La primera pregunta que nos surge es sencilla: ¿Se puede contraer una alergia en el embarazo? Antes que nada, aclaremos entonces qué es ser alérgico.
Según el alergista infantil Marcelo Jorge Kohan, las alergias son respuestas exageradas del organismo a sustancias del medio ambiente, que la manifiestan seres predispuestos genéticamente, y que en los no alérgicos no dan síntomas.
Respondiendo ahora sí a la pregunta anterior, la obstetra Gisela Acuña aclara que si la mujer no es alérgica es poco probable que debute en el embarazo, pero como ésta es una condición fisiológica donde las defensas están disminuidas, algunas embarazadas pueden notar exacerbadas sus respuestas alérgicas.
Cuidados especiales
Si estás embarazada y definitivamente sos alérgica, los especialistas recomiendan evitar el contacto con los alérgenos desencadenantes tales como el polvo, el polen de algunas plantas, el contacto con algunos perfumes, detergentes, cremas o la ingesta de algunos alimentos alergénicos.
"Los cuidados incluyen airear y ventilar los ambientes, utilizar la aspiradora de polvo para la limpieza del hogar, el lavado frecuente de las manos y la inmunoterapia con vacunas. Eso sumado a una alimentación rica en vitamina C y ácido fólico, contribuye a mejorar el estado inmunológico y fortalecer el sistema de defensa del organismo", sostiene Acuña.
100% genética
En cuanto al bebé, "la susceptibilidad de tener alergias se encuentra dentro de los genes, por lo que existe la probabilidad de que la herede", aclara la obstetra. Y Kohan agrega que cuando la mamá es alérgica, tiene alrededor del 50% de posibilidades de tener un hijo alérgico, lo que se llama predisposición. Si ambos progenitores son alérgicos esa predisposición asciende a alrededor del 75%.
Prevención
Asimismo el alergista sostiene que las alergias más frecuentes en los bebés son las alergias a alimentos, en los dos primeros años de vida. Más adelante se agregan las alergias a los inhalantes (ácaros del polvo doméstico, mascotas, etc.), que se manifiestan con síntomas como los eccemas atópicos, rinitis persistente y en ocasiones con broncoespasmos (obstrucción bronquial) recurrentes.
"Lo que se hace en los más pequeños es prevención secundaria, es decir, individualizar los desencadenantes de las enfermedades que se caratulan como alérgicas, para tratar de interferir con la evolución las mismas.
¿Cómo? Con los tratamientos que corresponden según la intensidad del cuadro clínico, con la frecuencia de los mismos, etc. Se trata de los medicamentos o las vacunas para alergia, que son las que interfieren con la evolución de la enfermedad", explica Kohan. Y agrega que una vez que aparecieron los cuadros de alergia, dependiendo de la edad, hay distintos marcadores en sangre, test cutáneos, y clínicos que ayudan al diagnóstico.
"Por ejemplo, un niño en los primeros años de vida, en las estaciones frías puede presentar catarros a repetición. Si además de los catarros existen antecedentes familiares, se fuma en la casa y también presenta eccemas, intolerancia a alimentos, etc., debería plantearse casi con certeza de que se trata de una alergia", comenta el profesional.
Factores desencadenantes
Los especialistas recalcan que las alergias son producto de la interacción entre la predisposición y factores medioambientales como pueden ser: fumar activa y pasivamente, mascotas en la casa, hábitos alimentarios, vivir cerca de las carreteras y grandes urbes, las infecciones virales de vías aéreas en los primeros años de vida, etc.
"Más allá de esto, la predisposición viene con uno. La interacción con el medio ambiente las hace notables" apunta Kohan.
Alergias clásicas
Los profesionales destacan que las alergias son todas diferentes y que los síntomas tienen que ver con el órgano de choque (piel, nariz, bronquios, intestinos). Para saber cuáles son las más típicas junto con sus síntomas explican:
*Rinitis alérgica: estornudos, secreción acuosa, picazón de nariz, obstrucción nasal.
*Asma bronquial: *Asma bronquial: en los más pequeños se manifiesta por tos persistente, tos por ejercicio, risa, etc. Bronco constricción con silbidos en el momento de expeler el aire de los pulmones, sensación de opresión en el tórax, dificultad respiratoria leve, moderada o severa.
*Urticarias: piel seca, picazón intensa, lesiones eccematosas.
Medicamentos en el embarazo
La Dra. Gisela Acuña dice que el tratamiento medicamentoso en el embarazo debe ser individualizado. "En términos generales, en el primer trimestre se evita cualquier tipo de medicamentos, y a partir de entonces, se pueden utilizar bajo supervisión medica".
Teniendo en cuenta que las embarazadas no participan de los ensayos clínicos, se utilizan medicamentos que demostraron ser seguros en estudios con animales preñados. Estos se llaman de categoría B para la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU) y aquí se incluyen los antialérgicos de última generación, la mayoría de los descongestivos, aerosoles nasales, antihistaminicos con o sin esteroides, etc.
Por otro lado, la médica comenta que recientemente la FDA prohibió la inclusión de la Fenilpropanolamina en los descongestivos ya que puede tener efectos secundarios graves. Aconseja entonces, que en la consulta al obstetra, le pidamos la lista de los medicamentos permitidos, ya que algunos de ellos son de venta libre.
Por Gloria Kaspar / Asesoraron: Dra. Gisela Acuña, obstetra, Profesora de la Facultad de Medicina de la Fundación Barceló, M.P. 2.949 y Dr. Marcelo Jorge Kohan, alergista infantil de FUNDALER (Fundación de Asma y Alergia), M.N. 34.088.
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