[Esta nota fue escrita con el asesoramiento de la licenciada Milagros García Arguijo]
¡Cuántos dolores de cabeza me hubiese evitado si me hubieran enseñado nutrición en mi casa o en la escuela! Lamentablemente, nunca aprendí de chica, y hoy pago las consecuencias de grande.
La infancia es un momento de mucho aprendizaje, y es también el momento en donde aprendemos a comer: aprendemos qué comer, cómo saber cuándo estamos satisfechos y aprendemos, además, a relacionarnos con la comida. Y no solo eso, podríamos aprender, además, cómo algunos alimentos favorecen o atentan contra el desarrollo cognitivo.
La alimentación no sólo tiene que ver con la comida, sino también con el impacto que esta tiene sobre nuestro rendimiento en diversas áreas, y en los niños, sobre todo, en el rendimiento escolar.
El desayuno y el desempeño escolar
Hay niños que no desayunan. Ya sea porque no han adquirido el hábito, porque no tienen hambre, o porque la familia no lo considera importante, van a la escuela sin esta primera comida tan necesaria para arrancar la jornada escolar.
Un desayuno nutritivo que combine lácteos, frutas y cereales aporta los niveles necesarios de energía para afrontar el día, además favorece el control de peso, evita los famosos picoteos (principalmente de alimentos NO nutritivos), y mejora el rendimiento cognitivo de los chicos. En otras palabras, un niño que no desayuna podría tener problemas para concentrarse en clase, para prestar atención, e inclusive para aprender. Es responsabilidad de la familia, es decir de los adultos, la de generar el hábito. Algunas ideas que podrían servir:
- En aquellos casos en donde a los chicos les cuesta levantarse para desayunar, podemos intentar que se acuesten un poco antes para poder levantarse con el tiempo necesario para poder desayunar, de tal manera de incorporar los nutrientes esenciales para arrancar la jornada escolar.
- Si no tienen hambre, debemos chequear qué, cuánto y cuándo cenan la noche anterior. Es posible que estén comiendo en exceso, muy tarde, o tal vez que necesiten alimentos más livianos que favorezcan el descanso, por su rápida digestión-absorción y esto permitirá la necesidad fisiológica de incorporar alimentos en el inicio del día.
- Si cada uno desayuna lo que puede, cuando puede, y no está instaurado el hábito del desayuno familiar, tal vez ayude dejar algo a mano para que los chicos puedan prepararse solos: desde un yogur en la heladera, una fruta o algo fácil de resolver.
Un snack de media mañana
A media mañana, especialmente si no desayunaron bien, o si tienen hambre, podemos alentarlos a consumir un snack. Un snack no es una golosina. Un snack puede ser una porción de fruta (que aguanta perfectamente en una bolsita o contenedor plástico, tal vez con una gotitas de limón si se las mandamos ya cortada), frutos secos, un turrón, pochoclos, tutucas o algo por el estilo.
En el caso del turrón o de las tutucas, preferentemente cada tanto, porque pueden contener mucha azúcar o sal. Idealmente, sería mejor enfocarnos en alimentos nutritivos y naturales.
¿Por qué un snack? Las neuronas consumen glucosa y oxígeno. Cuanto más exigente la actividad cognitiva, más necesitamos de este “combustible”.
Para entenderlo bien, la glucosa es para el cerebro lo que el combustible para un automóvil.
Un bajo nivel de oxígeno y de glucosa produce una sensación de somnolencia, de cansancio. Una porción moderada de fruta, en el recreo, puede elevar el desempeño del cerebro generando mayor atención y mejorando la memoria. El agua también es necesaria para tener un cerebro saludable. ¡No nos olvidemos que el estrés deshidrata!
El almuerzo: ¿comedor, en casa o viandas?
Algunos alumnos almuerzan en el comedor de la escuela, otros vuelven a sus casas, y otros utilizan viandas.
Salvo el caso de los chicos vegetarianos o veganos, que tendrán un plan alimentario especial con un seguimiento con un profesional para evitar las carencias nutricionales en esta etapa de desarrollo y crecimiento, dentro de nuestras posibilidades, es importante darles a los chicos una comida variada que incluya frutas y verduras, proteínas de origen animal como las carnes (vacuna, pescado, pollo o cerdo) y proteínas de origen vegetal, a través de las legumbres, tratando de evitar las carnes procesadas como las salchichas o los embutidos.
Algunas ideas:
Fideos con pollo y vegetales
Colación: fruta
Milanesa empanada en avena
Colación: galletitas sin relleno.
Nuggets caseros, empanados con avena
Colación: Manzana
Como docentes debemos alentar una buena salud del cerebro para que nuestros alumnos puedan aprender más y mejor. Esto se da generando conciencia a alumnos y sus familias.
En el aula, podemos trabajar algún proyecto en donde los alumnos puedan entrevistar a algún experto, o investigar por sus propios medios, y juntos, aprender y debatir acerca de:
-¿Qué diferencias hay entre nutrición y alimentación?
-¿Cambia la nutrición dependiendo de la edad de las personas?
-¿Qué otros factores influyen en la nutrición?
-¿Cuántas comidas hay que hacer al día?
-¿Qué importancia tiene el desayuno en nuestro desarrollo cognitivo?
-¿Qué snacks convienen hacer a media mañana?
-¿Qué alimentos pueden sustituir a otros?
-¿Cómo se conforma un buen equilibrio nutricional?
-¿Qué importancia tiene el agua en la nutrición?
-¿Qué impacto tiene la nutrición en el desempeño deportivo?
…Entre otras.
Todas las escuelas deberían tener un plan que trascienda lo estrictamente curricular, y que eduque en aspectos como la necesidad de una buena nutrición y ejercicio. Deberían, además, ofrecer kioscos saludables, que ofrezcan productos varios, pero si tienen exceso de grasas, azúcar o sal, al menos que se presenten en porciones pequeñas, y además, fruta en diversas y atractivas presentaciones (fruta entera, ensalada de fruta, brochette de fruta), frutos secos, yogur descremado, semillas, y muchas oportunidades para que los chicos tomen agua y se muevan. De esa manera no solo estaremos favoreciendo una vida más saludable sino además estaremos generando las mejores condiciones para aprender.