Qué es la anemia, cuáles son su síntomas y cómo se quita

El tratamiento de esta enfermedad que puede poner en riesgo tu salud va desde cambiar hábitos alimenticios y suplementos, hasta cirugías, trasplantes y quimioterapias

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El cansancio es una de las principales señales de la anemia (Imagen Ilustrativa Infobae)
El cansancio es una de las principales señales de la anemia (Imagen Ilustrativa Infobae)

La anemia es una afección en la cual el paciente carece de suficientes glóbulos rojos sanos para transportar un nivel adecuado de oxígeno a los tejidos del cuerpo provocando sentimientos de cansancio y debilidad, según explica la organización sin fines de lucro y especializada en salud, Mayo Clinic.

También conocida como nivel bajo de hemoglobina, existen varios tipos de la enfermedad, cada una con su propia causa, puede ser temporal o prolongada y puede variar de leve a grave. En la mayoría de los casos, la anemia tiene más de una causa.

Los tratamientos para la anemia, que dependen de la causa, abarcan desde tomar suplementos hasta someterse a procedimientos médicos. Se puede prevenir algunos tipos de anemia si sigues una dieta saludable y variada.

Síntomas y factores de riesgo

Uno de los principales síntomas de la anemia es la fatiga (Getty Images)
Uno de los principales síntomas de la anemia es la fatiga (Getty Images)

Los síntomas de la anemia varían según la causa y la gravedad de la misma, de acuerdo con Mayo Clinic. Según las causas de la enfermedad, es posible que incluso no se tengan síntomas.

Los signos de anemia, si se presentan, podrían incluir:

  • Fatiga
  • Debilidad
  • Piel pálida o amarillenta
  • Latidos del corazón irregulares
  • Dificultad para respirar
  • Mareos o aturdimiento
  • Dolor en el pecho,
  • Manos y pies fríos
  • Dolores de cabeza.

Al principio, la anemia puede ser tan leve que no se nota, pero los síntomas empeoran a medida de que avanza la enfermedad.

Además, existen varios factores de riesgo señalados por Mayo Clinic que aumentan la posibilidad de contraer anemia como una dieta carente de vitaminas y minerales, trastornos intestinales, la menstruación, el embarazo, afecciones crónicas, antecedentes familiares e incluso la edad.

Una dieta consistentemente baja en hierro, vitamina B-12, folato y cobre incrementa el riesgo de anemia; al igual que tener un trastorno intestinal que afecta la absorción de nutrientes en el intestino delgado, como la enfermedad de Crohn y la enfermedad celíaca.

Las mujeres embarazadas suelen padecer anemia (Archivo)
Las mujeres embarazadas suelen padecer anemia (Archivo)

Las mujeres que no han tenido menopausia tienen un mayor riesgo de anemia por deficiencia de hierro que los hombres y las mujeres posmenopáusicas; estar embarazada y no tomar un multivitamínico con ácido fólico y hierro, también aumenta el riesgo.

Si se tiene cáncer u otra afección crónica, se podría estar en riesgo de desarrollar anemia por enfermedad crónica, al igual que la pérdida lenta y crónica de sangre por una úlcera u otra fuente dentro del cuerpo puede agotar la reserva de hierro del cuerpo y llevar a que se presente anemia por deficiencia de hierro.

Si la familia del paciente tiene antecedentes de anemia hereditaria, como anemia de células falciformes, también se podría tener un mayor riesgo de padecer esta afección.

Los antecedentes de ciertas infecciones, enfermedades de la sangre y trastornos autoinmunitarios aumentan tu riesgo de padecer anemia. El alcoholismo, la exposición a sustancias químicas tóxicas y el uso de algunos medicamentos, también.

Incluso las personas mayores de 65 años tienen un mayor riesgo de anemia.

Causas y tipos de anemia

La principal causa de la anemia es la falta de hierro y vitaminas (EFE/FERNANDO BIZERRA/Archivo)
La principal causa de la anemia es la falta de hierro y vitaminas (EFE/FERNANDO BIZERRA/Archivo)

La anemia puede deberse a una afección presente al nacer o a una que se desarrolla y se produce cuando la sangre no tiene suficientes glóbulos rojos.

