La atrofia vaginal es el adelgazamiento, resequedad e inflamación de las paredes vaginales que puede ocurrir cuando el cuerpo tiene menos estrógeno, de acuerdo con la organización sin fines de lucro Mayo Clinic.
Una de las principales señales es el dolor al tener relaciones sexuales, así como afectaciones en las vías urinarias, debido a esto es conocida entre los médicos como el “síndrome genitourinario en la menopausia” o GSM.
Sin embargo, existen varios tratamientos para combatirla. Por eso es importante conocer los síntomas para detectarla a tiempo y saber cómo evitarla.
Síntomas
Varios son los síntomas que pueden alertar sobre un caso de atrofia vaginal, de acuerdo con Mayo Clinic. Los principales son sequedad, ardor, secreción, picazón en la vagina.
También se puede presentar una urgencia o necesidad constante de orinar, así como ardor al hacer del baño.
Cuando una persona tiene atrofia vaginal las infecciones urinarias se vuelven recurrentes, incluso aparece la incontinencia urinaria, es decir, la pérdida involuntaria de orina.
Al momento de tener relaciones sexuales aparecen síntomas como sangrado leve, molestias, menor lubricación vaginal y estrechamientos, así como acortamiento, del canal vaginal.
Como se dijo anteriormente, la atrofia vaginal es causada por la reducción de estrógeno. Esto sucede después de la menopausia, incluso en algunos años previos a ésta o durante la lactancia materna.
También puede aparecer al tomar medicamentos que afecten los niveles de estrógeno como las píldoras anticonceptivas, después de radioterapia o quimioterapia por cáncer, e incluso como efecto secundario del tratamiento hormonal del cáncer de mama.
Diagnóstico
Hay al menos tres métodos para diagnosticar la atrofia vaginal, según la organización sin fines de lucro.
La primera es con un examen pélvico, durante el cual se examinan los órganos pélvicos y realiza una inspección visual de los genitales externos, la vagina y el cuello uterino.
Otra forma es con un examen de orina, que consiste en obtener y analizar la orina, si se presentan síntomas urinarios.
Finalmente está la prueba de equilibrio ácido, que consiste en tomar una muestra de fluidos vaginales o colocar una tira reactiva de papel en la vagina para evaluar su equilibrio ácido.
Tratamiento
Existe una larga lista de tratamientos para combatir la atrofia vaginal. El más usado por los médicos son hidratante vaginales, para recuperar la humedad en la zona, y lubricantes a base de agua, estos incluso pueden usarse antes de la actividad sexual para evitar el malestar durante el acto.
Si esto no funciona, los médicos pueden recomendar estrógeno vaginal que igual puede aplicarse con cremas, supositorios, anillos y hasta con tabletas.
Existen otras opciones para combatirse la atrofia vaginal como el Ospemifeno (Osphena), una píldora que puede ayudar a aliviar los síntomas sexuales dolorosos.
También están los óvulos vaginales de Prasterona (Intrarosa) que contienen la hormona DHEA, la cual ayuda producir hormonas como el estrógeno y a aliviar el dolor durante las relaciones sexuales.
Otro tratamiento es la terapia sistémica con estrógenos a través de píldoras, parches o gel de estrógeno. De igual forma están los dilatadores vaginales, estos dispositivos estimulan y estiran los músculos vaginales para revertir el estrechamiento de la vagina.
Finalmente está la lidocaína tópica, un ungüento o gel recetado que se puede utilizar para disminuir las molestias asociadas con la actividad sexual, incluso se puede aplicar de 5 a 10 minutos antes de comenzar a tener relaciones sexuales.
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