De forma redonda y del tamaño de un limón, el rábano es una hortaliza que se caracteriza por su tallo ramoso, cáscara de colores rojizos, pulpa blanca, así como un sabor jugoso y ligeramente picante.
Pese a sus características altamente conocidas, existe una gran variedad de rábanos que se diferencian tanto en tamaño, como forma y hasta color, que va desde el blanco y hasta el negro, pasando incluso por el amarillo.
El nombre científico de esta picosa y jugosa hortaliza es raphanus sativus L., forma parte de la familia de las crucíferas y se cree que es originaria de China.
El rábano generalmente se consume crudo, solo o en ensaladas, bocadillos y otras preparaciones. Muchas personas prefieren evitarlo por su sabor fuerte, sin embargo, este puede suavizarse si se hierve o se guarda en el refrigerador por unos días.
Cabe mencionar que no solo se usa la hortaliza del rábano, sino también sus hojas, las cuales se preparan cocinadas de forma similar a la espinaca, también en infusiones y guisos.
Mucha gente desconoce las propiedades medicinales y nutrientes que contiene el rábano, aquí te vamos a contar algunas de ellas de acuerdo con información del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de España y la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural de México.
Los nutrientes del rábano
Primero abordemos la lista de nutrientes que contiene el rábano y por lo cual su consumo puede ser beneficioso para nuestra salud.
Esta picante hortaliza roja es un alimento con un bajo aporte calórico gracias a su alto contenido en agua y poco nutrientes energéticos, como lo son las proteínas, hidratos de carbono y lípidos.
Además del agua, el principal componente de este alimento son las proteínas y la fibra, mientras que en su contenido vitamínico destaca la vitamina C y entre los minerales el hierro y el yodo.
Propiedades medicinales del rábano
El consumir rábano no solo aportas nutrientes a tu cuerpo para su mejor funcionamiento, sino que también puede ayudar a combatir y prevenir algunos padecimientos.
Por ejemplo, el hierro es fundamental para la formación de la hemoglobina en la sangre y de la mioglobina del músculo, mientras que el yodo es indispensable para el buen funcionamiento de la glándula tiroides, la cual regula el metabolismo e interviene en los procesos de crecimiento.
El consumo de rábano aumenta la secreción de bilis en el hígado, dándole un efecto colerético, lo que significa que estimula la producción de bilis en las células hepáticas, a la vez que facilita el vaciamiento de la vesícula biliar, es decir, ofrece una acción colagoga, lo que provoca la evacuación de la bilis desde la vesícula biliar.
Los rábano contienen un compuesto de azufre con acción antioxidante, es decir, que protege a quien la consume frente a la oxidación de los lípidos sanguíneos, lo cual previene el envejecimiento prematuro, enfermedades cardiovasculares y hasta algunos tipos de cáncer.
Estas sustancias también son en parte responsables de los efectos diurético y digestivo de los rábanos, quienes ayudan al funcionamiento de riñones, vesícula y el sistema circulatorio en general.
Además, el caldo producto del cocimiento del rábano resulta un excelente auxiliar en enfermedades respiratorias y desordenes gástricos.
Contraindicaciones y efectos secundarios del rábano
Aunque es una planta altamente utilizada, se debe tener en consideración sus efectos secundarios y contraindicaciones a la hora de comerla.
Al ser conocido por su sabor picante, el rábano puede causar irritación en el tracto gastrointestinal en algunas personas, especialmente si se consume en grandes cantidades o si tienen sensibilidad digestiva.
Al igual que otros alimentos de la familia de las crucíferas, como el brócoli o la coliflor, el rábano puede desencadenar reacciones alérgicas en algunas personas. Los síntomas pueden incluir picazón, hinchazón, sarpullido o dificultad para respirar.
El rábano puede tener interacciones con ciertos medicamentos. Por ejemplo, puede aumentar el riesgo de sangrado en personas que toman medicamentos anticoagulantes, como la warfarina, debido a su contenido de vitamina K.
En el mismo sentido, las personas con problemas digestivos como úlceras estomacales, colitis u otros trastornos gastrointestinales pueden experimentar exacerbación de los síntomas al consumir rábano, debido a su naturaleza picante y su capacidad para irritar el tracto gastrointestinal.
Debido a su contenido de oxalatos, el rábano podría aumentar el riesgo de formación de cálculos biliares en algunas personas. Aquellos con antecedentes de cálculos biliares o susceptibilidad a los mismos deben consultar a un médico antes de consumir rábano en grandes cantidades.
Aunque no hay evidencia sólida que indique que el rábano sea perjudicial durante el embarazo o la lactancia, siempre es recomendable consultar con un médico antes de incluir alimentos nuevos en la dieta durante estos períodos, para garantizar la seguridad tanto de la madre como del bebé.