Esto puede suceder si el cuerpo no produce suficientes glóbulos rojos, si el sangrado hace que se pierdan glóbulos rojos más rápidamente de lo que pueden ser reemplazados o si el cuerpo destruye los glóbulos rojos.

Los diferentes tipos de anemia tienen causas diversas. Por ejemplo:

La anemia por deficiencia de hierro, esta es el más común y es causado por la escasez de hierro en el cuerpo. La médula ósea necesita hierro para producir hemoglobina. Sin el hierro adecuado, el cuerpo no puede producir suficiente hemoglobina para los glóbulos rojos.

Este tipo de anemia ocurre en muchas mujeres embarazadas. También es causada por pérdida de sangre (como por el sangrado menstrual abundante), una úlcera en el estómago o en el intestino delgado, cáncer en el intestino grueso y el uso regular de algunos analgésicos que se pueden comprar sin receta médica.

La anemia por deficiencia de vitaminas, que se presenta cuando se carecen de vitaminas, sobre todo la B-12, una de las que se necesitan para producir suficientes glóbulos rojos sanos.

Existen varios tipos de anemia que se distinguen por aquello que los causa (Shutterstock)
Existen varios tipos de anemia que se distinguen por aquello que los causa (Shutterstock)

Una dieta que carezca de estos y otros nutrientes clave puede causar una disminución en la producción de glóbulos rojos. Algunas personas que consumen suficiente B-12 no son capaces de absorber la vitamina. Esto puede derivar en una anemia por deficiencia de vitaminas, también conocida como anemia perniciosa.

La anemia de inflamación que sucede cuando ciertas enfermedades, como el cáncer, el SIDA, la artritis reumatoide, la enfermedad renal, la enfermedad de Crohn u otras enfermedades inflamatorias agudas o crónicas, pueden interferir en la producción de glóbulos rojos.

La anemia aplásica, que es poco frecuente pero potencialmente mortal y puede ser causado por infecciones, ciertos medicamentos, enfermedades autoinmunitarias y exposición a sustancias químicas tóxicas.

La anemia asociada con la enfermedad de la médula ósea que sucede por enfermedades como la leucemia y la mielofibrosis que afectar la producción de sangre en la médula ósea. Los efectos de estos tipos de cáncer y trastornos similares varían de leves a potencialmente mortales.

La anemia hemolítica que se desarrolla cuando los glóbulos rojos se destruyen más rápido de lo que la médula ósea puede reemplazarlos. Ciertas enfermedades de la sangre aumentan la destrucción de los glóbulos rojos.

La anemia de células falciformes la cual es hereditaria y algunas veces grave. La causa una forma defectuosa de hemoglobina que obliga a que los glóbulos rojos adopten una forma anormal de media luna. Estas células sanguíneas irregulares mueren prematuramente y generan una escasez crónica de glóbulos rojos.

Complicaciones de la anemia

La anemia puede provocar problemas cardiacos (Getty Images)
La anemia puede provocar problemas cardiacos (Getty Images)

Si no se la trata, la anemia puede causar muchos problemas de salud, tales como fatiga extrema, complicaciones en el embarazo, problemas cardíacos e incluso la muerte.

La anemia grave puede hacer que el paciente se sienta tan cansado que no pueda realizar tareas cotidianas.

Las mujeres embarazadas que tienen anemia por deficiencia de folato pueden tener más probabilidades de sufrir complicaciones, como un parto prematuro.

La anemia puede derivar en latidos del corazón irregulares o acelerados (arritmia). Cuando se tiene anemia, el corazón bombea más sangre para compensar la falta de oxígeno de esta. Esto puede derivar en un corazón dilatado o insuficiencia cardíaca.

Algunas anemias hereditarias, como la anemia de células falciformes, puede provocar varias complicaciones que ponen en riesgo la vida.

Perder mucha sangre rápidamente genera una anemia aguda y grave y puede ser mortal. Entre los adultos mayores, la anemia está relacionada con un mayor riesgo de muerte.

