Para qué sirve la espinaca como planta medicinal

Cuando se trata de verduras saludables, una de las que más destaca en la cultura popular es la espinaca, aquel alimento que se hizo famoso gracias a “Popeye”, el protagonista de las tiras cómicas y cortometrajes de dibujos animados.

Esta verdura cuenta con una larga lista de propiedades que trae beneficios a la salud para quien la consume, pero también tiene una serie de contraindicaciones que deben seguirse para evitar desagradables efectos secundarios, de acuerdo con el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de España, así como la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural de México.

El nombre científico de la espinaca es spinacia oleracea y forma parte de la familia de las quenopodiáceas, que se caracteriza por sus hojas grandes y su color verde muy oscuro.

La espinaca, probablemente, proviene de la antigua Persia en lo que actualmente es Irán, aunque los primeros registros provienen de China, donde llegó en siglo VII como un regalo para el emperador. Esta verdura fue introducida por los moros a España en el siglo XI, de ahí se extendió por el resto de Europa y luego al resto del mundo tras la conquista.

Las propiedades medicinales de las espinacas radican en su alto contenido en vitaminas y minerales. Este alimento aporta una gran cantidad de folatos, vitamina C y vitamina A, así como cantidades inferiores pero importantes de vitamina E, B6 y riboflavina.

Las espinacas aportan un contenido muy alto en betacarotenos, un compuesto que, además de transformarse en vitamina A en nuestro organismo, desempeña acciones antioxidantes y estimuladoras del sistema inmune.

Esto quiere decir que las espinacas protege a quien las consume frente a la oxidación de los lípidos sanguíneos, lo cual previene el envejecimiento prematuro, enfermedades cardiovasculares y hasta algunos tipos de cáncer.

Además, esta verdura aporta una cantidad apreciable de fibra, tanto soluble como insoluble, que favorece el tránsito intestinal, previene el cáncer de colon y las enfermedades cardiovasculares.

Otros de sus nutrientes son la luteína y la zeaxantina las cuales, pese a no tener actividad provotamínica A como lo betacarotenos, resultan beneficiosas para la conservación de la agudeza visual y previene el desarrollo de cataratas.

La espinaca tiene una elevada proporción de magnesio, potasio, fósforo, calcio y hierro. Aunque en el caso del hierro, al ser “no hemo” se absorbe con mayor dificultad, sin embargo, algunos de sus factores dietéticos —como la vitamina C— mejoran notablemente su absorción.

Aunque es un alimento altamente consumido, existen una serie de contraindicaciones que deben seguirse ante su consumo humano para evitar efectos secundarios no deseados.

Es importante señalar que debido al alto contenido de ácido oxálico, no se recomienda consumir la espinaca en exceso en personas con tendencia a la formación de cálculos renales, gota, reuma y artritis.

La presencia de de ácido oxálico, que se combina con minerales como lo son el hierro, magnesio, calcio, entre otros, puede formar oxalatos que agraven dichos padecimientos.

En algunas personas, el alto contenido de fibra en la espinaca puede causar problemas gastrointestinales como hinchazón, gases o diarrea, especialmente si se consume en grandes cantidades. Aquellas personas propensas a problemas digestivos deben tener cuidado con el consumo excesivo de espinaca

Al igual que con cualquier alimento, algunas personas pueden ser alérgicas a la espinaca. Los síntomas de alergia pueden incluir urticaria, picazón, hinchazón, dificultad para respirar y otros síntomas. Las personas con alergias alimentarias deben evitar el consumo de espinaca y buscar atención médica si experimentan síntomas.

Cabe mencionar que si se está usando esta y cualquier otra planta como auxiliar ante un padecimiento, lo mejor es hacérselo saber al médico.