Gobierno de Sinaloa también descalifica el reportaje del NYT sobre laboratorio de fentanilo: “Fue un montaje”

El secretario Feliciano Castro retomó la información difundida en la conferencia presidencial de Claudia Sheinbaum para cuestionar el artículo periodístico

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Feliciano Castro Meléndrez, Secretario General
Feliciano Castro Meléndrez, Secretario General de Gobierno de Sinaloa, indicó que no hay sustento en el reportaje del NYT (Foto: Gobierno de Sinaloa)

El secretario general del Gobierno de Sinaloa, Feliciano Castro Meléndrez, aseguró que fue un “montaje” el reportaje publicado por The New York Times (NYT) a finales de 2024, en el que se informó sobre el proceso para elaborar fentanilo en un laboratorio ubicado en la ciudad de Culiacán.

En conferencia de prensa, Castro Meléndrez se pronunció por el artículo que las periodistas Natalie Kitroeff y Paulina Villegas publicaron el 29 de diciembre del año pasado, tras visitar un supuesto laboratorio clandestino donde se producía el opioide sintético.

El secretario retomó la información que se difundió en la mañana de este jueves durante la conferencia presidencial de Claudia Sheinbaum, quien aseguró que no hay “información creíble” en lo publicado por el medio estadounidense.

Fue Alejandro Svarch Pérez, director general del IMSS Bienestar, quien expuso las irregularidades detectadas en el reportaje. Una de ellas tenía que ver con las mínimas medidas de protección que usaban los dos “cocineros” mencionados en el artículo.

El secretario general de Gobierno, Feliciano Castro, aseguró que la nota del medio estadounidense era un montaje Crédito: Coordinación de Comunicación Social Sinaloa

En las fotografías y videos presentados por el NYT se observan a dos hombres con un cubrebocas quirúrgico y un pasamontañas, lo que representa un alto grado de exposición que podría ser letal, debido a la toxicidad de los químicos usados durante el proceso de la elaboración de la droga.

Por ello, Svarch Pérez cuestionó si lo que se estaba fabricando en esa vivienda de Culiacán en realidad era fentanilo. “Muy sencillamente, si hubiera sido fentanilo lo que estuviera produciendo el operador, hubiera durado 30 segundos y hubiera caído fulminado, producto de los vapores que presenta la síntesis del fentanilo”, aseveró.

Castro Meléndrez retomó las declaraciones Svarch Pérez y, con base en ello, señaló que el reportaje del NYT se trataba de un montaje al carecer de sustento alguno.

“Hoy la presidenta de la República abundó, tuvo gente para dar respuestas técnicas sobre por qué ese reportaje no tiene ningún soporte. Decía por ahí un especialista, hoy en la conferencia, que así como están con los cubrebocas en esa fotografía, no duraba 30 segundos para que la persona hubiese caído fulminada, o sea fue un montaje”, refirió el secretario de Gobierno.

El supuesto laboratorio de fentanilo
El supuesto laboratorio de fentanilo que visitaron las periodisas del NYT se encontraba en una vivienda de Culiacán, Sinaloa (Foto: The New York Times / Meridith Kohut)

Sin abundar más en la nota periodística, Castro Meléndrez aseguró que se está trabajando de manera constante en la estrategia de seguridad para evitar la producción y comercialización de drogas sintéticas en territorio sinaloense.

Otra de las irregularidades detectadas por Svarch Pérez en el reportaje del NYT se relacionaba con la supuesta “tolerancia” que tenían los cocineros que fabricaban el fentanilo.

“Vestíamos trajes de protección tipo hazmat y máscaras de gas, pero el cocinero llevaba un cubrebocas quirúrgico (...) Si bien a nosotras una sola inhalación de los químicos tóxicos podía matarnos, nos explicaron, ellos ya tenía tolerancia a la droga letal”, se lee en el artículo mencionado.

Sin embargo, Svarch Pérez indicó no hay evidencia científica para demostrar la existencia de un fenómeno fisiológico “conocido como tolerancia letal a la toxicidad”. Además, aseguró que para fabricar una droga sintética como el fentanilo se necesita de un laboratorio con equipo especializado, un sistema de ventilación profesional y medidas de protección adecuadas, y no de una “cocina doméstica” como la mostrada en el reportaje.

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