad social o fobia social: Involucra altos niveles de ansiedad y miedo en situaciones sociales, debido a la preocupación por ser juzgado negativamente. Puede llevar a la evitación de estas situaciones y afectar considerablemente la vida diaria.
6 consejos para ayudar a una persona que sufre ansiedad
Si alguien conoce a una persona que sufre de algún trastorno de ansiedad, que, por cierto, puede incluir ataques de ansiedad eventuales, es importante saber cómo brindarle apoyo, ayuda o compañía:
- Pensar cómo acercarse: la manera en que nos dirigimos a un amigo o compañero de trabajo es diferente de cómo conversamos con una pareja, padre o hijo. Hay que tener en cuenta qué tipo de relación que tiene con la persona y cuál será el método más efectivo para acercarse. Es fundamental evaluar si la persona será receptiva o si se pondrá a la defensiva para que el acercamiento se reciba de manera positiva.
- Preguntar primero: es mejor comenzar preguntándole a la persona cómo se siente. A menudo, la respuesta inicial será “estoy bien”. Por eso hay que prepararse para indagar más. Se puede mencionar que ha observado ciertos comportamientos en la persona como que está poco comunicativa, agitada o duerme mucho, y preguntar más al respecto.
- Escuchar activamente: a veces, solo es necesario escuchar. Hay que evitar interrumpir o intentar actuar como un profesional de la salud mental. Es más adecuado prestar atención al propio lenguaje corporal, escuchar atentamente y tratar de ofrecer palabras de aliento.
- Validar sentimientos: explicar que los sentimientos de esa persona son normales. Todos sienten ansiedad en algún momento. Compartir que también se ha experimentado ansiedad y comprender lo difícil que puede ser es necesario para validar los sentimientos de la otra persona y evitar minimizarlos.
- Sugerir recursos: preparse para ofrecer una lista de recursos. Esto puede incluir nombres y números de teléfono de médicos, terapeutas o centros de salud mental comunitarios. Estos recursos son útiles si la persona está lista para buscar ayuda profesional.
- Hacer seguimiento: el seguimiento es una parte importante. Después de la conversación, mantenerse en contacto diariamente o cada dos días para ver cómo está la persona con ansiedad. También se puede preguntar si ha llamado a algún profesional de la salud mental y si aún no lo ha hecho, animarla a que lo haga.