Salud y logística: desafíos y singularidades de una industria vital

En diálogo con Movant Connection, Gustavo cuenta las particularidades logísticas de esta industria que tiene impacto en la salud de las personas y el exhaustivo sistema de rastreo que se utiliza en este tipo de cargas.

Es interesante observar que, aunque en general los operadores logísticos prestan servicios a diferentes empresas de varias industrias, en el sector farmacéutico la situación es diferente. En este rubro no es común compartir operador logístico con otras industrias debido a los estrictos estándares de calidad que exige esta industria.

Otra particularidad es que cuando hay situaciones de restricción de importaciones, como hubo durante la pandemia, los embarques relacionados con salud cuentan con prioridad. Ese tipo de cosas facilitan la velocidad de los movimientos y reducen el riesgo para la cadena de abastecimiento.

Por otra parte, cada producto tiene su propio packaging adaptado a las regulaciones locales específicas. Por lo tanto, una vez que los productos se fabrican y empaquetan en las plantas de origen, están listos para la venta y no pueden ser compartidos con otros países.

Hay organizaciones del rubro que fomentan que sus trabajadores puedan escuchar los testimonios de pacientes que se benefician con los medicamentos producidos. Ese impacto emocional es profundo, en especial cuando se trata de enfermedades poco frecuentes, y refuerza el compromiso diario con procesos destinados a asegurar la entrega oportuna de la medicación.

También, en situaciones críticas, como cuando se requiere una medicación antes de una hora específica, la urgencia y la responsabilidad se vuelven aún más evidentes. Entregar a tiempo una medicación que realmente salva una vida es profundamente movilizante. En esos momentos, uno puede apreciar el verdadero valor que aporta el supply chain al proceso. Ese tipo de experiencias dan sentido a nuestro rol y nos motivan a ir más allá, impulsándonos a dar siempre un esfuerzo adicional.

Cuando se trata de medicamentos de especialidad, muchos requieren cadena de frío. Además, son productos de alto costo y bajo volumen, por lo que, para los envíos internacionales, se suelen utilizar embarques aéreos.

Sin embargo, hay empresas con un creciente compromiso con el cuidado del medio ambiente y, actualmente, cerca del 50% de las toneladas de las cargas internacionales se transportan por vía marítima. Esa situación representa un desafío adicional para América Latina, por las distancias. A pesar de eso, la región está trabajando para seguir avanzando en la conversión de embarques aéreos a marítimos, especialmente cuando se trata de cargas voluminosas.

Ese cambio requiere una planificación minuciosa, ya que los tiempos de producción y los vencimientos deben ser considerados. Mediante el transporte aéreo se reciben los productos en dos días, mientras que con el marítimo se debe esperar un mes, lo que reduce el tiempo disponible antes del vencimiento de los medicamentos y agrega un riesgo adicional.

Se realiza un seguimiento exhaustivo de todas las cargas. Todos los embarques están monitoreados y se está implementando un sistema de monitoreo en línea que permite tener visibilidad en tiempo real de la ubicación, temperatura y exposición a la luz de la carga. Este sistema también detecta si el embalaje ha sido abierto. Al llegar al destino, estos sensores son leídos por el operador o el personal de la empresa para verificar el estado de la carga.

En Argentina, desde hace tiempo, es obligatorio contar con serialización en la mayoría de los medicamentos de especialidad y alto costo, un requisito de trazabilidad que no está tan desarrollado en otros países.

Cada estuche de medicamento cuenta con un código QRData Matrix que permite una identificación única que incluye el GTIN, lote, vencimiento y número de serie de esa unidad y registra todas las operaciones realizadas desde la fabricación o recepción en el operador logístico hasta la entrega al paciente final.

Este país ha sido pionero en esta práctica que luego se fue adoptando como estándar en Europa y Estados Unidos, y ahora se está considerando en algunos países de la región como una medida para prevenir falsificaciones.