Prevención

En la mayoría de los casos basta con mejorar la alimentación para prevenir la anemia (Archivo)
En la mayoría de los casos basta con mejorar la alimentación para prevenir la anemia (Archivo)

Muchos tipos de anemia no se pueden prevenir, pero se puede evitar la anemia por deficiencia de hierro y las anemias por deficiencia de vitaminas consumiendo una dieta que incluya una variedad de vitaminas y minerales.

Los alimentos ricos en hierro incluyen carne vacuna y otras carnes, frijoles, lentejas, cereales fortificados con hierro, verduras de hoja verde oscuro y frutas secas.

El folato se pueden encontrar en frutas y jugos de frutas, verduras de hojas verdes oscuras, arvejas verdes, frijoles rojos, cacahuates y productos de granos enriquecidos, tales como pan, cereales, pasta y arroz.

Los alimentos ricos en vitamina B-12 incluyen la carne, los productos lácteos y los productos fortificados a base de cereales y soja.

Los alimentos ricos en vitamina C incluyen frutas y jugos cítricos, pimientos, brócoli, tomates, melones y fresas. Estos también ayudan a aumentar la absorción de hierro.

Si te preocupa obtener suficientes vitaminas y minerales de los alimentos, pregúntale al médico si un multivitamínico podría ayudar.

Tratamiento de la anemia

El tratamiento de la anemia depende de qué es lo que lo causa (Archivo)
El tratamiento de la anemia depende de qué es lo que lo causa (Archivo)

El tratamiento de la anemia depende de la causa, algunos de los procedimientos por el tipo de padecimiento son los siguientes:

Anemia por deficiencia de hierro: El tratamiento para esta forma de anemia generalmente implica tomar suplementos de hierro y cambiar la alimentación. Para algunas personas, puede consistir en recibir hierro por una vena. Si la causa de la deficiencia de hierro es la pérdida de sangre (que no sea debido a la menstruación), se debe localizar la fuente del sangrado y detenerlo. Esto podría implicar cirugía.

Anemias por deficiencia de vitaminas: El tratamiento para la deficiencia de ácido fólico y vitamina C incluye suplementos dietéticos y el aumento de estos nutrientes en la dieta. Si tu sistema digestivo tiene problemas para absorber la vitamina B-12, es posible que se necesiten inyecciones de vitamina B-12.

Anemia por enfermedad crónica: No existe un tratamiento específico para este tipo de anemia. Los médicos se centran en el tratamiento de la enfermedad subyacente. Si los síntomas se vuelven graves, una transfusión de sangre o inyecciones de una hormona sintética normalmente producida por los riñones (eritropoyetina) pueden ayudar a estimular la producción de glóbulos rojos y aliviar la fatiga.

Anemia aplásica: El tratamiento para esta anemia puede incluir transfusiones de sangre para aumentar los niveles de glóbulos rojos. Se podrías necesitar un trasplante de médula ósea si esta no puede producir células sanguíneas sanas.

La anemia aparece cuando la sangre no tiene suficientes glóbulos rojos (Getty Images)
La anemia aparece cuando la sangre no tiene suficientes glóbulos rojos (Getty Images)

Anemias asociadas con la enfermedad de la médula ósea: El tratamiento de estas diversas enfermedades puede incluir medicamentos, quimioterapia o trasplante de médula ósea.

Anemias hemolíticas: El manejo de las anemias hemolíticas incluye evitar medicamentos sospechosos, tratar infecciones y tomar medicamentos que inhiban el sistema inmunitario, lo que podría estar atacando tus glóbulos rojos.

Anemia de células falciformes: El tratamiento puede incluir oxígeno, analgésicos y líquidos orales e intravenosos para reducir el dolor y prevenir complicaciones. Los médicos también podrían recomendar transfusiones de sangre, suplementos de ácido fólico y antibióticos. Un medicamento para el cáncer llamado hidroxiurea también se utiliza para tratar la anemia de células falciformes.

Talasemia: La mayoría de las formas de talasemia son leves y no requieren tratamiento. Las formas más graves de talasemia generalmente requieren transfusiones de sangre, suplementos de ácido fólico, medicamentos, extirpación del bazo o un trasplante de células madre de la sangre y médula ósea.

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